Denuncias de agresiones sexuales contra menores suben 10% en cuatro años

Un nuevo caso de presunta violación contra un niño de cuatro años se dio a conocer ayer. El hecho fue denunciado por los médicos que atendieron al pequeño, que llegó con vómitos y pérdida de conciencia al Hospital Exequiel González Cortes de San Bernardo.

La situación se suma a la denuncia de abuso sexual contra una menor de un año y cinco meses en Valparaíso, que salió a la luz pública el pasado jueves, y a lo ocurrido a Ámbar, la pequeña de un año y siete meses que falleció en Los Andes, tras ser víctima de una violación.

El impacto que han causado estos casos han abierto, además, un debate sobre la recurrencia de estas agresiones. Y las cifras de la fiscalía apuntan en esa dirección: las denuncias por delitos sexuales contra menores muestran un alza sostenida los últimos años.

Mientras en 2014 las denuncias totalizaron 16.992, el año pasado se registraron 18.690, configurando un aumento del 10% en cuatro años (ver infografía).

Además, las cifras señalan que, del total de víctimas de delitos sexuales en ese período, el 77% corresponde a niños, niñas y adolescentes, lo que equivale a 68.444 víctimas menores de 18 años.

Según Luis Torres, jefe de la unidad de delitos sexuales de la fiscalía, pese a que han aumentado las denuncias de este tipo, no necesariamente se relaciona con un aumento de los casos: "los expertos coinciden en que las estadísticas abarcan alrededor de un 10% de la realidad. Cuando hay una cifra negra tan alta, lo que uno puede afirmar es que no necesariamente aumentan estos delitos, sino que hay más condiciones para que el sistema los conozca. Hoy en día, los tiempos y la coyuntura han generado elementos e incentivos para que la gfente denuncie".Torres añadió que no siempre coincide la fecha en que se cometieron los delitos con la realización de la denuncia.

En ese sentido la Coordinadora del Área de Programas de Unicef, Candy Fabio, señaló que hacer imprescriptibles los delitos de abuso sexual puede ser una ayuda para que se den a conocer más denuncias. "Un niño que ha sido abusado tiene pocas posibilidades de reflexionar la brutal agresión que sufrió, muchos la justifican y es poco probable que siendo niños tengan la posibilidad de hacer la denuncia y encontrar adultos que los puedan defender, por lo que es positivo que tengan toda la vida para denunciar".

Sobre la evolución de la cantidad de agresiones, Fabio explicó que Unicef realiza cada seis años un estudio de prevalencia en maltrato a menores y en la última encuesta, correspondiente al 2012, la prevalencia de abuso sexual a menores en Chile llegó al 8%.

Uno de los factores que incidirían en el alza de las denuncias, sería el tratamiento que se entrega a las víctimas y los protocolos de los centros de salud para denunciar, ante sospechas de delitos sexuales contra menores.

Así, en 2016, el Ministerio de Justicia aprobó una "Norma General Técnica para la Atención de Víctimasde Violencia Sexual", que aplica a las distintas carteras.

En Salud, por ejemplo, la subsecretaria de Redes Asistenciales, Gloria Burgos, explica que la norma, "establece cómo enfrentar este tipo de situaciones, incluyendo el reconocimiento de factores de sospecha o consecuencias de la agresión sexual, la denuncia cuando corresponda y la atención a víctimas, especificando la acogida, la primera respuesta, la exploración clínica y derivación interdisciplinaria, entre otros aspectos".

Al respecto, María Begoña Yarza, directora del Exequiel González -recinto que alertó el más reciente caso de presunta violación- dijo que el protocolo "señala exhaustivamente cuáles son los elementos de alarma. Nosotros no somos los indicados para investigar, por tanto hacemos la notificación de esta sospecha y la Fiscalía investiga. Para eso estamos vinculados".

Los últimos casos de abusos sexuales contra menores han causado masivas reaciones en las comunidades. El pasado jueves, más de mil personas llegaron a Los Andes a despedir a Ámbar, con globos, peluches y carteles. Antes, se habían manifestado en el tribunal, cuando llegó el presunto agresor, incluso con pedradas.

Según María Isabel Salinas, psicóloga jurídica de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. Chile, se trata de un movimiento que ocurre en todo el mundo. "Las sociedades sienten que se ha transgredido su unidad más básica y más preciada, que es la infancia. Además, existe desconfianza frente a los sistemas de regulación y al fracaso del Estado frente a la protección de los niños".

Salinas explicó que, en ese escenario, "las comunidaes se tienden a unir. A decir 'estas víctimas no están solas. Somos la comunidad y tenemos un rol protagónico en la fiscalización, el control y la protección de los niños y niñas´. Es un signo positivo de una sociedad que está evolucionando, que se está involucrando más en los problemas sociales y está superando el individualismo".