“Esto es lo más parecido que se ha vivido desde la época de Luis Correa Bulo”, dice un integrante de la Corte Suprema en relación al caso que afecta a la ministra Ángela Vivanco. Y es que el juez, en 2001, fue removido por sus pares -integrantes del máximo tribunal- por tráfico de influencias. La develación que Ciper hizo esta semana de los chats entre la magistrada y el abogado penalista Luis Hermosilla, hoy preso por corrupción, da cuenta de acciones que podrían constituir delitos. Es por eso que en el pleno de este lunes, los escenarios que se auguran para la integrante externa del máximo tribunal son complejos.
Fuentes de la Corte Suprema señalaron a La Tercera que al interior del máximo tribunal hay “un ánimo importante” para abrir una investigación disciplinaria contra la ministra, estimando que “hay elementos suficientes para suponer que podría haber una vulneración al comportamiento de los jueces”.
De hecho, dada la gravedad del asunto es que se decidió actuar con premura y se citó a un pleno extraordinario -adicional al que se realizará durante la tarde- para las 8.30 horas de este lunes.
Eso sí, Vivanco no estará presente, debido a que se encuentra con un permiso administrativo que había sido solicitado con anterioridad a la publicación periodística. “Se le concede permiso por los días 9 y 13 de septiembre del presente año, de conformidad artículo 347 del Código Orgánico de Tribunales”, se indicó en una comunicación del PJUD, firmada por el presidente de la Suprema, Ricardo Blanco, de fines de agosto.
Si bien ya hay diputados que estudian acusarla constitucionalmente, no pocos al interior del máximo tribunal sostiene que ellos mismos tienen la potestad para removerla. Lo primero, dicen los magistrados consultados, será suspenderla de sus funciones. Es decir, alejarla de la vista de causas y elaboración de fallos. Luego, en el marco de un sumario, un juez instructor deberá desarrollar diligencias entre las que se encuentra el escuchar su versión. “También tiene derecho a defensa”, dice uno de los magistrados consultados.
Luego de eso, sostienen fuentes de Palacio de Tribunales, podría proponerse la apertura de cuaderno de remoción y su expulsión del Poder Judicial.
Vivanco ya estaba sometida a un proceso ético. Esto, luego que el mismo medio revelara chats de su pareja, Gonzalo Migueles, con un excandidato a fiscal nacional, el fiscal regional de Aysén Carlos Palma. Ahí, según el pantallazo que publicó Ciper, se le ofrecía al investigador un doctorado y la posibilidad de dirigir la Fiscalía Centro Norte. Todo esto, según se investiga, a cambio que despejara el camino a quien en ese minuto estaba propuesto por el Presidente al cargo, el también persecutor José Morales.
Pero no es el único cargo. La Comisión de Ética, presidida por el ministro Ricardo Blanco, también acogió una denuncia en su contra por un fallo en que se habrían agilizado trámites cuando ella estaba presidiendo la tercera sala. Así lo afirmó una publicación de El Mostrador, que daba cuenta de que dicha “tramitación exprés” permitió que Codelco tuviera que pagar $20 millones de dólares a una empresa Bielorrusa con la que mantenía un litigio.
Más allá de los intercambios entre Hermosilla y Vivanco, que dan cuenta de situaciones graves de violación de secretos, e incluso eventual cohecho, la situación denunciada en el caso que involucra a la cuprífera chilena, dicen en el Palacio de Tribunales, podría ser parte de los cargos que se le imputen en el sumario.
Los chats
Ciper dio cuenta este fin de semana que, entre marzo de 2018 y noviembre de 2023, Vivanco sostuvo una serie de conversaciones vía WhatsApp con Hermosilla. Fue el 27 de marzo de 2018 cuando la abogada de la Universidad Católica contactó por primera vez al influyente penalista, quien hoy se encuentra en prisión preventiva en el anexo penitenciario Capitán Yáber, investigado por delitos de corrupción.
