Alemania recuerda el horror nazi en el aniversario del fin de Auschwitz y Leningrado

La cámara baja alemana conmemoró hoy los 69 años desde la liberación del campo de concentración de Auschwitz y los 70 años del fin del asedio al que las tropas alemanas en Leningrado.




Alemania rememora hoy la barbarie nazi en el aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz y el fin del asedio al que las tropas alemanas sometieron a la ciudad rusa de Leningrado en la que fue una de las batallas más cruentas de la Segunda Guerra Mundial.

La ciudad soviética soportó desde el 8 de septiembre de 1941 y durante 871 días el acoso de las tropas enviadas por Adolf Hitler con el objetivo de acabar con el gobierno de Iósif Stalin en una estrategia que pretendía extender el dominio nazi a Europa Oriental a costa de la otra gran potencia continental.

Sin embargo, el frío y la resistencia de las tropas y población rusas provocaron un desastre cuyas consecuencias marcaron el principio del fin de la expansión nazi en el continente y el inicio de la contraofensiva de los aliados.

El 27 de enero de 1944, los soldados soviéticos conseguían finalmente romper el cerco nazi y acabar con un asedio que había costado más de un millón de víctimas, causadas por las bombas y las balas, pero sobre todo por el frío y el hambre que azotó a la ciudad del oeste ruso.

Entre los muertos se encontraban 5.600 españoles de la División Azul que habían luchado junto a las fuerzas alemanas.

El retroceso del Tercer Reich llevó a que justo un año después, el 27 de enero de 1945, las tropas soviéticas liberasen el complejo de campos de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau, en territorio de la Polonia ocupada.

Acababa así una historia de crueldad y salvajismo que se había iniciado con la construcción del campo en 1940 y que había causado la muerte de más de un millón de personas, sobre todo judíos pero también homosexuales, insurgentes polacos, sacerdotes católicos y gitanos.

Para recordar ambos acontecimientos el Bundestag (Cámara baja) alemán llevó a cabo hoy una sesión especial de homenaje a las víctimas del nacionalsocialismo a la que también asistieron algunos supervivientes del asedio a Leningrado. 

El escritor ruso Daniíl Granin, que luchó en las filas soviéticas en Leningrado, explicó que "en aquella guerra la muerte era alguien que hacía silenciosamente su trabajo"

"Durante mucho tiempo no pude perdonar a los alemanes", apuntó Granin quien, ante la canciller Angela Merkel, rememoró el hambre, el frío y la necesidades que asolaron durante casi tres años a Leningrado por culpa del bloqueo nazi.

Por su parte, el presidente del Bundestag, Norbert Lammert, recordó que ambos desastres, el acontecido en el campo de batalla ruso y el producido en los campos de exterminio, "tienen sus raíces en la ideología racial de los nacionalistas que despreciaba al hombre". 

"Hoy ya no es tolerable la intolerancia" dijo Lammert, quien también advirtió de que "aún permanece la responsabilidad que tenemos los alemanes".

El presidente alemán, Joachim Gauck, envío un escrito al presidente ruso, Vladímir Putin, en el que también aseguraba que Alemania no olvida su responsabilidad por el daño causado durante el sitio de Leningrado.

"Solo puedo pensar con profunda tristeza y vergüenza en la guerra de aniquilación llevada a cabo por la Alemania nazi contra la Unión Soviética", escribió Gauck.

Heinrich Himmler

El fin de semana pasado, el semanario alemán Die Wet sacó a la luz 700 cartas personales encontradas en Israel del reichsführer de las SS, Heinrich Himmler, uno de los máximos responsables de la persecución y muerte de 6 millones de judíos.

Las misivas estaban dirigidas a su esposa Marga y su hija Gudrun y cubren el periodo que va desde 1927 hasta cinco semanas antes de la muerte de Himmler acontecida el 23 de mayo de 1945 cuando, tras ser apresado por tropas británicas, se suicidó al morder una cápsula de cianuro oculta entre sus dientes.

En uno de los escritos Marga Himmler se quejaba a su marido por las incomodidades que los judíos estaban causando a su vida familiar.

"¿Cuándo nos abandonara toda esa chusma de judíos? Así su vida también podría ser feliz", se preguntaba la esposa del jerarca nazi en un texto de noviembre 1938.

Sin embargo, Himmler no hizo ninguna mención al horror de los campos de concentración en sus epístolas. 

"Los próximos días estaré en Lublin, Zamosch, Auschwitz, Lemberg y después en el nuevo cuartel. Tengo curiosidad de ver cómo va el teléfono. ¡Muchos abrazos y besos!", escribió en una ocasión.

"Viajo a Auschwitz. Besos. Tu Heini", se despedía el jerarca nazi en otra carta de 1942.

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