Trump vs. Europa: ¿Un nuevo orden global en marcha?

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Trump vs. Europa: ¿Un nuevo orden global en marcha?

Los primeros movimientos diplomáticos de Donald Trump en la Casa Blanca han ido lentamente beneficiando a Moscú y no a Europa, su aliado histórico. Una votación que no condenó a Rusia en la ONU, el encontrón con Zelensky y, más recientemente, las dudas sobre el futuro de la OTAN: el mensaje del Presidente republicano es que el Viejo Continente tendrá que aprender a defenderse solo.


Ya en 2017 la entonces canciller alemana, Angela Merkel, lo advirtió frente a sus pares europeos después de sus primeros encuentros con Donald Trump: “El tiempo en el que podemos confiar completamente en los otros se acabó”. Si el diagnóstico para las relaciones transatlánticas resultaba alarmante para ellos durante el primer gobierno del Presidente republicano, esta vez es crítico, por lo que Bruselas mira ahora el comienzo de una era posestadounidense que cambiará la configuración imperante desde 1945, cuando Europa y EE.UU. consolidaron una alianza histórica.

La decisión de Trump de no consultar ni advertir a los líderes europeos antes de hablar con el Presidente ruso, Vladimir Putin, sumado al encuentro que ambos países tuvieron en Arabia Saudita para un alto el fuego en Ucrania, seguido del voto en Naciones Unidas en apoyo a Kiev en el que Washington se alineó con Rusia, Bielorrusia y Corea del Norte, muestran cuán “irrelevante” se ha vuelto Europa para el mandatario, incluso cuando sus intereses geopolíticos están en juego.

Luego del encuentro que terminó a los gritos el 28 de febrero, en el que el Presidente de Ucrania, Volodimyr Zelensky, y Trump discutieron frente a las cámaras en el Salón Oval de la Casa Blanca, Washington cortó la ayuda militar y los intercambios de inteligencia con el Ejército ucraniano. Este encuentro hizo que las relaciones entre ambos países cayeran en picada.

Trump ha adoptado una postura que muchos aliados europeos consideraron que era más cercana a Putin, al desestimar las preocupaciones de seguridad de un país amigo que necesita la ayuda de Occidente. Así, le dijo a Zelensky que estaba perdiendo la guerra y que “no tenía cartas”.

La postura del Presidente estadounidense ante Rusia, un adversario que ha trabajado durante años para socavar el liderazgo mundial de Estados Unidos, contradice décadas de política occidental según los analistas. De hecho, Washington y sus aliados fundaron la OTAN hace 75 años precisamente como una protección respecto de Moscú.

La OTAN se basa en la idea de que Estados Unidos utilizaría su poderío militar, incluido su arsenal de armas nucleares, para defender a cualquier aliado que fuera atacado. Pero esa premisa fundamental ha sido puesta en tela de juicio. Es más, Trump puso en duda su voluntad de defender a los aliados de Washington en la Alianza Atlántica en caso de que no paguen lo suficiente por su propia defensa. “Si no pagan no los voy a defender”, advirtió en la semana.

Ucrania
Foto: Reuters

De hecho, esta semana, en una conferencia de Chatham House, el embajador ucraniano en Reino Unido, Valery Zaluzhny, puso en palabras las dudas que muchos al otro lado del Atlántico temen: “No se trata de un eje del mal tratando de revisar el orden mundial. Es Estados Unidos destruyendo el orden mundial. Ahora Washington está tratando de delegar temas de seguridad a Europa, sin la intervención de Estados Unidos”.

“Me preocupa que estemos en los últimos días de la OTAN”, señaló a The Wall Street Journal el almirante retirado de la Armada James Stavridis, que se desempeñó como comandante de la OTAN. Para él, “puede que la Alianza Atlántica no esté a punto de derrumbarse, pero puedo oírla crujir más fuerte que en cualquier otro momento de mi larga carrera en el Ejército”.

En medio de este contexto, la Unión Europea se ha visto obligada a replantearse su defensa. Los Veintisiete se reunieron en una cumbre extraordinaria en Bruselas el jueves para hablar precisamente del gasto en defensa. “Hoy se está escribiendo la historia”, dijo la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

European Commission President Ursula von der Leyen delivers a statement, in Brussels
La titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se dirige a la EU en reunión extraordinaria.

Tras décadas de declive en el gasto militar -en las que se ha descuidado la industria del sector, producto de la invasión rusa a gran escala-, el bloque aspira a movilizar hasta 800.000 millones de euros en los próximos cuatro años.

A juicio de la investigadora en relaciones internacionales del Wilson Center, Kristina Lozinskaya, quizás por primera vez desde el establecimiento de la OTAN, en 1949, Rusia puede decir que la política exterior de Estados Unidos “se alinea ampliamente” con su visión, como indicó el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, la semana pasada. “Si bien históricamente ha habido casos en que Estados Unidos se desvió de sus compromisos de priorizar asuntos internos u otros objetivos, la aprobación por parte de Moscú de la política exterior estadounidense en su conjunto no tiene precedentes”, dijo la experta a La Tercera.