Por esos años, Hermosilla era asesor del Ministerio del Interior y al titular de ese entonces, Andrés Chadwick.
En esos cinco años de relación, tocaron distintas temáticas, como la rebaja de sueldos para altas autoridades durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera, las disposiciones de la Convención Constituyente y la situación de otros magistrados. Incluso, Hermosilla le sugirió qué cosas exponer públicamente previo a integrar la Suprema.
Asimismo, habrían coordinado esfuerzos para impulsar las candidaturas a la Suprema de María Teresa Letelier, Jean Pierre Matus y Raúl Mera. Por otro lado, buscaron bloquear otras, como las de María Soledad Melo y José Guzmán Dálbora.
En esa primera comunicación, junto con presentarse, Vivanco le indicó que fue Ramón Correa, exjefe de gabinete del excontralor Ramiro Mendoza, quien le facilitó su contacto. “Quisiera conversar con usted acerca de mi postulación a la Corte Suprema, cuando me pueda recibir. Desde ya mil gracias y muchos saludos!”, así partieron los diálogos que se extendieron por varios años y que incluyeron reuniones en persona en la oficina de Hermosilla.
La primera parte del cometido de Vivanco era tener el apoyo del gobierno en la quina que propone la Suprema y luego los votos en el Senado. “Andrés Chadwick habló ya con Hernán Larraín (en ese tiempo ministro de Justicia). Y mandó recado a la Masonería. Voy a llamar a Cristián Letelier y a Nelson Pozo (ministros del Tribunal Constitucional)”, fue uno de los mensajes de Hermosilla a Vivanco, quien le escribió en varias ocasiones llamándolo “querido amigo”.
En otro mensaje, el abogado le dijo: “(Chadwick) Me pide que te quedes tranquila. Que te insista que eres la Candidata del presidente. Que tengas cuidado con estar hablando con mucha gente porque eso puede ser contraproducente”.
“Cuando todo se concrete nos reuniremos a celebrar si Dios lo permite!”, fue otra de las respuestas de la magistrada.
En otro mensaje, Hermosilla la instruye sobre su discurso público. “Me dicen que en tu discurso no hagas una apelación al feminismo o algo por el estilo”. Su respuesta fue: “No tocaré lo del feminismo, solo di una entrevista con todas las demás candidatas al boletín de la asociación de magistradas, te la mando”.
Finalmente, el 4 de julio de 2018 obtuvo el voto a favor de 30 senadores. Ocho votaron en contra y dos se abstuvieron. “Chadwick te manda muchas felicitaciones”, le escribió ese día Hermosilla. Vivanco respondió así: “Luis, muchas gracias por TODO, que es mucho”.
Los ánimos en palacio
Fuentes al interior de la Suprema afirman que el hecho de que Vivanco haya estado “disponible” para cambiarse de sala, dicen, o que eventualmente haya entregado antecedentes de causas es considerado como “grave”. Lo mismo cuando se ven lo de las “críticas y ánimo de que no se nombre a alguien”.
Para que se abra un proceso, explican, algún ministro lo debe pedir. Al respecto, no se descarta que el mismo presidente del organismo lo solicite.
En este caso, comentan las fuentes, ya no es una vulneración ética, sino que habría convencimiento entre algunos titulares del máximo tribunal que Vivanco habría “vulnerado la norma”.
Si concuerdan en abrir proceso, en el mismo pleno se designaría a un ministro instructor, que tendría que ser distinto a los que integran la Comisión de Ética.
En julio, la Comisión de Ética de la Suprema informó de la apertura de un proceso administrativo contra cuatro ministros mencionados en los chats por presunto tráfico de influencias en los nombramientos de jueces.
Se trata de los ministros Mario Carroza, Ángela Vivanco, Jean Pierre Matus y María Teresa Letelier. Un mes antes, la vocera María Soledad Melo anunció que el Pleno había estimado “necesario avanzar en la redacción de un Código de Ética Judicial”.