Gustavo Fernández, ex canciller boliviano: "Esta es una causa que va mucho más allá de las diferencias políticas internas, y no va a cambiar"
Ex canciller paceño dice que "ha crecido el sentimiento" en su país sobre el tema marítimo. Y agrega que "Bolivia no va a cambiar de posición".
Sorprendió en Chile que una parte importante de la pretensión de Bolivia se sostenga en, más bien, una solicitud de justicia…
Es una antigua discusión entre juristas, entre ser positivistas y los que reivindican la justicia. Chile y sus abogados escogieron claramente la línea positivista.
¿Le llamó la atención la forma un poco agresiva y dura en que hubo intercambio de declaraciones durante estos días?
Sí, evidentemente. Los términos de las conversaciones, especialmente las de las redes sociales, no fueron las más serenas, las más apropiadas para el tratamiento de un tema tan delicado.
Chile ha criticado mucho que Bolivia cayó en una pequeña trampa, que es la politización de la demanda marítima que ha hecho Evo Morales en medio de su proceso de reelección. Más allá de si es o no justa una causa como la recuperación de su acceso soberano al mar, ¿Morales le ha hecho daño en estos momentos a la causa?
No, no creo. Lo digo con sinceridad, no soy parte del gobierno de Evo Morales. Pero aquí hay la repetición de una muletilla constate, que no es de hoy. Chile siempre afirmaba que los gobiernos bolivianos recurrían al tema del mar en épocas de crisis internas. Ahora dicen que esta bandera ayuda a Evo Morales en su campaña política de la reelección. Es el mismo argumento que cambia de forma, pero la verdad es que, como ha quedado muy claro y creo que ese es el punto que debe quedar muy claro para Chile, es que esta es una causa que va mucho más allá de las diferencias políticas internas. Y no va a cambiar. Ha crecido el sentimiento. Si es evidente que una gran parte de la opinión pública chilena ha quedado ofendida por el desarrollo de estos acontecimientos, yo le puedo decir con la misma fuerza que la opinión pública boliviana ha consolidado una unidad inmensa alrededor del tema del mar. Entonces, nos encontramos con dos sociedades que han tomado claramente posiciones sobre las dos banderas. ¿Cómo vamos a crear entre esas dos sociedades ahora el convencimiento de que entenderse favorece los intereses de las dos? Ese es el trabajo que viene por delante.
¿Cree que el fallo va a ser la solución al problema o podría generar más obstáculos en la relación?
El fallo no es la solución del problema, el fallo es abrir el camino para resolverlo. En alguna parte de la presentación boliviana, no recuerdo si es en la memoria o en la contramemoria o en la réplica, se dice que Bolivia quiere abrir la puerta que Chile cerró. Queremos abrir esa puerta de verdad y crear las condiciones para cruzar la puerta de ambos.
Bolivia ha señalado que mientras exista un boliviano, mientras exista Bolivia, va a mantenerse y persistir la demanda. Esto quiere decir que Chile va a tener que estar eternamente sometido a la presión de Bolivia por una salida soberana al mar...
Un dato que frecuentemente suele olvidarse es que Bolivia tenía mar, y lo perdió. Y eso cambia la naturaleza de la ecuación. Bolivia no solo necesita mar. Si Bolivia hubiese nacido sin mar, probablemente estuviera negociando alguna forma de tener acceso al mar. Pero Bolivia tuvo mar. Esa es la explicación de la profundidad del sentimiento boliviano sobre lo perdido. No es solamente un razonamiento mirando hacia adelante, es un razonamiento que se nutre de una pérdida de algo esencial. Ese es el dato, y Bolivia no va a cambiar de posición. Lo ha demostrado súper abundantemente a lo largo de estos años. Eso nos coloca, creo, a Chile en la necesidad de pensar a fondo qué clase de relación quiere tener en el futuro con su vecino... Lo dijo en sus últimas palabras (Claudio) Grossman: habló de un país que es más grande, que creció mucho, que se ha hecho más sólido, más fuerte, que se proyecta al Atlántico y al Pacífico. Eso es cierto. ¿Qué clase de relación quieren tener con ese país?
En Bolivia las expectativas respecto del resultado del fallo son bastante grandes. ¿Cuáles son los riesgos, a su juicio, si es que el fallo no les es favorable?
No creo que haya muchos riesgos, porque ya ganamos.
¿En qué sentido?
Ya ganamos en la sentencia del 24 de septiembre de 2015.
¿En la que la corte simplemente se abrió a ver el caso?
No, no. No solo se abrió a ver el caso, dijo explícitamente que existe un problema y que ese problema tiene que ver con el acceso soberano. Ahí ganamos. Ese día ganamos. Chile, en verdad, aceleró ese resultado con la demanda del incidente preliminar, porque, de lo contrario, si no lo planteaba, ese hubiera sido el tema que se estuviera discutiendo hoy día en la corte. Ya lo resolvió. Ya ganamos
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