Los desafíos que enfrenta el próximo inquilino de La Moncloa
Desde pensiones y cambio climático hasta el ajuste del déficit público y el problema de la vivienda, el jefe de Gobierno que salga de estas elecciones deberá hacer frente a una serie de retos, sean parte o no de su programa político.
Tras el desastroso resultado para el oficialismo el pasado 28 de mayo, cuando el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) perdió gran parte de su poderío local en las elecciones municipales y autonómicas ante el Partido Popular (PP), el jefe de Gobierno, Pedro Sánchez, en una jugada que pocos pudieron prever, hizo un llamado inesperado: adelantar las elecciones generales programadas para fines de este año para este domingo. Pero el resultado ajustado entre derecha e izquierda en los comicios del 23-J colocaba a España ante un bloqueo político.
Pero al margen del eventual vencedor, una serie de desafíos transversales al Gobierno que dirigirá a España desde La Moncloa se avecina. Problemas económicos y de corte político, como lo es el generado por el adelanto de las elecciones y que acorta el período legislativo y la discusión del presupuesto, o el que se produce en el área del desarrollo social, asociado a la vivienda, el trabajo y las pensiones, se mezclan con otras como qué hacer con el cambio climático y el desarrollo sustentable, entre otras.
Los retos económicos
Con el país –y el mundo, vale decir– aún ajustándose al terremoto social, sanitario y económico que significó la pandemia del Covid-19, presiones internas y externas hacen de lo financiero uno de los principales temas a resolver por el próximo Ejecutivo español.
En esa línea, y con la Unión Europea empujando a que los países miembros vuelvan a respetar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) que obliga a que el déficit público llegue al 3% respecto del 4,8% actual, producto de la deuda pospandemia, el futuro jefe de Gobierno deberá cumplir con las obligaciones regionales.
Según Sánchez y la actual ministra de Economía, Nadia Calviño, no solo es posible, sino que aseguran que se alcanzará la meta del 3% en 2024, detalló El Periódico de España. Sin embargo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal bajó aquellas expectativas señalando que el déficit de 2023 llegaría al 4,2% frente al 3,9% proyectado por La Moncloa.
Por otro lado, la lista de estímulos y ayudas impulsadas por España para combatir la inflación resultante del combate contra la pandemia y la guerra de Rusia en Ucrania, como subvenciones a la gasolina de uso profesional, descuentos en los trenes y en las cuentas de luz, tendrá un impacto en el próximo gobierno. Fuentes cercanas a Economía dijeron al mismo medio que se calcula un impacto cercano a los 37.000 millones de euros, lo que podría generar un golpe político al tener que retirar las disminuciones al IVA en la luz, el gas y los alimentos.
Desafíos sociales
El adelanto de las elecciones, realizados de manera histórica en pleno verano europeo, con algunos viajando y altas olas de calor –lo que habría impulsado un también histórico uso del voto por correo–, impactó el desarrollo de las reformas políticas en el Parlamento. Uno de ellos es la creación de la Autoridad Independiente del Cliente Financiero, recientemente acordado, pero que ahora se ve paralizado. Lo mismo ocurrió con las enmiendas sumadas al proyecto de pensiones, así como con la de movilidad sostenible y la reforma al transporte, que deberá esperar meses para poder ser discutida nuevamente. Los comicios del domingo se realizaron justo en la época en que tradicionalmente se tramita el presupuesto del año siguiente, por lo que es probable que el de 2024 no esté definido hasta bien entrado en él.
Según Roger Senserrich, politólogo residente en New Haven, Connecticut, el problema de la vivienda será uno de los temas que estará presente sin importar quién hubiera vencido este domingo. “Reducir el costo de los arriendos en las zonas más dinámicas y que más rápido crecen del país es una necesidad urgente tanto para ayudar a las familias como para mantener nuestro crecimiento económico”, escribió previo a la elección en una columna en el medio Vozpópuli. De forma similar, el acceso de los jóvenes a la vivienda, tanto a la propiedad como al arriendo, también será parte del problema, planteó La Vanguardia.
En el área política, la polarización presente en el país deberá ser tratada de una manera u otra por el próximo inquilino de La Moncloa. Si bien históricamente España ha contado con un ecosistema bipartidista, la aparición durante los últimos años de opciones por los bordes externos del PSOE y el PP, encarnados en Podemos y Sumar, en el caso del primero, y Vox, en el del segundo, ha crispado el debate en el país, lo que quedó plasmado en los últimos debates previo a la elección.
En ellos, poco se habló de cifras, proyectos y planes de gobierno. En cambio, la discusión se centró en las posibles alianzas del PP y Vox, o del PSOE con Esquerra Republicana de Catalunya, EH Bildu y los independentistas, en una serie de ataques cruzados que se repitieron en todos los debates televisados.
No menos importante, las relaciones internacionales del país ibérico tendrán un papel central en el próximo gobierno, considerando el álgido escenario global, incluida la guerra en Ucrania y la constante tensión EE.UU.–China. Actualmente, España mantiene dos negociaciones abiertas, explicó El Periódico de España: la “hoja de ruta” con Marruecos y la negociación sobre el encaje de Gibraltar en la Unión Europea después del Brexit, ambas en manos del próximo gobernante español.
Preocupaciones ciudadanas
Una reciente encuesta realizada a más de 12.000 adultos por Statista Consumer Insights mostró que las principales preocupaciones de los españoles versan sobre economía, donde el 64% de los consultados dijo que el desempleo era el tema que más le inquietaba. La inflación y el costo de la vida apareció en el segundo lugar, con un 63% de las menciones, mientras que en tercer lugar fue nombrada la situación económica en general (60%), consignó Diario Abierto.
Con 60%, la salud fue señalada como la cuarta de más importancia, y el 53% de los encuestados dijo que la educación estaba entre sus preocupaciones. La lista continuó con la pobreza (44%), el cambio climático (39%), la delincuencia (36%) y el medioambiente (35%).
Sobre esto último, la transición energética y la reducción de las emisiones están en la agenda de todos los partidos políticos, salvo Vox. El desarrollo e implementación de una nueva política deberá ser discutida justo en el año en que incendios y temperaturas históricas azotan a Europa, al igual que el año pasado, dando una pista de lo que podría venir para España.
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