La policía israelí lanza una investigación sobre confusa pelea en el funeral de Shireen Abu Akleh
La trifulca en el cortejo de la periodista palestino-estadounidense de Al Jazeera ha provocado la condena internacional.
La policía israelí inició una investigación sobre un violento tumulto que tuvo lugar antes del funeral de una periodista palestino-estadounidense, en medio de la creciente condena internacional contra los oficiales que lucharon con quienes trasladaban su ataúd mientras intentaban marchar hacia una iglesia de Jerusalén.
Las autoridades israelíes han dicho que los agentes que golpearon a quienes cargaban el féretro el viernes buscaban llevar a cabo un plan acordado con la familia de Shireen Abu Akleh, la periodista de Al Jazeera de 51 años asesinada la semana pasada mientras cubría una redada militar israelí en Cisjordania, para que el cuerpo fuera transportado en un vehículo.
Pero en una entrevista, el hermano de Abu Akleh, Anthony, dijo que la policía armada con lumas comenzó a golpear y a empujar a los hombres que cargaban el ataúd sobre sus hombros poco después de que sacaran el cuerpo de la morgue del Hospital St. Joseph antes de que pudieran llegar al automóvil.
El video del incidente mostró una pelea caótica, que casi hizo que el ataúd cayera al suelo.
“El automóvil estaba allí, pero ni siquiera nos dieron la oportunidad de subirla”, dijo Anthony Abu Akleh. “Nos sorprendió el ataque a las personas y el ataúd antes de que la subiéramos al automóvil”.
La policía dijo en un comunicado el viernes por la noche que unas 300 personas fuera del hospital “impidieron que los miembros de la familia cargaran el ataúd en el coche fúnebre”, que “había sido planeado y coordinado con la familia de antemano”.
La policía intervino para “evitar que se llevaran el ataúd, para que el funeral pudiera realizarse según lo planeado de acuerdo con los deseos de la familia”, dice el comunicado.
La declaración acusó a los dolientes de amenazar al conductor del vehículo en un intento de “llevar el ataúd en una procesión no planificada”. Dijo que “se arrojaron botellas de vidrio y otros objetos”, hiriendo a dolientes y oficiales.
Al anunciar la investigación el sábado, un portavoz de la policía dijo: “Al igual que con cualquier incidente operativo, y ciertamente un incidente en el que los agentes de policía estuvieron expuestos a la violencia de los alborotadores y en el que la policía utilizó posteriormente la fuerza, la Policía de Israel investigará los hechos que se produjeron durante el funeral”.
En una declaración sobre el relato de Anthony Abu Akleh, la policía dijo que las personas “cerca del ataúd” incitaron a los oficiales arrojando piedras y otros objetos antes de que comenzara la procesión.
La pelea fúnebre, días después de que Abu Akleh recibiera un disparo mortal en la ciudad cisjordana de Jenín, causó una crisis diplomática, lo que provocó críticas de la Casa Blanca sobre las tácticas policiales y una llamada del Presidente Joe Biden para una investigación.
El viernes por la noche, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó el asesinato de Abu Akleh y pidió “una investigación inmediata, exhaustiva, transparente, justa e imparcial” en una declaración aprobada por unanimidad por el organismo de 15 miembros, incluidos EE.UU.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel no hizo comentarios sobre la declaración de la ONU el sábado. Un funcionario israelí dijo que una investigación del asesinato de Abu Akleh “es exactamente lo que estamos buscando. Hemos invitado a los palestinos y a Estados Unidos a ser parte de la investigación”.
Funcionarios palestinos dicen que los disparos israelíes fueron la causa de la muerte de Abu Akleh. Una investigación inicial de la oficina del fiscal público palestino encontró que la única fuente de disparos en el área era de las fuerzas de seguridad israelíes y que había un grupo de oficiales israelíes a casi 500 pies de Abu Akleh. El fiscal también dijo que los disparos israelíes continuaron después de que Abu Akleh fuera alcanzada, lo que impidió los intentos de comunicarse con ella para brindarle primeros auxilios.
Después de afirmar inicialmente que parecía que los militantes palestinos dispararon el tiro mortal, los funcionarios israelíes dijeron el viernes que aún no era posible determinar si los responsables fueron las fuerzas de seguridad israelíes o los militantes palestinos.
Israel ha pedido que se les entregue la bala que mató a Abu Akleh para realizar pruebas balísticas, pero los funcionarios palestinos se han negado a hacerlo, afirmando que no se puede confiar en que Israel lleve a cabo una investigación imparcial.
La escaramuza antes del funeral giró en torno a un acuerdo alcanzado por la familia, la policía israelí y los funcionarios palestinos que pedían que el ataúd fuera transportado en un vehículo al funeral de la iglesia. Pero muchos dolientes querían marchar desde el hospital hasta la Ciudad Vieja en una demostración pública de dolor e indignación palestina por el asesinato, según los palestinos que participaron en la procesión.
Sven Kuhn von Burgsdorff, jefe de la misión de la Unión Europea en Cisjordania y Gaza, dijo que había tratado de mediar en un enfrentamiento entre la policía, que le dijo que quería que sacaran el ataúd en un vehículo, y los dolientes que dijeron que querían llevarlo sobre sus hombros.
Dijo que la policía le indicó que era inaceptable que los dolientes gritaran consignas nacionalistas y ondearan la bandera palestina. Dijo que vio a algunos de los dolientes arrojar botellas de agua a la policía, pero no vio piedras ni otras armas.
Cuando sus esfuerzos de negociación fracasaron, Kuhn von Burgsdorff se fue. Momentos después, la policía asaltó a los dolientes.
Después de la acción policial inicial, el ataúd fue puesto en un vehículo. Tres testigos dijeron que los manifestantes intentaron sacar el cuerpo del vehículo, pero la policía los detuvo usando la fuerza.
Después del funeral en la Ciudad Vieja, el ataúd de madera, envuelto en una bandera palestina, fue llevado a través de las calles estrechas mientras cientos de dolientes coreaban “Palestina es árabe” y otros lemas mientras lo seguían hasta el cementerio ortodoxo griego en las afueras de las murallas de la ciudad, donde fue enterrada la periodista.
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