Cuatro nudos críticos del confinamiento

El volumen de personas en cuarentena en el Gran Santiago será tan grande, que surgen factores que podrían complicar su éxito, como la alta densidad de habitantes por hogar y el invierno, que se prevé será más frío que lo esperado.

A partir de las 22.00 de este viernes, cuatro de cada 10 chilenos estarán en cuarentena, una medida que llega cuando se cumplen 73 días de lucha contra el coronavirus, desde que se detectó el primer caso a inicios de marzo.

En la Región Metropolitana, que concentra el 82% de los enfermos activos, habrá 7,5 millones de personas confinadas. La meta es reducir los nuevos casos diarios a menos de dos mil, pero el volumen de gente encerrada es tan grande, que surgen otros nudos críticos a resolver.

Uno de los más urgentes es el de la violencia intrafamiliar, luego de que en abril aumentaran en 80% los llamados al Fono de Orientación del Ministerio de la Mujer. Otra preocupación está puesta en aquellas familias vulnerables que viven de su trabajo diario, el que probablemente perdieron, y que hace reaparecer el fantasma del hambre.

Pero hay otros problemas más difíciles de resolver, que podrían complicar el éxito de la cuarentena, como el hacinamiento. Según el Ministerio de Vivienda, el 7,8% de los hogares que estarán en cuarentena presenta condiciones de hacinamiento. En el 1% de ellas viven más de cinco personas por dormitorio.

Solo entre enero y marzo, la tasa de desempleo en la Región Metropolitana llegó al 8,7%, un alza de 1,2 puntos en un año. Y se espera que esta realidad aumente con los meses. Y ante la imposibilidad de trabajar por el confinamiento, la falta de alimentos e insumos básicos podría ser aún más crítica para las familias más vulnerables.

El presidente de la Asociación de Municipalidades de Chile y alcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado, dice que los municipios están reforzando la entrega de canastas básicas y distingue dos segmentos perjudicados: los adultos mayores que viven de sus pensiones, y los adultos mayores que vivían de familiares que quedaron sin trabajo, por lo que también necesitan ayuda.

“Estamos entregando beneficios en distintas instancias. Pero si esta crisis dura uno o dos años, entonces tendremos que hacer esfuerzos mayores”, dice. Solo en su comuna, agrega, hay dos mil familias vulnerables.

Una de las consecuencias más alarmantes de la cuarentena es el aumento de la violencia intrafamiliar. En abril se registraron 14.759 llamadas al Fono de Orientación 1455, un 80% más que en marzo. Sin embargo, las denuncias por violencia intrafamiliar han bajado 18%, por lo que se teme que exista una “cifra negra” de casos no denunciados.

Ante esto, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Macarena Santelices, se reunió este jueves con el fiscal nacional, Jorge Abbott, para solicitarle que refuerce los métodos de denuncia online.

Entre los mecanismos para denunciar está el sitio web www.fiscaliadechile.cl, los teléfonos 1455 y 149, y el WhatsApp +569 9700700.

También existe un protocolo en que las mujeres pueden ir a una farmacia y solicitar la “mascarilla 19”, que es la clave para que el farmacéutico las contacte con el Fono Orientación.

El hacinamiento y los contagios van de la mano. Bien lo saben en Independencia y Recoleta, las dos comunas de la RM con mayor presencia de viviendas colectivas y con la mayor tasa de infección de coronavirus.

Según el Observatorio Urbano del Ministerio de Vivienda, en las 42 comunas del país que estarán en cuarentena a partir de este viernes, hay 170 mil viviendas hacinadas. Y en 24 mil de ellas viven más de cinco personas por dormitorio.

El alcalde de Independencia, Gonzalo Durán, comenta que hay casonas antiguas donde viven 20 a 30 personas, con un solo baño, una situación que, a su juicio, ha disparado los contagios.

“En algunos casos críticos, se ha requerido derivar a personas a los hoteles sanitarios para evitar más problemas”, afirma.

Como si todo lo anterior no bastara, la zona central enfrentará un complejo escenario climático: se pronostica que lo que queda de mayo y los meses de junio y julio serán más fríos de lo normal, lo que podría complicar la batalla contra el coronavirus.

Según el último boletín climático de la Dirección Meteorológica, durante este período la temperatura mínima entre Valparaíso y Ercilla será menor al promedio. En Santiago, si lo habitual para esta fecha es que la mínima sea entre 4,7° y 5,4°, ahora será más baja. El meteorólogo Diego Campos dice que esto ocurrirá “porque se esperan más noches despejadas, sin nubosidad que pueda retener la radiación solar”. A su vez, esto se explica porque los sistemas de baja presión pasarán más hacia el sur, por lo que habrá déficit de lluvias en la zona central y un aumento de precipitaciones en Magallanes.