Los niños atrapados en Tailandia se ordenarán como monjes budistas

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Los 12 niños del equipo de fútbol y su entrenador durante la conferencia de prensa, en Chiang Rai.

Los Jabalíes Salvajes declararon que el rescate fue un "milagro". Algunos confesaron que a futuro quieren ser Navy Seal y otros futbolistas profesionales.


"Bienvenidos a casa Jabalíes Salvajes", decía el letrero en tailandés desplegado para recibir a los 12 niños -de entre 11 y 17 años- y a su entrenador en su primera conferencia de prensa hoy en Chiang Rai después de ser rescatados el pasado 10 de junio de la cueva inundada Tham Luang. Cientos de medios y espectadores esperaron ansiosos a los menores que llegaron sonrientes directo del hospital para responder preguntas y contar su odisea luego de 18 días atrapados en la caverna.

¿Cómo llegaron a la cueva?

La primera duda de los padres, rescatistas y la comunidad internacional fue ¿por qué el grupo ingresó a la cueva?, especialmente porque entre mayo y octubre es temporada de monzones en Tailandia.

A pesar de las versiones de que el grupo se adentró en la cueva para celebrar el cumpleaños de uno de los niños, el entrenador, Ekkapol Chantawong, contó que tenían planeado explorar la caverna durante una hora después del entrenamiento de fútbol, sin profundizar el motivo. Al intentar salir se dieron cuenta que las fuertes lluvias sellaron el lugar y que estaban atrapados. Durante la conferencia, tres niños pidieron perdón a sus padres por visitar la cueva sin permiso. "Cuando estaba en la cueva estaba pensando que mi padre me daría un buen regaño", señaló Chanin Vibulrungruang.

Sobrevivencia

Los 12 niños y el entrenador comieron antes de entrar a la gruta, por lo que no contaron con alimentos durante los nueve días que estuvieron desaparecidos antes de que el 2 julio fueran encontrados cuatro kilómetros al interior de la cueva por dos buzos británicos. "En la noche estábamos arañando piedras y escuchamos un ruido", señaló Adul Sam-On, el único del grupo que habla inglés. "Tenía que pensar mucho antes de responder sus preguntas. Fue un milagro", añadió. Durante el tiempo en que estuvieron atrapados solo bebieron agua y el entrenador les dijo que tomaran de la que caía por las paredes y no la del suelo, mientras intentaban cavar un túnel para encontrar una salida.

El rescate

Después que el grupo fue encontrado comenzó el proceso de rescate. El médico Phak Lonhanchun, del Ejército tailandés y que estuvo con los Jabalíes Salvajes al interior de la cueva, señaló que todos los niños tenían las mismas condiciones físicas y no había ninguno grave. Esto permitió que ellos mismos eligieran quiénes saldrían primero. El entrenador reveló que el grupo decidió que los primeros en salir serían los que vivían más lejos, ya que pensaron que irían directo a sus casas y así podrían pasar la voz que estaban todos a salvo.

Todos los niños fueron sedados para el rescate con el fin de evitar el pánico en el camino que era oscuro, estrecho y lleno de dificultades, y en los sectores inundados fueron transportados en camilla. Además, contaron que todos sabían nadar.

Futuro

Los niños serán ordenados monjes budistas, una tradición en Tailandia después de vivir una desgracia y también en honor a Saman Kunan, el buzo tailandés que murió durante una de las operaciones de rescate. "Esta experiencia me enseñó a ser más paciente y fuerte", dijo un niño.

Cuatro de los menores dijeron que querían ser Navy Seal en el futuro, mientras los demás quieren ser futbolistas profesionales. Los médicos señalaron que los menores ya recuperaron tres kilos desde el rescate y que ahora volverán a sus casas.

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