Masivo ataque ruso con misiles golpea ciudades de toda Ucrania, dejando muertes y destrucción

People shelter inside a subway station during an air raid alert in Kyiv
Ucranianos se refugian en las estaciones del ferrocarril subterráneo en Kiev, ante los ataques rusos. Foto: Reuters

El mayor ataque de las fuerzas rusas en tres semanas también puso en riesgo a la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, al sacarla de la red eléctrica durante casi la mitad del día antes de que fuera reconectada. La pérdida de energía en la planta también elevó la posibilidad de una catástrofe nuclear.


Una andanada de más de 80 misiles rusos y una menor cantidad de drones explosivos impactaron este jueves edificios residenciales e infraestructura vital en toda Ucrania, dejando seis muertos y a cientos de miles de personas sin calefacción ni electricidad.

El mayor ataque de su tipo en tres semanas también puso en riesgo a la nucleoeléctrica más grande de Europa al sacarla de la red eléctrica durante casi la mitad del día antes de que fuera reconectada. Debido a que los reactores nucleares necesitan de energía constante para operar los sistemas de enfriamiento y evitar una crisis, la más reciente pérdida de energía en la central de Zaporiyia también elevó la posibilidad de una catástrofe nuclear.

Las sirenas antiaéreas sonaron durante toda la noche mientras se realizaban los ataques contra una gran parte del país, incluido el oeste de Ucrania, el cual se ubica lejos del frente. El presidente Volodimir Zelensky dijo que la ofensiva ocurrió cuando muchas personas dormían y fue “un nuevo intento del estado terrorista de librar una guerra contra la civilización”.

El Ministerio de Defensa de Rusia señaló que los ataques fueron en represalia a una incursión reciente en la región de Bryansk, del oeste de Rusia, por parte de lo que Moscú dijo eran saboteadores ucranianos. Ucrania negó las acusaciones y advirtió que el Kremlin podría usar las imputaciones para justificar ataques más intensos.

Las fuerzas del Kremlin comenzaron a atacar el suministro eléctrico de Ucrania en octubre pasado, en un aparente intento por desmoralizar a la población civil y obligar a Kiev a negociar la paz en los términos de Moscú. Más tarde, los ataques se hicieron menos frecuentes, y los analistas especularon que Rusia podría estarse quedando sin municiones. El último bombardeo a gran escala fue el 16 de febrero.

Rafael Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), perteneciente a la ONU, dijo que la central nuclear de Zaporiyia, bajo control de Rusia, perdió toda su energía externa durante 11 horas después de que su última línea fuera desconectada tras los reportes de ataques con misiles. Grossi subrayó que el incidente “demuestra una vez más la fragilidad y lo peligrosa que es la situación” para la planta.

En total, Rusia lanzó el jueves 81 misiles y ocho drones explosivos Shahed de fabricación iraní, según el comandante en jefe de las fuerzas armadas de Ucrania, Valerii Zaluzhnyi. Se interceptaron 34 misiles y cuatro drones, añadió. La combinación de municiones complica a las defensas antiaéreas enfrentar los ataques, aseguran analistas militares.

Entre las armas se encontraron seis misiles crucero hipersónicos Kinzhal, que son algunas de las armas más sofisticadas en el arsenal ruso, dijo el portavoz de la fuerza aérea ucraniana, Yurii Ihnat. Kiev señala que sus defensas antiaéreas no los pueden interceptar.

El Ministerio de Defensa de Rusia señaló que los ataques impactaron objetivos militares e industriales, “así como instalaciones de electricidad que los surten”.

Los ataques con misiles no mermaron las capacidades de combate del ejército, pero “inquietaron a la población civil de Ucrania”, dijo el analista militar ucraniano Oleh Zhdanov en declaraciones a The Associated Press.

En su discurso diario a la nación, Zelensky mantuvo una postura desafiante.

“Ya hemos demostrado lo que Ucrania es capaz de hacer”, declaró. “Y sin importar qué tan traicioneras sean las acciones de Rusia, nuestro Estado y nuestra gente no estarán encadenados”.

Casi la mitad de las familias en Kiev se quedaron sin calefacción, al igual que muchas en Járkiv, la segunda ciudad más grande del país, en donde también se perdió el suministro de agua en un día en el que se pronosticaba que las temperaturas al aire libre rondarían el punto de congelación, según las autoridades locales.

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