La nueva misión de Yevgeny Prigozhin, el “chef de Putin”: reclutar prisioneros para combatir en Ucrania
Diversos reportes señalan que el hombre que estaría detrás del Grupo Wagner estaría recorriendo cárceles en Rusia en busca de reclutas. Al igual que el Presidente ruso, Prigozhin es originario de San Petersburgo y conoció a Putin cuando tenía un local de comida.
Casi siete meses después de que el Presidente ruso, Vladimir Putin, iniciara la guerra contra Ucrania, el conflicto parece tener un nuevo líder. Se trata de Yevgeny Prigozhin, el empresario vinculado al Kremlin acusado durante mucho tiempo de ser el titiritero detrás del oscuro Grupo Wagner y que ahora sería una suerte de ministro de Defensa en las sombras.
Desde hace más de un mes que se han sucedido informes en los que se menciona su liderazgo en la guerra, al recorrer prisiones rusas en busca de reclutas. Sin embargo, a mediados de septiembre el equipo del líder opositor Alexei Navalny dio a conocer un video en el que se muestra a un hombre parecido a Prigozhin diciéndoles a los reclusos de una colonia penal que podrían unirse a Wagner y ganar su libertad luchando en Ucrania, o ser fusilados si intentan retirarse.
Se cree que el Grupo Wagner ha estado luchando en Ucrania desde 2014. En un comunicado publicado en las redes sociales después de que el video se volviera viral, Prigozhin dijo que si estuviera en prisión “soñaría con” unirse a Wagner para “pagar mi deuda con la patria”.
Prigozhin ha rechazado los informes, reiterando sus afirmaciones de larga data de que no tiene nada que ver con el oscuro Grupo Wagner, una fuerza paramilitar que los gobiernos occidentales dicen que el Kremlin ha estado utilizando en conflictos en Ucrania, Libia, Siria, Sudán, Mozambique y la República Centroafricana.
El hombre del video se presenta a sí mismo como miembro de Wagner y explica las condiciones que se aplicarían a quienes acepten unirse a su grupo paramilitar privado para luchar en Ucrania.
El hombre manifiesta que los reclusos menores de 22 años deberán obtener el consentimiento por escrito de un familiar para unirse al grupo, mientras que los mayores de 50 años pueden ser considerados si demuestran que están en buena forma física.
El saqueo, el alcohol, las drogas y el contacto sexual con los lugareños están prohibidos, señala el hombre, al igual que retirarse de un puesto y desertar. Los desertores serán asesinados a tiros en cuanto los vean, advierte.
Según los informes, el financista del Grupo Wagner está comenzando a acercarse a tener un rol cada vez más importante. Solo unas horas después del anuncio de movilización de reservistas se dio a conocer otro video en el que se ve a Prigozhin en el papel de comandante en jefe.
El video, verificado por la BBC, confirmaría las sospechas de larga data de que Rusia espera aumentar las tropas reclutando prisioneros. La ley rusa no permite que los reclusos sean liberados a cambio del servicio militar o mercenario, pero Prigozhin afirma en el video que “nadie vuelve a estar tras las rejas” si sirve con el Grupo Wagner.
El periodista búlgaro Christo Grozev compartió en Twitter imágenes de video del financista del Grupo Wagner, Prigozhin, asumiendo el papel de Putin. “Los wagnerianos me dicen que votarían por él antes que por Putin en cualquier momento, y me parece que huele a sangre”, señala.
El Instituto para el Estudio de la Guerra respaldó previamente la afirmación de que Putin estaba siendo reemplazado por el líder de Wagner como el rostro de la guerra rusa, al afirmar que “Prigozhin pronunció un discurso de reclutamiento el 14 de septiembre y señaló que los prisioneros rusos han estado participando en la guerra desde el 1 de julio, cuando jugaron un papel decisivo en la toma de la central térmica de Vuhlehirska”.
¿Quién es Prigozhin?
Pese a mantener un bajo perfil en Rusia, Prigozhin ha logrado notoriedad gracias al particular cargo que consiguió en su momento: “El chef de Putin”. Su nombre comenzó a sonar durante la investigación sobre la interferencia de Moscú en las elecciones de Estados Unidos de 2016, ya que, según se señala en el libro Russian Roulette, de Michael Isikoff y David Corn, es el fundador de la Agencia de Investigación de Internet (IRA), proveedora de un ejército de trolls que buscó influir en dichos comicios y que ha diseminado información considerada falsa sobre distintos temas. Por este motivo, ha sido sancionado por Estados Unidos.
