Acuerdo de dirigentes europeos contra Hollande es desmentido por los gobiernos implicados
Los gobiernos de Alemania, Italia, Reino Unido y España negaron que exista un pacto contra el favorito a las presidenciales francesas. Sarkozy ironizó respecto a la situación.
La polémica ha cobrado fuerza en Francia en los últimos días, tras las informaciones difundidas por el semanario alemán Der Spiegel, sobre un pacto de varios dirigentes europeos para no recibir al candidato socialista a la presidencia francesa, François Hollande, en las respectivas entrevistas que el candidato podría solicitar con los jefes de Estado. Los mandatarios citados por el medio desmintieron las informaciones.
Der Spiegel afirmó que los presidentes: Angela Merkel de Alemania, Mario Monti de Italia, Mariano Rajoy de España y el Primer Ministro británico, David Cameron, habrían acordado boicotear al candidato francés, a quien los sondeos consideran favorito para ganar las elecciónes presidenciales del país.
Por su parte, el presidente y candidato a un segundo mandato Nicolas Sarkozy, aseguró hoy que él "no habló jamás" con sus homólogos europeos sobre el hecho de que éstos recibieran o no a su rival, y descartó la idea de un "pacto" al respecto. "¿No creen ustedes que los dirigentes tienen otras cosas que hacer en vez de pactos o algo así" señaló Sarkozy. Su declaración fue posterior a los desmentidos que emitieron los gobiernos mencionados en el artículo. El vocero del gobierno alemán desmintió el domingo las informaciones de Der Spiegel, precisando que "cada jefe de gobierno decide independientemente si quiere recibir" a Hollande y que, en Alemania, "no está previsto por ahora ningún encuentro".
Por su parte, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, afirmó hoy que "no es verdad" que él "haya dicho que no va a recibir" a Hollande. Rajoy enfatizó que no se le ocurriría rechazar una reunión con Hollande, aunque agregó, refiriéndose a Sarkozy que "todo el mundo sabe quién quiero yo que gane las elecciones, entre otras cosas porque militamos en el mismo partido".
En Italia, fuentes gubernamentales declararon a la agencia AFP, que la afirmación de Der Spiegel es "completamente fantasiosa". "Mario Monti no pertenece a ningún partido político, se guarda de mezclarse en la política italiana y aún más en la de otros países", señalaron las fuentes.
Paralelamente, el vocero de David Cameron desmintió que hubiera coordinación al respecto entre los dirigentes conservadores, argumentando que su gobierno tiene por "regla no reunirse con candidatos a elecciones extranjeras".
Merkel y Cameron manifestaron ya públicamente su apoyo a Nicolas Sarkozy. Por otra parte, durante los viajes realizados por Hollande a Berlín, Roma y Londres, el candidato socialista no se reunió con ningún jefe de gobierno.
En Francia, la controversia arrecia pese a que el principal interesado, François Hollande, restó importancia a una eventual coalición, recalcando que "es el pueblo francés es quien elegirá a su próximo presidente".
Paralelamente, Benoît Hamon, vocero del Partido Socialista, tomó nota del desmentido del gobierno alemán, pero estimó luego que Hollande "no será rehén de las derechas europeas" ni "de la austeridad tal como es institucionalizada hoy por el tratado" presupuestario europeo, que el candidato socialista quiere renegociar.
Otro vocero socialista, Bernard Cazeneuve, consideró que la negativa de reunirse con François Hollande es un signo del "cierre de los conservadores ante el movimiento de los pueblos que empieza a expresarse en Europa".
El candidato centrista a la presidencia francesa, François Bayrou, estimó que la elección presidencial "se realiza en Francia" y que no corresponde a los dirigentes de países vecinos "dar la bendición" a un candidato. "La única bendición que debe buscar es la de los ciudadanos franceses", dijo.
Por su parte, el ex primer ministro conservador Dominique de Villepin señaló que el eventual acuerdo de los dirigentes europeos sería muy mal percibido por la opinión pública francesa y contraproductivo para Sarkozy. "Es realmente el beso de la muerte", dijo.
También se ha generado polémica en Alemania, donde Sigmar Gabriel, dirigente del partido socialdemócrata (SPD), estimó que Merkel ha demostrado en este caso una "idea bastante extraña de la democracia" que "perjudica los intereses alemanes". "La relación franco-alemana es más importante que la política del partido de 'Merkozy'", en alusión a la amistad existente entre Merkel y Sarkozy, dijo Gabriel en declaraciones a la edición electrónica de Der Spiegel.
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