Recortar impuestos y subir las pensiones: Macron anuncia medidas para responder a la crisis de "chalecos amarillos"
Sin embargo no respondió a algunas de las principales demandas del movimiento, como la restauración del Impuesto Sobre la Fortuna, que afecta a los más ricos de Francia o a la puesta en marcha de un Referendo de Iniciativa Ciudadana.
Poco más de un mes después del gran debate nacional que buscó respuestas en Francia a la crisis de los "chalecos amarillos", el presidente, Emmanuel Macron, prometió bajar impuestos y subir las pensiones en una comparecencia donde entonó el "mea culpa", pero descartó un cambio de rumbo.
"Quiero una bajada significativa del impuesto sobre la renta para quienes trabajan", dijo sobre una propuesta cuyo coste evaluó en 5.000 millones de euros y que quiere financiar con la supresión de ciertos nichos fiscales para las empresas, una reducción del gasto público y "trabajando más".
Macron lo anunció en una conferencia de prensa, la primera de este estilo que celebra en el Elíseo desde su llegada en mayo de 2017, en la que ofreció durante dos horas y media su receta contra el malestar social.
El presidente tenía previsto desvelar su hoja de ruta el pasado 15 de abril en una declaración solemne televisada, pero el incendio en Notre Dame ese mismo día trastocó unos planes también afectados por la filtración en los medios del contenido de ese discurso.
Este jueves, en la sala de fiestas recién renovada del Elíseo y sentado tras una mesa frente a más de 300 periodistas, tomó la palabra para confirmar el grueso de las propuestas adelantadas e intentar que este nuevo rumbo aplaque la mayor y más violenta crisis de su mandato.
El presidente lamentó haber dado la impresión de ser duro y "a veces injusto" y recalcó que del movimiento contestatario de los "chalecos amarillos", iniciado a mediados de noviembre con manifestaciones semanales, emana la "profunda sensación de injusticia fiscal, social y territorial" de parte de los ciudadanos.
Admitió la necesidad de acelerar su plan de reformas, pero rechazó que lo realizado haya sido en vano. Los cambios "no han sido lo suficientemente radicales ni rápidos, pero creo profundamente que han sido justos", dijo.
Junto a la bajada de impuestos decidió que desde enero de 2020 las pensiones de menos de 2.000 euros se vincularán a la inflación y esto se generalizará al conjunto a partir de 2021.
Macron abogó por una reforma constitucional que permita una descentralización "diferenciada" y por facilitar la participación de la ciudadanía en la vida democrática.
Asimismo, prometió que de aquí a finales de su quinto año, en 2022, no se cerrarán más escuelas ni hospitales sin el acuerdo de los alcaldes correspondientes, lo que no implica que haya una "reorganización", y confirmó su intención de suprimir la ENA, vivero de las élites francesas, para repensar la formación de los altos funcionarios.
Pero en su discurso no cedió a algunas de las principales reivindicaciones de los "chalecos amarillos", como la reinstauración del Impuesto Sobre la Fortuna, que afecta a los más ricos del país, o la puesta en marcha de un Referendo de Iniciativa Ciudadana.
A cambio, propuso bajar a un millón el número de apoyos ciudadanos necesarios para impulsar el ya existente referéndum de iniciativa compartida, que también exige el respaldo de un número de diputados.
El Gobierno se reunirá ahora el lunes para preparar la aplicación de sus medidas, cuya presentación sirvió también de inicio oficioso de la campaña para las europeas de mayo, en la que un sondeo del diario "Les Echos" coloca a su partido por detrás de la ultraderechista Agrupación Nacional.
Aunque su antecesor, el socialista François Hollande, se prestaba a este tipo de conferencias de prensa de manera habitual, Macron, en su voluntad de marcar distancia con los periodistas, había evitado hasta ahora una confrontación tan larga y directa.
Este cara a cara dialéctico llega en un momento en que solo tres de cada diez franceses están satisfechos con su acción, una caída de cinco puntos en un mes, según un sondeo difundido este sábado por el diario "Le Figaro".
"Prefiero ser responsable, cumplir mis compromisos y ser impopular que intentar seducir", concluyó Macron, que pese a todo condenó los ataques lanzados contra él y su familia y pidió que, frente a los altercados en las manifestaciones de "chalecos amarillos" vuelva ya "el orden público".
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