Primarias de Alaska y Wyoming: el test al poder de Trump dentro del Partido Republicano
La “campaña de la venganza” impulsada por Donald Trump logró sacar a Liz Cheney de su escaño como representante por Wyoming en las primarias de ayer, mientras que Sarah Palin, respaldada por el expresidente, buscaba ganar dos carreras a la vez en Alaska.
Estado por estado, desde hace meses que se vienen votando las primarias que conformarán las papeletas de las elecciones legislativas del 8 de noviembre próximo en Estados Unidos. Y este martes era el turno de dos estados que llevan tiempo en la mira de los analistas políticos norteamericanos: Wyoming y Alaska.
Las primarias del Partido Republicano en dichos estados se están viviendo como una batalla entre quienes siguen el liderazgo del expresidente Donald Trump, acompañándolo en su falsa narrativa de que las elecciones de 2020 le fueron robadas, y aquellos que se desmarcan de las acciones y dichos del magnate. Y con los ojos puestos en la próxima carrera presidencial de 2024, son los primeros los que tienen la ventaja al interior de la formación opositora.
Llamada por los medios como “campaña de la venganza”, el expresidente ha ido, uno tras uno, quitándoles piso político a los legisladores republicanos que votaron contra él en el impeachment por el asalto al Capitolio, ocurrido el 6 de enero de 2021. Este martes era el turno de Liz Cheney, que tenía todas las de perder en las primarias de Wyoming, según las encuestas previas.
Liz Cheney, hija del exvicepresidente Dick Cheney, fue una de los 10 representantes republicanos que votaron a favor del juicio político contra Donald Trump por el asalto de sus partidarios a la sede del Congreso en Washington. De los otros nueve, tres han perdido sus primarias, cuatro decidieron no correr para sus respectivas reelecciones y dos estarán en las papeletas de noviembre, cuando se renueve la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado norteamericano. Candidatos de Trump ya han ganado primarias en Arizona, Georgia y Pennsylvania.
En total, siete senadores y 10 representantes republicanos se unieron a los demócratas en el intento de destituir a Trump luego de que seguidores del expresidente atacaron el Capitolio con la intención de evitar la certificación de Joe Biden como ganador de las elecciones presidenciales.
Prácticamente desacreditada por las dirigencias de su partido en Wyoming, Cheney competía contra la abogada Harriet Hageman, que recibió el apoyo de Donald Trump y que lideraba las encuestas para estas elecciones. Una derrota de Cheney mostraría que, a pesar del reciente allanamiento del FBI a la mansión del expresidente en Florida para recuperar 11 cajas de documentos clasificados, los votantes republicanos se mantienen leales a Trump, lo que sería un gran impulso para sus aspiraciones presidenciales en 2024.
Trump le dio su apoyo a Hageman, una abogada y exmiembro del Comité Nacional Republicano, que ha abrazado la narrativa del expresidente respecto del supuesto “fraude electoral” que le dio al demócrata Joe Biden la presidencia. Una encuesta de la Universidad de Wyoming previa a la primaria de este martes mostraba que el 57% de los votantes del Partido Republicano apoyaban a Hageman, contra un 28% que se inclinaba por Cheney.
Para dar vuelta esta situación, Cheney enfocó su campaña en conseguir los votos de los simpatizantes demócratas e independientes. De hecho, su campaña envió información a estos votantes para que cambiaran sus registros y pudieran votar en la primaria republicana.
Finalmente, la candidata de Trump se impuso. Con el 37% de los votos esperados contados, Hageman lideraba el campo republicano con el 59% de los sufragios, seguida por Cheney con el 36%, según Edison Research.
Después de que los resultados preliminares dieran la victoria a Hageman, Cheney aseguró que su triunfo habría estado asegurado si hubiese estado “de acuerdo con la mentira del Presidente Trump sobre las elecciones de 2020″. “Hace dos años, gané estas primarias con el 73% de los votos. Podría haber hecho fácilmente lo mismo de nuevo. El camino estaba claro”, declaró. “Ningún escaño en la Cámara, ningún cargo en esta tierra es más importante que los principios que todos hemos jurado proteger”, agregó.
