El recorrido de las choferes del Transantiago para lograr la equidad laboral

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Actitudes machistas de parte de colegas y jefes, falta de baños en los recorridos y dificultades para trabajar cuando los hijos están enfermos son algunas de las situaciones habituales que deben enfrentar las mujeres que ingresan a este rubro que -tal como ellas definen- fue creado para "los hombres". Aquí un grupo de conductoras cuenta cómo han logrado derribar las barreras de género.


"¡Una conductora del Transantiago tiene que salir a trabajar con su hija!" Así comenzaba el mensaje publicado el lunes pasado en el Facebook de Gabriela Alegría, una chofer de la empresa Express de Santiago que denunciaba la situación que estaba viviendo su amiga y colega Denisse Figueroa.

"La bebé está enferma y la madre no tiene con quien dejarla (porque el jardín infantil se negó a recibirla). Tiene certificado médico y la empresa vulnera sus derechos" continuaba el texto que rápidamente fue compartido por más de treinta mil usuarios de la red social llevando el caso a los medios de comunicación.

Unas horas más tarde la ministra de la Mujer, Isabel Plá, cuestionó el actuar de la empresa: "Hay hechos que pasan más por el sentido común que por las leyes", dijo en defensa de la trabajadora que ese día salió a trabajar con la pequeña porque como estaba enferma no fue recibida en la sala cuna.

Esta denuncia puso nuevamente en el ojo del huracán a la operadora de pasajeros Express de Santiago -que fue cuestionada por presuntamente vulnerar derechos laborales- pero también visibilizó las dificultades que enfrentan las mujeres para incorporarse plenamente a un "gremio dominado por hombres", como definen las propias trabajadoras.

Actualmente, 18.620 personas prestan servicio como choferes para alguna de las 7 empresas operadoras de pasajeros del Transantiago y sólo un 3,2% (1.392) corresponde a mujeres conductoras, según datos del Ministerio de Transporte.

De todas las operadoras que funcionan actualmente (Alsacia, Subus, Vule, Express, Metropolitana, RedBus y STP), STP aún no ha incorporado a conductoras.

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"Esto no es solo por una compañera. Es por todas las trabajadoras de Express". Este fue el otro mensaje que publicó la conductora del Transantiago, Gabriela Alegría, en apoyo a su colega Denisse Figueroa.

Hace un año atrás el nombre de Gabriela también llegó a los medios de comunicación por una denuncia que se viralizó a través de las redes sociales: aunque no había terminado su recorrido, pidió a los pasajeros que se bajaran en Plaza Italia donde dejó el bus estacionado y se fue a amamantar a su hija que la esperaba en la casa de su suegra.

-Me asignaron un recorrido que extendía mi jornada laboral. Entonces me dieron los monos y simplemente dejé el bus tirado porque si mi empleador no respetaba mi derecho, yo iba a cumplirlo a mi manera y como pudiera- explica sobre ese episodio.

Gabriela lleva 5 años trabajando como chofer del Transantiago y con el tiempo se convirtió en una vocera de los trabajadores, principalmente de las mujeres cuando sus derechos son vulnerados.

-No es la primera vez que pasan situaciones como esta- dice a La Tercera.

Pero en opinión de los trabajadores y los dirigentes sindicales son pocas las mujeres que alzan la voz y se atreven a denunciar.

-Es lamentable saber, ver y escuchar el temor de ellas por perder esta fuente de trabajo, no querer exponer sus demandas por la persecución posterior- dice Patricio Ponce, dirigente del Sindicato Nº2 Nacional de Empresa Redbus Urbano S.A.

-En muchas ocasiones nuestras conductoras son madres solas y tienen que sostener a su familia- agrega el representante de los trabajadores sobre los motivos por los que callan ante este tipo de vulneraciones.

Desde Alsacia Express se refirieron a la polémica con la chofer Denisse Figueroa que ocurrió hace una semana atrás. A través de una entrevista escrita respondieron a La Tercera que "la empresa cumple con todas las disposiciones y obligaciones legales en esta materia. Para esto, existe un convenio con Vitamina salas cunas y jardines infantiles, que tienen más de 60 guarderías en todo Santiago. Esto a fin de que la madre pueda elegir el que más le acomode de acuerdo a sus necesidades".

