Alan García llama al optimismo y la defensa de la democracia

El Presidente peruano realizó un discurso ante el Congreso en la inauguración de su cuarto y penúltimo año de gobierno.




El Presidente del Perú, Alan García, usó su discurso de hoy ante el Congreso, en la inauguración de su cuarto y penúltimo año de gobierno, para hacer un llamado a "la confianza, la autoestima y el optimismo" y pedir que se defienda la democracia de su "adversario", el "modelo estatista y autoritario".

García dijo, en un discurso de una hora y 38 minutos, que su gobierno trabaja en cinco frentes básicos, la descentralización, la educación, la salud, la reducción de la pobreza y la seguridad, para que en 2021, cuando se celebre el bicentenario de la República, el Perú sea percibido como un país "de primer mundo".

"Si eso (la persistencia en esos proyectos) parece dureza o lejanía, pido disculpas", afirmó el mandatario en referencia a las críticas que se le formulan y que se reflejan en un bajo nivel de aceptación en las encuestas.

"La obra de este gobierno hará que el pueblo me absuelva en su corazón. Mi cariño por los pueblos más pobres no está en palabras o gestos, sino en obras concretas", añadió.

García hizo un largo recuento de su acción de gobierno y planteó metas concretas en diferentes sectores. "Nada malo ni sorpresivo puede suceder en nuestro país sólido y estable. Y esa no es un logro del gobierno, sino de el Perú entero", manifestó.

No obstante, afirmó que el modelo democrático, del que reseñó sus virtudes, enfrenta la amenaza de quienes plantean otros sistemas bajo influencias extranjeras a las que no mencionó, pero que por antecedentes se da por obvio que se refería a los gobiernos de Venezuela y Bolivia.

El mandatario puso como ejemplo el caso de la Amazonía, donde unos decretos fueron resistidos por indígenas y llevaron a una explosión de violencia que dejó 34 muertos. En Brasil, comparó, se hicieron reformas más radicales, pero allí no pasó nada porque "es un país muy grande al que los modelos extremistas no pueden penetrar".

En ese marco, García reconoció el derecho de los ciudadanos a la protesta y se dijo dispuesto al diálogo con quienes se consideren afectados con alguna medida, pero aclaró que no se permitirán más las presiones violentas impulsadas por "agitadores".

"Diálogo sí, pero sin violencia ni amenazas a la democracia", resumió el gobernante, para quien en los tiempos actuales "no hay diferencia entre el frente interno y el frente externo".

"Aquel que quiera agredir a nuestra patria tendrá una sorpresa. El país está capacitado para defenderse en todos los terrenos", sentenció García en otro aparte.

García ratificó que su país está preparado para enfrentar la crisis mundial y liderar el crecimiento en 2010 y 2011 y, con nombres propios, comparó los mejores cifras y perspectivas en relación a países como Argentina, Chile y Venezuela.

El discurso de García no estuvo antecedido esta vez de mayor expectación, pues no se esperaban anuncios sorprendentes y los analistas coincidían en que se centraría en los dos aspectos en los que en efecto concentró las palabras: el llamado al optimismo y la alerta con las amenazas contra la democracia.

En ese marco, tampoco hubo interrupciones ni discrepancias con los parlamentarios de oposición, que escucharon el discurso en silencio. Incluso los aplausos del oficialismo fueron esta vez más moderados.

El presidente, de 60 años, había roto el protocolo al entrar al recinto, pues en lugar de dirigirse directamente al estrado recorrió los asientos de los parlamentarios y saludó afectuosamente incluso a sus más duros críticos.

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