Sochimi propone considerar 1.000 camas para medir ocupación de las UCI en la Región Metropolitana
Se trata de un criterio clave para determinar, objetivamente, la desocupación de la red hospitalaria, hoy ampliada al 400%. Gobierno definió que ocupación de esta área debe estar a un máximo de 85% para poder levantar la cuarentena.
La ocupación de la red sanitaria es uno de los criterios que está usando el gobierno para definir el término de las cuarentenas y el inicio de los planes de desconfinamiento. Y en ese contexto, la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (Sochimi) entregó una propuesta al ministro de Salud, Enrique Paris, para medir el indicador. Esto, en medio de un hito: la demanda de estas unidades en la Región Metropolitana, por primera vez en dos meses, bajó de los valores más críticos -uso total de los cupos- y se ubicó en un 89%.
La idea de la Sochimi apunta a dar una bajada práctica al criterio hospitalario que fijó el Consejo Asesor Covid-19 para flexibilizar las medidas de confinamiento. Los expertos establecieron -y fue recogido por el gobierno-como uno de cuatro indicadores sanitarios que la ocupación de camas UCI no supere el 85%.
Pero con esa métrica surgió la pregunta: ¿85% respecto de qué?
A la fecha, la red ha multiplicado los cupos en cuidados intensivos. Antes de la pandemia se contaba con casi 1.200 camas en el país y hoy llegan a 2.833. Esto, a costa de reconvertir unidades y acondicionar áreas como pabellones y salas de recuperación de anestesia.
Pero los ojos de Sochimi están puestos principalmente en la Región Metropolitana, la zona más golpeada por la pandemia. Según la entidad, la capacidad basal de ventilación mecánica se cuadruplicó: los 438 cupos de abril crecieron a 1.743 en junio, cuando se registró un peak de casos, desbordando las UCI y recurriendo a las unidades reconvertidas. Así, la ocupación máxima alcanzada por pacientes fue de un 400% por sobre la capacidad basal.
Por eso, la propuesta de Sochimi es que el 85% de ocupación en la Región Metropolitana no considere los cupos actuales, sino que toma una base de mil camas UCI, lo que constituye un 200% de la capacidad normal previa al coronavirus. “Nos parece razonable ese número para que desde el punto de vista de la respuesta hospitalaria se pueda poner un check de que ya ese criterio se cumple y poder empezar a disminuir las medidas de confinamiento y aislamiento”, afirma el presidente de Sochimi, Tomas Regueira.
El intensivista explica que la relevancia de esto radica en llevar la capacidad UCI de la región a un nivel adecuado en relación a la atención que recibe el paciente. “En abril tuvimos una mortalidad asociada a ventilación mecánica de un 10%, aproximadamente. En junio se duplicó y llegó a 22% porque perdimos calidad, sin duda. Pasamos de 438 camas a 1.800, a costa de personal menos entrenado”, añade.
El decano de Medicina de la U. Finis Terrae, Alberto Dougnac, colabora junto con la Sochimi en la encuesta que a diario monitorea la capacidad de las UCI. Dougnac comenta que el criterio del 85% debe ser regional y respalda la propuesta: “El universo de camas que tenemos hoy no es equivalente a las que teníamos. Antes eran unidades de cuidados intensivos, propiamente tal, manejadas por su equipo. Ahora son unidades de cuidados intensivos extendidas”.
Regueira agrega que el indicador propuesto por el Consejo Asesor debe verse según la métrica propuesta para brindar atención de calidad y cuidar a los equipos sanitarios, que están agotados. “Señalar que el 85% de ocupación será del total de camas actuale es una brutalidad ya que no seríamos capaces de hacernos cargo del rebote ni del cuidado a nuestro personal”, concluye.
Parámetro flexible
El subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, sostiene que el indicador se está trabajando, y explica que, en condiciones normales, sin Covid-19 ni aumento de camas, la ocupación de una unidad de paciente crítico está por sobre el 90%. En base a ese diagnóstico, apunta que desde el Minsal miran el número de cupos de hospitalización como una cifra flexible, a medida que ceda la pandemia.
“Esta capacidad que logramos va a quedar en los hospitales, no se va a desarmar completamente. Lo que hay que tener en cuenta es que tan flexible es un hospital para volver a habilitarla en caso de rebrotes. Y ahí lo importante será diferenciar si la ocupación es por urgencia Covid-19 o por cirugías electivas, por ejemplo. No es que vayamos a ocupar un basal, o el 300% de aumento, y ahí fijar el porcentaje, porque ese porcentaje no toma en cuenta la flexibilidad”, dice Zúñiga.
La autoridad aborda el dilema sobre cómo realizar el cálculo, y señala que “es muy distinto decir un 85% del 400% de aumento, o de la ocupación original. En tiempos normales tengo ocupación de 93%, pero de eso hay un porcentaje importante que son cirugías programadas que necesitan camas UCI. Cuando se habla de 85%, lo más importante es diferenciar si es ocupación de urgencia por Covid-19, o de cirugías programables. Eso es lo más importante es tener eso claro antes de definir los porcentajes”.
Sobre qué número utilizar, además de tomar en cuenta la flexibilidad de una rápida habilitación de camas frente a un brote, el subsecretario comenta que se está trabajando con la Sochimi “en una propuesta que de cuenta de esta mayor capacidad que va a quedar en los hospitales”.
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