Analistas anticipan que la economía se mantendrá débil en el segundo semestre
El crecimiento debiera recuperarse a un ritmo en torno a 4,5% en el segundo semestre, aunque muy por debajo de la expansión de 5,6% del año pasado. Esto impulsaría al Banco Central a bajar su tasa al menos a 4,5%, desde 5%, lo cual contribuiría también a un alza del tipo de cambio hasta incluso $ 520.
EL modesto crecimiento que registró la economía en mayo, de 3,5%, no debiera repetirse en la segunda mitad de 2013. Sin embargo, la ralentización verificada en lo que va del año debiera mantenerse en lugar de revertirse en ese período. Esto derivará en que el crecimiento del primer semestre cerrará en torno a 4% -ya acumula esa cifra a mayo-, para recuperarse tenuemente a 4,5% en la segunda mitad del año.
Esto se recoge de una consulta a siete economistas de la plaza, quienes aún se debaten entre la posibilidad de que la actividad se recupere en el segundo semestre o que conserve un ritmo de crecimiento flojo. En promedio, las expectativas tienden a esto último.
Los consultados esperan una expansión promedio de 4,4% para 2013, lo que se ubica en la parte baja del rango de 4% a 5% estimado por el Banco Central esta semana, al presentar su Informe de Política Monetaria (Ipom). En él, el Central acotó marcadamente sus previsiones del Ipom de marzo, llamando la atención que la demanda agregada aumentará sólo 4,9% este año, contra 6,1% estimado anteriormente.
El documento también precisa que la inversión (formación bruta de capital fijo) crecerá 5,5% en 2013, lo que contrasta con el pronóstico previo de 7,2%. El consumo, en tanto, se expandiría 5% este año, a juicio del Central, versus 5,7% estimado antes.
Los analistas, en general, comparten la visión del instituto emisor de que la economía está creciendo a un ritmo más lento que el año pasado, cuando el Producto se expandió 5,6%.
La implicancia de eso es que, lejos de los temores de sobrecalentamiento que existían en el período de primavera-verano último (el Imacec avanzó 6% en enero), ahora la mayoría de las proyecciones indican que la inflación no será un problema en el curso del año, y que hacia el final de este tercer trimestre la política monetaria debiera exhibir un relajamiento.
La tasa de política monetaria se encuentra en 5% actualmente, y este año debiera bajar al menos medio punto porcentual. De acuerdo al análisis de uno de los consultados, el proceso de rebaja podría extenderse al próximo año, hasta acumular una caída de la TPM de 100 puntos base a 4%.
INVERSION SE DESACELERA
La velocidad de la economía en el segundo semestre dependerá en gran parte de cómo se comporten el consumo y la inversión.
No obstante, las proyecciones parten de un escenario en que el crecimiento de la economía en el primer trimestre, de 4,1% respecto de enero-marzo de 2012 (contrastando con el 5,7% del cuarto trimestre) estaría constituyendo un piso.
"En el margen, habría que esperar una aceleración del crecimiento en el segundo semestre; es muy difícil que el pobre 4,1% del primer trimestre se mantenga", dice Alejandro Fernández, gerente de estudios de Gemines.
Eso no quita que el segundo trimestre probablemente sea el peor del año, a la luz del Imacec de 3,5% de mayo, lo que conduciría a una expansión en abril-junio de entre 3,8% o 3,9%, calcula Fernández.
Los matices se dan entre si se puede esperar un crecimiento superior a 4,5% en el segundo semestre o uno más cercano al 4%.
"La economía está enfrentando varios shocks negativos al mismo tiempo", dice Gonzalo Sanhueza, socio de Econsult RS Capital.
Se refiere a la desaceleración de China, que afecta el precio del cobre y al alza de las tasas de interés internacionales y del riesgo-país, todo lo cual eleva el costo de financiamiento de las empresas.
