Víctor Ramos: “No hay manera de llegar a un acuerdo parcial y que no contemple tierras”
El secretario ejecutivo de la Comisión de Paz y el Entendimiento dice que, si bien la restitución de tierras es el principal nudo para llegar a un acuerdo, también es necesario lograr un entendimiento sobre la reparación a las víctimas de la violencia.
Un día después de que se extendiera hasta abril el plazo de entrega de la propuesta de la Comisión para la Paz y el Entendimiento, Víctor Ramos, secretario ejecutivo, explica las razones que impidieron que la instancia impulsada por el gobierno del Presidente Gabriel Boric, con el respaldo de 19 partidos políticos, llegara a un acuerdo para entregar su propuesta para darle una salida al conflicto en la Macrozona Sur.
Cree que los avances hasta aquí han sido sustanciales, aunque reconoce que hay nudos persistentes que obligaron a extender el trabajo de la comisión que originalmente debía entregar su propuesta este viernes 31 de enero.
¿Qué faltaba que no se pudo terminar el trabajo?
Más que faltar es necesario resguardar cada uno de los detalles de todos estos ámbitos en los cuales estamos trabajando, que puede desembocar en reformas importantes a diferentes cuerpos legales, instituciones. Cuando sabes que tienes la probabilidad de llegar a un entendimiento y ofrecerle al país un camino de cambios que se puede proyectar durante largas décadas, no estamos pensando en soluciones que vayan a ser rápidamente implementadas en este gobierno. Se está pensando en una ruta de Estado que todos los gobiernos puedan respetar y hacerla propia. Es evidente que no tienes que apresurarte en lo que tienes que proponerle al país.
¿La restitución de tierras fue una de las razones por las que la comisión se extendió?
Sé que el problema de las tierras es uno de los que más captan la atención. Se han visto cifras, pero el problema es que el país en general no comprende bien de qué se trata. Nosotros estamos trabajando para poder producir una información clara y transparente a través de un diagnóstico que le permita al país hacerse una noción de qué es de lo que estamos hablando. Hoy tienes cerca de 700 comunidades con el derecho a obtener tierra actualizada y eso podría proyectarse en más de 100 años al ritmo actual de restitución. Al mismo tiempo, se ha dicho que quizás es imposible poder responder a todos con tierras y probablemente debiesen evaluarse otro tipo de mecanismos de compensación. Eso es uno de los elementos difíciles en los cuales la comisión está trabajando. Pero las víctimas de la violencia son igualmente importantes. Es un problema político que tiene que tener una legitimidad y una aceptación por todas las partes, un esfuerzo extraordinario que el Estado va a tener que hacer para responder a ello. No podemos seguir con estos problemas abiertos un siglo más. Centrarlo en cada uno de los temas que estamos hablando y en su dificultad técnica en particular es una visión errada.
¿Se han logrado acuerdos en puntos específicos?
La comisión se obligó a una cosa que es muy poco habitual, que es la unanimidad. ¿Por qué es importante? Porque una de las cosas que siempre fallaban es que las propuestas de las comisiones anteriores no lograban implementarse. Y en cuanto al avance y a los acuerdos, le sigue otra regla, que es nada está acordado hasta que todo esté acordado. Podemos estar muy cerca, pero cuando tengamos todos los acuerdos debidamente refrendados por los ocho comisionados vamos a poder comunicarlos como corresponde. Evidentemente que hay avances.
Ha trascendido que como secretario ejecutivo quería finalizar el trabajo este viernes y si había algunos temas que no estaban del todo cerrados discutirlos más adelante. ¿Es así?
Lo descarto completamente. No hay manera de poder llegar a un acuerdo parcial y que de alguna manera no contemplara materias como las tierras, que es una de las cosas que están en el decreto que constituye esta comisión. Mi objetivo es brindarle toda la garantía a la comisión de que pueda realizar su trabajo, de que pueda llegar a acuerdo. Y como se dice, el tema de restitución de tierras era quizá uno de los nudos más fuertes que todavía enfrenta la comisión. Sería deshonesto que dijera que el problema de las tierras es algo simple. ¿Valen la pena dos meses más? Valen la pena.
Con esta nueva prórroga y en el caso hipotético de que la comisión no cumpla en abril, ¿podría ser que otra instancia tenga que seguir el trabajo?
Siempre que echas a andar un proceso de diálogo tienes un riesgo. Pero también vivimos una época donde se ha demostrado que el diálogo es posible que mejore la vida de las personas. Siempre hay un riesgo de que esto pueda no prosperar, de que las cosas no resulten como uno quisiera, pero hemos dado suficientes muestras de que lo estamos intentando y que vamos a seguir perseverando.
¿Han existido dudas de ver otra alternativa de solución?
El incentivo que tiene cada uno de los comisionados es un avance que parece increíble. Cuesta a veces comunicar. Si no encontramos una propuesta para el país vamos a tener que convivir con este problema durante todo el siglo XXI otra vez.
¿Hubo comisionados que se opusieron a la prórroga?
Siempre hay discusiones de escenario. Los ponderamos, los evaluamos, los medimos incluso, pero cuando sacamos un comunicado y señalamos que es por unanimidad, eso es explícito.
¿Usted recibió alguna instrucción de La Moneda?
Más bien lo que ocurre es un diálogo de la comisión con el Ejecutivo, no hay instrucciones de ninguno de los dos lados.
El nuevo plazo va a topar con la carrera eleccionaria. ¿Puede asegurar que ese escenario no va a entorpecer la comisión pensando que hay comisionados que son parlamentarios?
Durante todo el tiempo que ha funcionado la comisión hemos estado y atravesado procesos electorales y hemos podido atravesarlos de buena manera, porque tenemos la vista puesta en la profundidad del problema.
Hay comisionados que han planteado que había actores importantes que no estaban siendo parte de la conversación. ¿Cómo responde a ello?
Hemos estado con todos los sectores. Obviamente que los ocho comisionados tienen visiones distintas. No hay una manera de medir cuánto es suficiente. Siempre puede ser insuficiente para alguien, pero te aseguro que la mirada de todos está considerada y contemplada. b
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