-Otro de los beneficios que se entrega a las madres que trabajan en ambas operadoras es una jornada especial de trabajo, que va de lunes a viernes y en horarios preferenciales- comentaron desde la empresa a este medio.

En el caso particular de la conductora Denisse Figueroa, desde Alsacia Express explicaron que la trabajadora contará con permiso con goce de sueldo hasta este martes y una redistribución de carga laboral.

-Esto no puedo realizarse de manera oportuna debido a una descoordinación administrativa que ya fue solucionada- aseguró Alsacia sobre por qué se tomó la decisión cuando el caso llegó a los medios de comunicación.

Además anunciaron la entrega de un bono compensatorio a la chofer. "El lunes (13 de agosto) Denisse debe llevar a control pediátrico a su hija. Posterior a ese control, Denisse presentará el certificado médico con el cual se evaluará la mejor opción de cuidado para su hija La duración de este beneficio dependerá de la recomendación médica.

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Una de las frases que más se repite entre las trabajadoras del Transantiago que fueron entrevistadas para este reportaje es que este es un "rubro de hombres" donde las mujeres han tenido que ganarse su espacio y también "hacerse respetar".

Laura Morales tiene 60 años y trabaja como conductora de la empresa Alsacia hace cinco.

-Yo pensaba que con lo chica que soy ni siquiera iba a llegara los pedales. Pero me atreví a postular. En mi casa creyeron que duraría 4 días- cuenta sobre el momento en que tomó la decisión de prestar servicios a Transantiago luego de haber administrado su propio emprendimiento de zapatos.

Hasta el día de hoy, Laura asegura que nunca se ha arrepentido de su decisión y se enorgullece con la idea de que más mujeres también se conviertan en choferes del Transantiago.

-Uno se tiene que ganar el respeto (...) Los hombres tratan de ponerte el pie encima, pero depende de uno. Y el hecho de trabajar en un gremio de hombres ... ellos se sienten invadidos- asegura.

A Laura la tildaron como "la pituca" porque es habitual que responda a los comentarios de sus colegas, pero "nunca con garabatos", aclara.

-Algunos no me quieren, y otros ya entendieron que a mí no me pueden tratar con groserías- dice la chofer.

-Por ejemplo si a una colega le pasa algo -como un choque- lo agrandan. Lo que a ellos les pasa siempre es menos grave- agrega Laura.

-A veces cuando el casino está lleno yo les pido el asiento a ellos si veo que no están comiendo. Y me dicen: "¿No quieren igualdad de género?". Yo les respondo que si no me dan el asiento, les saco la silla nomás- relata la mujer.

Karin (38), quien se desempeña como chofer de RedBus y pide la reserva de su apellido, también ha sido testigo de comentarios machistas emitidos por sus colega y algunos jefes.

-Si una mujer choca, los trabajadores y los jefes dicen: "Porque es mujer chocó". O también comentan que "a ningún hombre le hubiese pasado esto"- asegura Karin.

-Como en todo lugar, el machismo y los piropos son normales. Yo ya estoy acostumbrada a este ambiente- agrega la conductora con un tono de resignación.

Otra chofer de la empresa Metbus, que prefiere mantener el anonimato, comenta algunas de las expresiones que escucha habitualmente.

-Por ejemplo dicen que las mujeres "llevamos a los chanchos" que son los usuarios de que viven en poblaciones conflictivas. Es que los hombres no se llevan ni a los escolares, ni a los que saben que no van a pagar-comenta la trabajadora.

-Los más antiguos son más así, ellos tienen otro concepto de la mujer, más misógino y peyorativo. No son todos porque de a poco ha habido más respeto al ver que somos más las que ingresamos a este rubro- agrega.

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Otra de las denuncias que realiza la chofer de la empresa Express de Santiago, Gabriela Alegría, apunta a la falta de baños en algunos recorridos del Transantiago. Una situación que afecta por igual a hombres y a mujeres, pero que en el caso de ellas se vuelve especialmente difícil durante su periodo menstrual.

-Casi todos los días tengo que dejar el estacionado el bus en La Alameda con Santa Rosa y partir corriendo a la Dirección Regional del Trabajo para ir al baño- comenta la chofer.

