Quién es E. Jean Carroll, la mujer que nuevamente pone a Donald Trump entre las cuerdas
El exmandatario republicano enfrenta este martes en la Corte Federal de Manhattan el segundo juicio civil por difamación a la periodista y escritora, quien lo acusó en 2019 de haberla agredido sexualmente en los probadores de una tienda de Nueva York, a mediados de la década de 1990.
Tras su victoria en los caucus republicanos de Iowa el lunes, el expresidente de Estados y candidato de su partido a la Casa Blanca, Unidos Donald Trump, volvió a los tribunales este martes para enfrentar una de las causas por las que se le acusa. Se trata del segundo juicio civil por difamación a la escritora E. Jean Carroll, quien lo acusó de agresión sexual en 2019 y posteriormente fue desmentida por Trump, quien dijo que las acusaciones eran “falsas” y que él nunca la conoció.
En 2019, cuando Trump aún era Presidente, Carroll escribió un artículo para New York Magazine denunciando que Trump la violó en los probadores de la tienda departamental Bergdorf Goodman, en la ciudad de Nueva York, a principios del año 1996. Según el testimonio de la escritora, Trump se encontró con ella cuando salía de las galerías de lujo ese año.
El magnate reconoció a la escritora, porque en ese momento publicaba en la revista Elle y participaba en un programa de televisión donde ofrecía consejos a la gente. Carroll fue columnista con su propia sección “Ask E. Jean” en la revista Elle desde 1993 hasta 2019, convirtiéndose en una de las columnas de consejos más antiguas en las publicaciones estadounidenses.
En ese entonces, Trump aún no había iniciado su carrera política y solo era conocido como uno de los grandes empresarios del país. El magnate le habría pedido ayuda a Carroll para comprar un regalo, mietras la escritora reconoció que estaba entusiasmada por la situación: “Estaba absolutamente encantada”. Explicó que Trump la llevó a la sección de lencería y la convenció para que se probara una prenda. Ella no tenía intención de probarse nada y bromeó con él: “Le dije: ‘Póntelo tú, es tu color’”.
El empresario siguió la broma y sugirió probárselo ambos. “Donald Trump estaba muy divertido. Era muy bromista. Estuvimos coqueteando todo el tiempo”, reconoció. El magnate la llevó entonces al probador y fue allí donde se produjo la supuesta violación: “Cerró la puerta y me empujó contra la pared tan fuerte que me golpeé la cabeza. Estaba muy confundida”. Luego consiguió escapar y huyó de la tienda.
En el artículo, Carroll denunciaba a Donald Trump y a Les Moonves -exdirector ejecutivo de la cadena CBS- de cometer delitos de agresión sexual en su contra. Ambos negaron las acusaciones y Trump llamó a Carroll “loca” y aseguró que “no era su tipo” en una comparecencia judicial. “En realidad dijo que le encantó. De hecho, creo que dijo que fue sexy, ¿verdad? Dijo que fue muy sexy haber sido violada. ¿No lo dijo?”, señaló el expresidente a modo de burla.
Tras ello, Carroll demandó a Trump en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York (presentado originalmente en la Corte Suprema de Nueva York) por difamación y agresión. Allí, declaró que “Donald Trump me violó, y cuando lo conté, él declaró que no era verdad. Mintió y destrozó mi reputación. Ahora estoy aquí para recuperar mi vida”.
Aseguró que desde ese episodio ha sufrido secuelas físicas y psicológicas: “Me dejó incapaz de volver a tener una vida romántica”. Al ser preguntada por qué no denunció a la Policía en el momento, explicó que un amigo periodista se lo aconsejó, pero otro la convenció de que no lo hiciera: Trump “tiene 200 abogados, te va a destruir”.
En tanto, el caso denunciado en 2019, se estancó en los tribunales mientras Trump era presidente. El Departamento de Justicia inicialmente defendió al mandatario, argumentando sin éxito que la ley federal lo protegía de responsabilidad ya que actuaba como empleado federal cuando hizo sus comentarios.
Sin embargo, en noviembre de 2022 entró en vigor la nueva Ley de Sobrevivientes Adultos de Nueva York, que habilitó la posibilidad de que pudiera denunciarlo por agresión sexual al ser considerada sobreviviente de este tipo de agresiones a pesar de haber prescrito. Carroll presentó su segunda demanda por difamación en 2022, poco después de que Trump reiterara su negativa. El equipo de Carroll también añadió la denuncia de violación en virtud de la nueva ley, que eliminó el límite de prescripción.
En mayo de 2023, a casi 30 años después del evento, el jurado apoyó unánimemente a Carroll y declaró culpable a Trump de haber cometido abuso sexual y difamación, pero dictaminó que no era responsable de violación. Trump fue obligado a pagar cinco millones de dólares en compensación de daños a Carroll. Si bien el caso tuvo lugar en un tribunal federal, se consideró bajo el código penal de Nueva York, que sólo considera un ataque como “violación” si una persona fuerza sus genitales a otra.
Durante el juicio, la reportera Natasha Stoynoff testificó que el expresidente la habría acorralado y besado a la fuerza en su club de Mar-a-Lago en Florida en 2005. Otra mujer, Jessica Leeds, declaró que el republicano la habría manoseado bajo su falda durante un vuelo en 1979. Pero debido a que se trató de un juicio civil, el republicano no enfrentó sanciones penales.
Hoy, lo que está en juego es una segunda demanda por difamación, después de que un tribunal federal de apelaciones rechazara los intentos de Trump de retrasar el juicio. Este martes, el exmandatario llegó a la sala del tribunal en el Bajo Manhattan para asistir a este segundo juicio civil, que determinará cuánto dinero debe pagar a la escritora E. Jean Carroll por los comentarios que hizo en 2019 negando haberla agredido sexualmente.
Medios estadounidenses han publicado en las últimas horas que en la sala del juicio, Trump estaba sentado a unos tres metros de E. Jean Carroll, que ella estaba sentada dos filas delante de él y no se dio vuelta, y que ésta sería la primera vez que los dos están en la misma habitación en más de 25 años. Trump asistió a la corte voluntariamente, y afirmó el jueves pasado que quería asistir a todos sus juicios.
Consultado si iría al juicio de este martes, Trump afirmó “sí, voy a hacerlo y voy a explicar que no sé quién diablos es ella”, dijo, afirmando que su caso ha sido respaldado por agentes demócratas. Trump tiene prohibido testificar que la agresión sexual no ocurrió.
Simultáneamente, Trump enfrenta cargos federales en Washington, D.C., por sus esfuerzos por permanecer en el poder después de perder las elecciones de 2020 y en Florida por su manejo de materiales clasificados después de dejar el cargo. En total, Trump enfrenta 91 cargos por delitos graves en dos tribunales estatales y dos distritos federales diferentes, cualquiera de los cuales podría generar una sentencia de prisión.
También está lidiando con una demanda civil en Nueva York que podría obligar a cambios drásticos en su imperio empresarial, incluido el cierre de sus operaciones en su estado natal. Mientras tanto, es el principal candidato republicano en la carrera por convertirse en el próximo inquilino de la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de noviembre próximo, aunque hay demandas en varios estados que buscan descalificarlo de la competencia por el sillón presidencial.
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