Al final, indican los analistas, Trump le estaría haciendo el juego a Putin. En un artículo del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el doctor Nigel Gould-Davies planteó que lo que está haciendo Washington podría considerarse una “rendición estratégica”. “Este término captura, mucho mejor que ‘negociaciones’, la dinámica en las conversaciones entre ambos países que ocurrieron en Riad. Una negociación genuina involucra ‘zanahorias y varas’: ofertas que beneficiarán a la otra parte si acepta el resultado deseado y amenazas de imponer costos si no lo hace”, indicó.

En ese sentido, el experto afirmó que todos los movimientos de Estados Unidos han sido concesiones a Rusia: “En cambio, está aceptando una serie de demandas rusas sin obtener nada excepto la promesa de un fin a la guerra en los términos que Rusia dicte. Al hacerlo, Estados Unidos ha revertido una serie de posiciones fundamentales. Después de haber proporcionado ayuda militar y financiera a Ucrania para defenderse, ha anunciado el fin de la ayuda”.

El analista político Emanuele Bobbio, director de investigaciones en Autonomie Locali Italiane (ALI) y fundador del medio Lo Spiegone, indicó a La Tercera: “La postura de la Casa Blanca bajo Trump es irreverente, menos respetuosa de las reglas tradicionales y, a menudo, difícil de descifrar debido a sus continuas provocaciones. Algunos lo interpretan como un intento de entablar un diálogo con Putin, incluso a expensas de Ucrania, para servir a intereses políticos internos. Otros lo ven como una estrategia para alejar a Rusia de la influencia de China y al mismo tiempo presionar a Europa, que, a excepción de Giorgia Meloni, no es particularmente amigable con Trump en este momento”.

El analista británico Neil Melvin, del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, indicó a La Tercera que “ahora Estados Unidos parece estar buscando una asociación con Rusia, basada en poner fin a la guerra contra Ucrania, que implicará cooperación en una variedad de áreas: inversiones económicas y energéticas, especialmente en el Ártico, seguridad en Medio Oriente, estabilidad estratégica sobre las fuerzas nucleares”.

Europa en la mira

El giro diplomático de Washington no se limita a Ucrania, sino a todo el conjunto de la Unión Europea, y quedó reflejado a mediados de febrero, cuando el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, tomó parte en una cumbre de seguridad en Múnich, donde se esperaba que comentara la guerra en Ucrania y su eventual final. En cambio, su discurso se centró en criticar a las democracias europeas, acusándolas de no escuchar la voz del pueblo cuando hacen “cortafuegos” a los partidos de extrema derecha.

“La amenaza que más me preocupa en lo que respecta a Europa no es Rusia, ni China, ni ningún otro actor externo. Lo que me preocupa es la amenaza interna. La retirada de Europa de algunos de sus valores más fundamentales”, indicó el vicepresidente. “Me temo que la libertad de expresión está en retirada”, agregó.

Munich Security Conference (MSC)
J.D. Vance, vicepresidente de Estados Unidos.

Al respecto, el analista del German Marshall Fund, Vassilis Ntousas, señaló: “El discurso de Múnich de J.D. Vance, la exclusión de los aliados europeos de negociaciones críticas, la renuencia de Estados Unidos a condenar las acciones rusas y figuras como Elon Musk, que amplifican los movimientos políticos de extrema derecha, han dejado a muchos líderes europeos cuestionando la confiabilidad y previsibilidad de Estados Unidos como socio, no solo en cuestiones de comercio, sino en un conjunto mucho más amplio de cuestiones”.

Para el analista, esta tendencia podría ampliar la brecha transatlántica y forzar a Europa a una mayor independencia en defensa y seguridad. “Figuras como Trump, Musk, J.D. Vance, Steve Bannon y Peter Thiel son actores clave en el movimiento MAGA (Make America Great Again), que después de recuperar el poder en Estados Unidos, ahora ve a Europa como su objetivo para asegurar el éxito a largo plazo. Hay innumerables factores en juego, pero en los próximos cuatro años podemos esperar la máxima presión sobre las democracias occidentales por parte de este bloque ideológico”, indicó Bobbio.

A juicio de Kristina Lozinskaya, “las acciones de Trump ciertamente han creado una crisis de confianza dentro de la OTAN. Sin embargo, hay un lado positivo: es una oportunidad para que Europa se fortalezca en conjunto e individualmente, e invierta en su propia defensa. Es un impulso para reforzar el liderazgo y la unidad internos. Con los rumores de que las tropas estadounidenses se retirarán de Europa en el futuro, es hora de que el resto de la OTAN se movilice y garantice su propia seguridad”.

Contra el mundo

En sus primeros dos meses en la Casa Blanca, Trump ha lanzado dardos a todas partes, con señales no del todo claras incluso para sus aliados fronterizos. Es así como impuso aranceles del 25% a Canadá y México, en violación de su propio acuerdo comercial T-MEC, los que fueron aplazados hasta el 2 de abril. También su secretario de Defensa amenazó con invadir México para perseguir a los cárteles de la droga.

De acuerdo con The Wall Street Journal, más que un nuevo orden mundial, la estrategia de Trump respondería a una idea en la que Estados Unidos estaría “en declive” y, como tal, no debería ni liderar ni defender Occidente.

Lozinskaya, por su parte, estima que el “nuevo orden” de Trump se basa sobre todo en el deseo de no ser “el policía del mundo”, y de mantener las alianzas y acuerdos que sirvan a los intereses de Estados Unidos.

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