Weeshing: fiscalía investiga eventual estafa en plataforma de conciertos

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Weeshing logró conciertos como los de Mike Patton y el de Nick Carter.

Casi 30 personas se querellaron en contra de esta empresa y acusan un perjuicio de casi $ 400 millones. La firma indica que las productoras se quedaron con el dinero.


Carlos Villablanca supo de Weeshing en 2018. Por redes sociales se enteró de su existencia. A simple vista parecía una plataforma de crowdfounding que les permitía a las personas que pudieran invertir a través de ellos vincularse con productoras para montar conciertos y, a través de estos, obtener ganancias. La firma logró conciertos como Mike Patton, Santana -que se pagó y no se hizo- y Nick Carter, que sí se realizó, pero nunca se habría pagado a los inversionistas.

Villablanca confió en el proyecto e invirtió $ 15 millones. Pero lo que esperó que fuera una inversión exitosa terminó siendo un fracaso, ya que solo le devolvieron $ 2,2 millones. “Me dijeron que había problemas con los productores. Les tiraron la pelota a ellos cuando yo hice el contrato directamente con Weeshing”, dice.

Su molestia lo llevó a encontrar a más personas en su misma situación. Pequeños inversionistas que le entregaron su plata a la plataforma, pero nunca obtuvieron lo que deberían haber conseguido ni tampoco la devolución del dinero. Entre ellos se organizaron y armaron un grupo de WhatsApp. Hoy son más de 30 personas las que, luego, decidieron buscar un abogado y querellarse en contra de Weeshing.

La querella fue presentada por la abogada Marisa Navarrete y dio origen a una investigación penal que está alojada en la Fiscalía de Alta Complejidad Oriente, a cargo de la persecutora Constanza Encina. Navarrete acusa que en este negocio hubo “un ocultamiento respecto de las condiciones en que se realizaba este negocio”.

“Las víctimas fueron engañadas, señalándoles que las productoras con las cuales iban a trabajar la inversión no tenían algún tipo de incumplimiento respecto de sus negocios. Esto fue un ocultamiento, que necesariamente llevó a las víctimas a invertir en un negocio que creyeron que era rentable. De haberles señalado que las productoras con las que iban a trabajar no eran empresas confiables, evidentemente las víctimas no habrían invertido su dinero”, agrega la abogada. Para Navarrete, “aquí nos encontramos frente a un fraude y eso consistió en que Weeshing, con el objeto de obtener dineros para financiar estos eventos artísticos, tuvo necesariamente que dar información falsa a las víctimas para poder obtener estos recursos”. Por eso, a casi dos años del inicio de la indagatoria, espera que la fiscalía pueda formalizar a los responsables y conseguir la devolución del dinero, sobre todo considerando que algunos de los involucrados han iniciado nuevos negocios en otros rubros.

Todo esto generó que los inversionistas no recibieran lo que les correspondía. Según uno de los informes elaborados por la PDI en la causa, “el perjuicio económico se estimó en la suma total de $ 396.215.528”.

La defensa de Weeshing

El abogado que defiende a Weeshing, Jorge Robles, descarta todas estas acusaciones. “Nunca hubo engaño, los inversionistas sabían del riesgo, cómo no saberlo si el crowdfounding incluso es en la actualidad un modelo de negocios no regulado. Por lo que, primero, nunca hubo engaño, y segundo, Weeshing jamás se quedó con el dinero de los inversionistas, sino que las productoras”, dice Robles.

El abogado también responde a los querellantes, quienes reprochan que Weeshing esté trasladando la responsabilidad a las productoras: “Weeshing jamás se ha desligado de su responsabilidad, pero una cosa es la responsabilidad civil que le puede caber como mandatario y otra la penal, que es engañar, cosa que nunca se ha realizado”.

Además de Weeshing, el Ministerio Público también está poniendo ojo en las productoras. A finales del año pasado, Encina mandó una nueva orden de investigar a la PDI en la que pide que se cite a declarar a los representantes de las productoras en calidad de imputados. La petición se hizo para Alfredo Valeria, representante de Coliseo Spa; Leonardo Valeria, de Transistor, y Manuel Bustos, de Clarity. Consultado Leonardo Valeria al respecto, su abogado Euclides Ortega se limitó a decir que “nadie ha notificado a personero alguno de nuestra empresa que esté imputado o formalizado por delito alguno”, y que “no tenemos ningún vínculo con Weeshing y jamás nadie de nuestra empresa ha participado en actividades fraudulentas con ella ni con nadie”.

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