Chile busca reforzar su cooperación internacional en África en favor de la niñez vulnerable

“Salvo excepciones, un continente entero ha estado fuera de nuestra mirada nacional. No ha formado parte de nuestra percepción del orbe, como si no existiera, dejando de compartir nuestra existencia con una parte importante de la humanidad que se desenvuelve desde sus albores con originalidad y sufrimiento, pero también con esperanza”, dijo el exministro de Justicia y académico de la Universidad Católica, Hernán Larraín Fernández, durante el lanzamiento oficial de la Fundación Chile-África en el salón de honor San Alberto Hurtado de la casa central de la Universidad Católica.

Romper esa histórica distancia y convertirse en un puente entre Chile y el continente africano es precisamente el objetivo de esta fundación, tarea para la cual ya cuentan con un valioso aliado: la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ayer ese compromiso quedó sellado con la firma de un convenio entre la casa de estudios y la fundación para el respaldo a los proyectos que ejecuten en el continente africano en beneficio de la niñez vulnerable y en situación de discapacidad.

“Pero ahí está África, intentando encontrar un lugar en este universo, alzando su voz en medio de inmensas dificultades y limitaciones (…) ahí está, esperando desarrollarse y crecer, siguiendo su propio camino, integrándose al resto sin perder su identidad”, remarcó Larraín sobre la importancia del trabajo de cooperación internacional que Chile puede desplegar en el tercer continente más grande del planeta- y uno de los más abandonados-, por lo que hizo un llamado a los chilenos a conocer y participar del trabajo que llevará adelante esta fundación cuyo directorio integran, además, el abogado Enrique Alcalde, la exministra de la Corte Suprema María Eugenia Sandoval, el rector de la UC, Ignacio Sánchez, y la gestora cultural Soledad Silva.

Una tarea que, reconocen los integrantes de la fundación, se inspira en la labor que viene realizando en Kenia desde 2008 el sacerdote chileno Alejandro Ruiz. El misionero de la Congregación Hijos de la Divina Providencia, fundada por el Padre Orione, había dirigido los hogares del Pequeño Cottolengo en Chile, experiencia que replicó en localidades rurales de Thika y Kandisi, en Kenia, para atender a menores con capacidades intelectuales diferentes.

En los 16 años que lleva en África, el padre Ruiz ha extendido sus áreas de cooperación con la infancia vulnerable. Además de los dos centros para niños con discapacidad, creó la escuela Santa Rosa de Lima, que atiende en muy precarias condiciones de infraestructura a más de 300 niños y niñas de la aldea de la tribu Leu, una localidad rural cerca de la frontera con Uganda.

La escuela será el primer proyecto que abordará la Fundación Chile-África. Desde marzo pasado, con la ayuda de académicos y alumnos de la UC, comenzaron a diseñar los planos de un nuevo establecimiento y a levantar las bases un proyecto educativo que sea de calidad y sustentable en el tiempo.

Fue el rector Sánchez y la UC, quienes vienen apoyando al padre Ruiz desde hace más de cinco años, los que impulsaron la idea de crear una fundación que pudiera asumir la compleja misión de coordinar y promover la cooperación internacional chilena al continente africano, con un primer paso en Kenia y las obras del misionero orionista.

La UC, indicó el rector Ignacio Sánchez, tiene un largo camino de cooperación y voluntariados con África, no sólo en Kenia, también en Chad y Mozambique.

“Emociona y compromete todo el impacto de la labor que se pueda hacer en las realidades de esos países, señaló.

“Pese a la distancia geográfica, nuestro país tiene un vínculo fuerte con el continente africano”, resaltó la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Gloria de la Fuente, al intervenir en la ceremonia de firma del convenio de cooperación entre la Fundación Chile-África y la UC. Hace poco tiempo, regreso de una gira por Sudáfrica, Kenia y Etiopía. “Tenemos muchas diferencias, pero también criterios y anhelos compartidos. Me refiero a la búsqueda de un reconocimiento del valor de la cooperación internacional como herramienta transformadora, la necesidad de desarrollar crecimiento sostenible desde el respeto de la diversidad cultural y el dialogo entre los países del sur del mundo”, remarcó.

De la Fuente, junto con agradecer la creación de esta fundación, comprometió el apoyo de la Cancillería a los proyectos que ésta va a desarrollar.