Acusan a rebeldes prorrusos de dificultar investigación de avión derribado en Ucrania

El vocero de la Osce dijo que los rebeldes estaban limitando los movimientos de los observadores en la zona de la tragedia.




Mientras aún no existe claridad sobre quién habría lanzado el misil que derribó el vuelo malasio MH17, con 298 personas a bordo, los lugareños de Grabove, la zona donde cayó el avión en el este de Ucrania, deben lidiar con los recuerdos de la tragedia. Algunos cuerpos de los pasajeros continuaban ayer descubiertos e hinchados. Otros estaban solitarios entre los escombros, mientras que algunos se encuentran amontonados junto a las bolsas y los juguetes de los niños, los computadores y otros restos del equipaje.

Las labores de rescate de los cuerpos han sido lentas y complejas. Cuando el viernes llegaron a la zona los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (Osce), periodistas del diario británico The Guardian aseguraron que los rebeldes les habrían impedido el paso al área. Michael Buciurkiw, vocero de la organización, señaló al mismo diario que, a pesar de que se les estaba permitiendo el acceso a los 25 miembros de la delegación, los rebeldes estaban ahí limitando el movimiento de los observadores.

El gobierno de Kiev incluso va más allá y asegura que los prorrusos han sacado los cuerpos del lugar, en un intento por tapar las evidencias. Fuentes ucranianas, citadas por la cadena británica BBC, aseguraron que los prorrusos se habrían llevado 38 cuerpos a una morgue cercana a la región de Donetsk, bajo control prorruso.

Sin embargo, los rebeldes niegan su interferencia en las investigaciones. El líder de esa región, Aleksander Borodai, señaló su preocupación por el destino de los cuerpos que hasta ayer continuaban expuestos al sol. De hecho, ayer, el vocero de los rebeldes, Serguei Kavtaradze, admitió que algunos de los fallecidos estaban siendo trasladados a Donetsk bajo la mirada cautelosa de la Osce. "Por razones higiénicas, era imposible seguir dejándolos allí", dijo Kavtaradze, según la agencia Dpa.

En tanto, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, le expresó, a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, la preocupación de su país por la aparente desaparición de restos de la zona  donde cayó el avión.

Las autoridades británicas citadas por la BBC señalaron ayer que es muy probable que el misil que derribó al MH17 haya sido lanzado desde Torez, una zona al este  de Ucrania, muy cercana a la frontera con Rusia.

El viernes, el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró que el misil fue lanzado desde el área controlada por los prorrusos. Mientras que ayer, Kiev dijo que poseía las pruebas que involucraban a Rusia en la entrega del sistema de misil, Buk, a las fuerzas rebeldes prorrusas.

Sin embargo,  durante una conversación telefónica, la canciller alemana, Angela Merkel, coincidió con el Presidente ruso, Vladimir Putin, en la necesidad de realizar una investigación de la catástrofe, mediada por la Organización de Aviación Civil Internacional (Oaci), de las Naciones Unidas.

El Kremlin les prohibió la entrada al país a 12 estadounidenses, en respuesta a las últimas sanciones que Washington aplicó a Moscú el miércoles pasado, por su supuesta ayuda a los separatistas del este ucraniano.

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