Alexander McQueen, el "enfant terrible" y genio de la moda
Nunca se adaptó al espíritu de su época, sino que fue fiel a un estilo en el que fusionó sensualidad y costura a la perfección.
Alexander McQueen, fallecido ayer jueves a los 40 años en su casa de Londres, era un "talento único" y uno de los diseñadores más transgresores e innovadores de los últimos años, razón por la que se le conocía como el "enfant terrible" de la moda.
Para los verdaderos fans de la moda, los desfiles de McQueen eran una cita obligada. El chico del londinense East End hizo que su público experimentara tanto momentos sublimes como bajos, le llegó a mostrar su blanco trasero tras un show y lo impactó con modelos manchados de sangre.
Pero nunca cayó en el peor pecado que puede cometerse en el circo de la moda: Su público jamás se aburrió.
ENFANT TERRIBLE
McQueen fue considerado un "chico malo" y al mismo tiempo, un "chico bueno". Por muy áspera que fuera en ocasiones su forma de expresarse, por más provocativas que fueran sus puestas en escena, su técnica de corte era considerada fantástica.
No se adaptó al espíritu de su época, sino que fue fiel a un estilo en el que fusionó sensualidad y costura a la perfección. Sus femeninos trajes pantalón de acabados magistrales con las típicas solapas puntiagudas, sus vestidos con corsé y su amor por los detalles románticos generaron adicción por sus creaciones entre sus seguidoras.
Sólo pocos diseñadores gozaron de un estatus de culto similar y, sin embargo, McQueen no marcó tendencias: parecía estar en otro universo aparte del de la fama mediática que determina el auge o la decadencia de un diseñador.
HISTORIA
Nacido el 17 de marzo de 1969 en el East End londinense con el nombre de Lee McQueen, era hijo de un taxista y comenzó a diseñar trajes para sus hermanas a una edad muy temprana.
Cambió su nombre cuando decidió meterse en el mundo de la moda, con apenas 16 años.
Aprendió el oficio con uno de los sastres más tradicionales de Londres, "Anderson and Shepard", situado en la no menos tradicional Saville Row, y continuó su aprendizaje en "Gieves and Hawkes", reputados maestros en el diseño y corte de prendas clásicas.
Una vez aprendida la base del oficio decidió dar un giro en su preparación con su paso por los diseñadores teatrales "Angels and Berman", con los que aprendió seis métodos de corte, desde el más clásico al más moderno.
A los 20 fue contratado por el diseñador japonés Koji Tatsuno, también salido del mundo de los conservadores sastres británicos y un año después viajó a Milán para convertirse en el asistente de diseño de Romeo Gigli.
SUS COMIENZOS
En 1994, ya de vuelta en Londres, realizó un máster en diseño de moda en la prestigiosa escuela de Saint Martins, de donde han salido talentos como Stella McCartney o John Galliano.
La colección que preparó para conseguir su graduación fue adquirida en su totalidad por Isabella Blow, una famosa estilista británica que se convertiría en su protectora y en una de sus amigas más cercanas.
Blow se suicidó hace tres años, en vísperas de la Semana de la Moda de Londres, dato que coincide con la muerte de McQueen, ya que el certamen londinense se celebrará del 19 al 24 de febrero.
Tras salir de la escuela Saint Martins, McQueen se hizo rápidamente un espacio entre los principales nombres de la moda gracias a sus espectaculares puestas en escena pero también por sus innovadoras colecciones, con fuertes contrastes entre tradición y modernidad.
Cortes muy depurados, realizados con un máximo respeto por la tradición artesanal de la moda, frente a diseños rompedores, atrevidos y polémicos que le hicieron ganar los apelativos de "enfant terrible" y "hooligan de la moda inglesa".
SU PASO POR GIVENCHY
Una creatividad que le llevó a ganar en octubre de 1996, el premio al mejor diseñador del año. Unos días después fue nombrado diseñador jefe de una de las casas de moda más tradicionales, la francesa Givenchy, que destacó del británico "su brillante creatividad y maestría técnica".
McQueen sustituyó al frente de la casa francesa a Galliano, con el que en 1997 compartiría el premio al mejor diseñador británico del año.
De acuerdo al diario británico The Independent, el diseñador causó controversia en 1998 con un desfile que incluyó autos robots pulverizando pintura sobre vestidos de algodón blanco y un doble amputado caminando por la pasarela con piernas de madera.
Pero sus desfiles poco convencionales, los cuales una vez presentaron un holograma de tamaño real de la supermodelo Kate Moss, se convirtieron en sinónimo de un estilo único.
Sin dejar de diseñar para su propia marca, trabajó en Givenchy hasta marzo de 2001. Un abandono que se produjo poco después de que el 51% del grupo Alexander McQueen fuera adquirido por el grupo Gucci, donde pasó a ser el director creativo. Pero McQueen no se consolidó en Givenchy ni tampoco entre los críticos parisinos de la moda. En 2001 se despidió y se dedicó a su propia colección, con la que ya antes de trabajar para Givenchy cosechaba elogios.
EXITO
A partir de ese momento sus creaciones comenzaron a multiplicarse, con versiones masculina y femenina, líneas de fragancia, accesorios o anteojos.
Una expansión que incluyó la apertura de tiendas en Nueva York, Londres y Milán, con sus colecciones distribuidas en la actualidad en 39 países a través de 194 puntos de venta, según los datos de su página web.
Entre los premios que recibió en su carrera están los de mejor diseñador británico en 1996, 1997, 2001 y 2003; diseñador internacional por el Consejo de diseñadores de Moda de América en 2003 y Comandante del Imperio Británico, en ese mismo año.
Su último desfile, en octubre de 2009 en París, llevaba por título "La Atlantis de Platón" y fue un ejemplo más de riesgo, tecnología y experimentación formal con una estética futurista que no dejó indiferente a nadie.
Un "talento único y uno de los más grandes diseñadores del mundo", según afirmó hoy la organización de la London Fashion Week.
Para nadie era un secreto que McQueen era gay, y en el verano del año 2000 contrajo matrimonio con el documentalista George Forsyth. La ceremonia se realizó en Ibiza, en un yate, donde Kate Moss actuó de dama de honor.
Su nombre figuraba ya en el calendario parisino de los desfiles de prêt-à-porter, agendado para el próximo 9 de marzo, pero tras su repentina muerte se desconoce si la colección de Alexander McQueen será presentada en ausencia de su genial creador.
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