Agrega que "en el frente interno ha habido una caída brutal del índice de confianza empresarial; a junio, los niveles de confianza en industria y construcción son muy negativos, mientras que comercio se acerca a una zona neutra. El único sector que queda en territorio positivo es la minería".
Sanhueza se encuentra revisando sus proyecciones, pero espera que el crecimiento en el segundo semestre se estabilice en un poco más de 4%. "El escenario positivo sería un crecimiento de 4,5%", dice Sanhueza.
La caída de la confianza afectará el nivel de inversión. Este sería el catalizador de la continuación de un crecimiento modesto.
"Lo más probable es que la desaceleración continúe en el segundo semestre e incluso pueda intensificarse, principalmente por el lado de la inversión", explica Angel Cabrera, economista de Forecast.
Las causas detrás de ese debilitamiento, dice, seguirán presentes y, dice, son dos: "La paralización de proyectos debido a trabas administrativas o jurídicas y una disminución en el inicio de nuevos proyectos, asociada a una política crediticia más restrictiva de la banca, especialmente a empresas constructoras e inmobiliarias, y a la incertidumbre tributaria, fruto de la campaña presidencial", añade.
Cabrera también estima que el crecimiento en los próximos trimestres estará en torno a 4% y 4,5% como máximo, para una expansión en el año de 4,2%-4,3%.
"La inversión se va a desacelerar en forma importante, y probablemente crecerá entre 5,3% y 5,5% este año", desde un 12,3% en 2012, dice Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados.
"Los recientes frenazos de proyectos de inversión tienden a generar un contagio en los sectores no transables, lo que ya se aprecia en el sector construcción y ha tenido un impacto en el retail", dice Nicolás Birkner, economista de CorpResearch.
George Lever, de la Cámara de Comercio de Santiago, espera que su sector se ajuste en forma significativa en el segundo semestre, pasando de crecer 6,9% y 7,9% en los trimestres primero y segundo, a 5,8% y 5,5% en los tercero y cuarto, respectivamente.
Lever, eso sí, cree consistente eso con una reaceleración de la economía en el segundo semestre: pronostica una expansión de 4,6% y 4,7% en los trimestres tercero y cuarto, respectivamente, para un crecimiento que debiera avanzar en torno a 4,5% en todo 2013. Para Lever, la inversión se desacelerará sólo a 8%.
A juicio de Cabrera, es probable que un entorno de inversión decayendo se extienda hasta después de marzo del 2014: "La incertidumbre se da en función del discurso electoral, pero después de las elecciones habrá que ver qué pasa con ese discurso poselecciones y, luego, cuando asuma el nuevo gobierno veremos qué pasa con los proyectos, si se ejecutan o no".
Si la inversión cae y reduce su tamaño en relación al PIB, el crecimiento potencial de la economía podría resultar dañado. "Si del actual 27% del PIB que representa cayera a 22%, el potencial se reduciría a entre 4% y 4,5% (desde 5%), y si la tasa de inversión llegara a 19% o 20% del PIB, como a fines de década de los 90, el potencial quedaría por debajo de 4%", opina Cabrera.
CONSUMO AUN FUERTE
Los análisis más optimistas para el segundo semestre ponen énfasis en la solidez que exhibe el consumo todavía.
"Los sectores que tradicionalmente lideran la economía seguirán empujándola, es decir, el comercio y algunos servicios, mientras los transables, como la minería y la agricultura, seguirán dando algún aporte, como también la industria, cuyo primer trimestre fue horrendo", opina Fernández.
"Los datos indirectos, como las ventas minoristas a mayo, muestran cierta aceleración en el margen, mientras que el empleo, las expectativas del consumidor y las remuneraciones son variables que están muy sólidas", añade, todo lo cual debiera apuntalar el consumo, "que perfectamente podría crecer 5,7%".
Fernández cree que el crecimiento en el tercer trimestre debiera acelerarse a 4,7%, descendiendo en el cuarto a alrededor de 4%. A la luz del modesto Imacec de mayo, ahora espera, sin embargo, una expansión del PIB en 2013 de 4,3%, contra la previa de 4,5%.