Más allá de esta carrera, Cheney se ha perfilado como una republicana más cercana al centro político, y en entrevistas con CNN ha declarado que está dispuesta a hacer “lo que sea necesario” para que Donald Trump no sea el nominado de su partido en 2024. Por esto mismo, perdiera o no las primarias legislativas este martes, hay quienes especulan sobre su entrada a las primarias presidenciales.
En tanto, en Alaska la exgobernadora y excandidata a la vicepresidencia Sarah Palin se prepara para un retorno a la política, en condiciones muy particulares: dos elecciones tenían lugar este martes, con casi los mismos candidatos. Esto, porque durante su mandato como representante por ese estado, el escaño del republicano Don Young quedó vacante debido a la muerte de este en marzo pasado, después de 49 años en el Congreso. Por esto, durante la jornada se votaba no solo quién lo reemplazará de acá hasta noviembre, sino también la primaria que define quiénes estarán en la papeleta de noviembre.
Por primera vez desde 2008, cuando perdió junto a John McCain las presidenciales, el nombre de Palin vuelve a las papeletas, y esta vez, con el apoyo de Donald Trump. Ambos han desarrollado una relación política de respaldo mutuo, siendo el apoyo de la exgobernadora en 2016 clave para la carrera del magnate al interior del Partido Republicano.
A diferencia de otros estados, Alaska no separa sus primarias en partidos, por lo que Palin corría contra candidatos de todos los partidos. Por un lado, Nick Begich, un republicano proveniente de una familia de políticos demócratas; por el otro, Mary Peltola, una exrepresentante del partido liderado por Joe Biden y que podría volverse la primera nativa de Alaska en el Congreso. El independiente All Gross, que había quedado tercero en una primaria anterior, se retiró de la carrera, dando todo su apoyo a Peltola y llamando a votar por ella.
También con Donald Trump mirando lo que pasará, la carrera senatorial de Alaska forma parte de su “campaña de la venganza”. Defendiendo su escaño, la senadora Lisa Murkowski fue la única de los siete senadores republicanos que votaron a favor de la destitución en el segundo juicio contra el expresidente. Ahora, el magnate le dio su respaldo a la oponente de Murkowski, Kelly Tshibaka, llegando a viajar a Alaska en julio para acompañarla en un mitin.
Ahora bien, debido al inusual formato de primarias no partisanas del estado, se esperaba que ambas avanzaran a los comicios de noviembre. Bajo los cambios en las normas electorales de Alaska, los cuatro candidatos que más votos obtengan, independientemente de su partido, avanzarán a la elección en noviembre, donde los votantes tendrán que ubicarlos en orden de preferencia.
Durante esta temporada de prelegislativas, en el Partido Republicano, la mayoría de los candidatos respaldados por Donald Trump ha ganado sus respectivas primarias, en lo que los seguidores del expresidente leen como la confirmación de que debería presentarse, por tercera vez consecutiva, a la Casa Blanca.
Tanto Alaska como Wyoming, debido a sus respectivas poblaciones, solo tienen un representante cada uno, siendo que el total de miembros en la Cámara Baja es de 435. A pesar de eso, los medios norteamericanos siguen con atención los resultados de estos dos estados, tradicionalmente republicanos.
Los comicios de esta semana llegan solo ocho días después de que el FBI ejecutara un allanamiento en la propiedad de Donald Trump en Florida, recuperando 11 cajas de registros clasificados. Algunos de estos fueron marcados como “información sensiblemente compartimentada”, una categoría que protege los secretos más importantes de Estados Unidos. En un principio, el Partido Republicano se había cuadrado en bloque en apoyo de Trump, condenando el allanamiento. Ahora que se conocen más detalles de lo que se encontró en Mar-A-Lago, las reacciones han sido mixtas.
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