Su empresa Concord Catering, sus socios comerciales y la IRA fueron acusados por un gran jurado de EE.UU. en febrero de 2018 por esa interferencia electoral. “Los estadounidenses son personas muy impresionables: ven lo que quieren ver. No me molesta en absoluto que esté en esa lista. Si quieren ver al diablo, que lo vean”, dijo. Es más, el miércoles el Tesoro de EE.UU. lo sancionó por la interferencia en las elecciones de medio mandato.
Prigozhin nació en 1961 en Leningrado. En 1977 se graduó de un internado centrado en el atletismo y trató de hacer una carrera de esquí, pero pronto se rindió. En su libro The Apprentice, el periodista del diario The Washington Post, Greg Miller, relata la peculiar historia de hombre oriundo de San Petersburgo, al igual que Putin. Prigozhin pasó cerca de 10 años en la cárcel por una serie de crímenes. El primero de ellos lo cometió cuando recién había cumplido 18 años, en 1979. Un tribunal de Leningrado le dio una sentencia similar a una suspensión condicional por robo. Dos años después, volvió a comparecer ante un juez, esta vez por hurto, como parte de un grupo delictivo organizado, por fraude e involucrar a menores en la prostitución. La sentencia fue de 12 años, pero cumplió casi 10.
Fue después de su liberación, en medio del colapso de la Unión Soviética en 1991, cuando su vida cambió para siempre: junto con su padrastro abrió un puesto de hot dogs en San Petersburgo. Poco después se convirtió en el gerente de Contrast, la primera cadena de abarrotes de San Petersburgo, que fue inaugurada por el empresario Boris Spektr, antiguo compañero de clase de Prigozhin en el internado. Luego, con otro socio se introdujo en el negocio de la restauración de propiedades.
Es así como su situación económica cambió unos años más tarde, gracias a la compra de una escuálida embarcación que convirtió en un local de comida flotante, al que llamó Restaurante Nueva Isla. El local atrajo a una clientela diversa, principalmente a los residentes de San Petersburgo. Prigozhin se ganó entonces el cariño del futuro presidente ruso con una atención personalizada y con disposición para realizar acciones que iban más allá de las usuales para el propietario de un restaurante. “Putin vio cómo construí mi negocio, comenzando desde un quiosco”, sostuvo en una entrevista con Gorod 812, una revista de San Petersburgo.
En el verano de 2001, dice el sitio web ruso Meduza, Putin fue a cenar al restaurante con el Presidente francés Jacques Chirac. Prigozhin sirvió personalmente sus platos a los dos jefes de Estado. “Vladimir Putin vio que no me importa servir personalmente a la gente real. Después de todo, son mis invitados”, explicó.
Por entonces, Prigozhin se había separado de sus socios comerciales y se estableció de forma independiente en el negocio de la restauración y el catering. Su éxito fue tan grande al servir a la clientela de élite, que en mayo de 2008 ganó el contrato de catering para los invitados en la inauguración presidencial de Dmitri Medvedev. Rodeado por los principales líderes del Kremlin, el encantador Prigozhin fue recibido como “uno de los chicos”. Incluso, después se encargó de organizar los cumpleaños de Putin.
La conexión finalmente sirvió para que Prigozhin consiguiera una serie de lucrativos contratos de catering, como la entrega de comida a escuelas de San Petersburgo, Moscú y para el Ejército ruso. Sus lazos con políticos cada vez más poderosos tuvieron sus frutos. En 2002, Putin también llevó a los líderes mundiales, entre los que se incluía George W. Bush, a cenar en el Restaurante Nueva Isla, mientras recorrían los canales de la ciudad.
Estos contactos le permitieron al chef acceder a figuras de alto nivel, que le proporcionaron dividendos millonarios. Al mismo tiempo, habría ofrecido el suministro de mercenarios para vigilar los pozos petroleros en Siria, a través de la empresa Wagner. Gracias a esto, ha llevado una vida de lujos que a veces exhibe en las redes sociales.
Inicialmente, Prigozhin no estaba contento de que le hubieran impuesto el proyecto de la empresa militar privada, sugirió el sitio de noticias ruso The Bell, consignado por un artículo del centro de estudios Carnegie Moscú.
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