-Es muy angustiante. Entro al baño y salgo corriendo porque tengo el bus ahí parado con gente. Todos me conocen. Cuando los funcionarios de la Dirección ven que entro corriendo, piden que me dejen pasar. Los fiscalizadores también saben que soy yo la que deja el bus parado en ese lugar- relata Gabriela, quien durante la semana que se llevó a cabo esta entrevista realizaba el recorrido 419 de Express de Santiago.

También es común que los choferes a los que se les asigna el recorrido 421 también recurran a este tipo de medidas. En total, una conductora o un conductor puede tardar hasta 6 horas desde que comienza en el depósito de Maipú hasta San Carlos de Apoquindo, en Las Condes.

-No tienes ningún lugar donde parar y cuando llegas a San Carlos de Apoquindo no te queda otra que pedirle a las nanas que te presten el baño de alguna de las casas en las que trabajan- relata Gabriela.

-Ese problema lo tenemos casi siempre y a las mujeres nos afecta mucho más cuando andamos con nuestro periodo. Pero el baño es un derecho básico para cualquier trabajador- asegura la conductora.

Una chofer que también trabajó en Express de Santiago y actualmente presta servicios a MetBus confirma que el testimonio de Gabriela se repite en otras empresas: "Los vecinos reclamaban porque los conductores orinaban en la calle. Las mujeres conseguíamos baño en un consultorio o con las nanas del sector" cuenta sobre la situación que enfrentaban las conductoras de uno de los recorridos que culminaba en calle El Gabino de La Dehesa.

Respecto a las críticas expuestas en este reportaje sobre las condiciones laborales en que deben desempeñarse las conductoras, Alsacia Express respondió a La Tercera que "los baños en patios y terminales son suficientes y adecuados. El problema de los baños en recorridos es un tema que arrastra desde el inicio de Transantiago y afecta a todas las operadoras del sistema, siendo una dificultad que la mayoría de las veces está fuera del alcance de solución por parte de las empresas- respondieron desde la operadora de pasajeros.

-Esto se debe a que la autoridad determina los recorridos y sus inicios. Las empresas solicitan a las municipalidades la opción de poner baños químicos en ciertos lugares donde se realizan cambios o descansos, pero en algunos lugares las municipalidades no lo autorizan. En esos casos se recurre a convenios con particulares, a los cuales se les arriendan baños para uso de nuestros conductores- explicó Alsacia Express a La Tercera.

-En uno de los casos denunciados (servicio 419) no tiene baño porque inicia su recorrido en calle Enrique Olivares y termina en Plaza Italia en solo dos horas. No obstante, se está conversando con las autoridades de Transporte para solucionar este tema- agregan desde la empresa respecto a la situación relatada por las trabajadoras entrevistadas para este reportaje.

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-Yo les digo que el Transantiago cuando esté dominado por mujeres sí va a funcionar. Y te responden "Yaaa"- cuenta Laura Morales (60), conductora de Alsacia, imitando el tono burlesco de sus colegas cuando discute con ellos sobre "quién conduce mejor".

-A mí me gusta manejar. Tengo muy buena relación con los usuarios. Saludo, los miro. El otro día una pasajera me dijo que quería que la llevaran puras mujeres. Que las trabajadoras son más empáticas porque nosotras esperamos a los coches, a los abuelitos, nos tomamos nuestro tiempo- comenta una chofer de Metbus.

-Los pasajeros te felicitan, te dan las gracias. No andamos a cabezazos con la conducción. Sobre todo ahora que disminuyó la velocidad máxima- agrega.

Para Karin -trabajadora de Redbus- las empresas "se han ido adaptando mientras las mujeres se empoderan de la conducción", pero reconoce que esta industria todavía debe mejorar sus condiciones laborales para los trabajadores, sean hombres o mujeres.

Por ejemplo, Karin se encuentra actualmente con licencia por una lesión lumbar debido al mal estado de los buses. Una situación que afecta a todos los choferes del transporte público.

Laura también agrega que le preocupan los asaltos y la falta de seguridad que tienen todos los conductores ante este tipo de hechos delictuales.

-Uno es más precavida. Manejas con más tranquilidad. Te preocupas del pasajero que va bajando, de no frenar bruscamente- dice Karin que al igual que sus pares espera que más mujeres se incorporen a trabajar como choferes del Transantiago.

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