A juicio de Javier Hurtado, gerente de estudios de la Cámara Chilena de la Construcción, "el consumo todavía es una fuerza importante y la inversión va a seguir expandiéndose, porque si uno mira el catastro de inversiones, ve que hay 80% de proyectos planeados para este año, ya está en construcción, y sólo una fracción menor podría cancelar en lo que queda del año".
Hurtado está entre los más optimistas y sigue esperando un crecimiento de 4,8% para este año, lo que implica que en el segundo semestre el crecimiento debiera superar el 5%.
Lo que pase con el consumo, en tanto, "depende del mercado del trabajo y las remuneraciones, que lucen muy sólidos; la masa salarial sigue siendo creciente", añade.
PERO...
Sin embargo, el argumento para los no tan optimistas es que el consumo está supeditado a lo que suceda con la inversión. Si ésta cae afecta al mercado del trabajo, por la vía de aumentar el desempleo y reducir las remuneraciones, tras lo cual el consumo pierde dinamismo.
Así, "el consumo, que sigue creciendo a niveles de 10%, puede que empecemos a verlo en los próximos tres meses en una convergencia a niveles más tendenciales", explica Birkner.
"Los consumidores siguen ajustando a la baja sus expectativas", complementa Sanhueza.
TASAS DE INTERES Y DOLAR
Lo que haga el Banco Central en cuanto a su Tasa de Política Monetaria (TPM) sigue siendo materia de debate, dadas las diferentes perspectivas para el segundo semestre.
"En la medida en que el crecimiento tienda a estabilizarse en torno a 4,5% con la demanda agregada algo por arriba de eso, no hay mucho que hacer en materia de tasas de interés", dice Fernández.
"Pero si la desaceleración es más rápida se justificaría una baja de tasas en septiembre u octubre", añade.
"Con el consumo aún muy activo no ve que sea necesaria una baja de tasas", dice Hurtado.
Rojas, en cambio, explica que "la tasa neutral en Chile está en torno a 4% y 4,5%, no en 5%".
Luego, "la economía no tiene problemas de inflación y no se vislumbra que los vaya a tener, de modo que al menos hay espacio para una reducción de la TPM de al menos 50 puntos base", agrega Rojas.
"No descartaría que la TPM llegue a 4,25% si la desaceleración resulta más acentuada", dice.
Según Cabrera, el proceso de relajación de la política monetaria debiera iniciarse en agosto o septiembre, "y debiéramos ver cuatro recortes de 25 puntos base entre el segundo semestre de este año y el primero del próximo".
En materia cambiaria, la mayor parte de las previsiones apunta a un peso depreciado en el segundo trimestre.
"El dólar lo veo con tendencia alcista, terminando el año entre $ 510 y $ 520, básicamente por la evolución del precio del cobre y dado el fortalecimiento de la divisa en el mundo, derivado de la expectativa de que en EEUU se reduzcan los estímulos de política monetaria", dice Fernández.
El cobre, agrega, se mantendrá en torno a US$ 3 la libra, pudiendo incluso llegar a US$ 2,9, juicio compartido por los otros analistas.
A juicio de Cabrera, la depreciación del tipo de cambio se intensificará conforme se acerque 2014. "Este año debiera terminar en $ 510-$ 515 y, para 2014, espero un rango de entre $ 530 y $ 550".
Sanhueza, en el otro extremo, cree que en las últimas semanas el mercado cambiario ha sobrerreaccionado y que el precio del dólar debiera moverse en un rango de $ 470 a $ 500 en la segunda mitad del año.
"Ha habido mucha volatilidad en el corto plazo; la caída del cobre ha sido importante y, en consecuencia, ha habido mucha sobrerreacción. Además, aún hay una diferencia de tasas de interés con el resto del mundo en torno a 400 puntos base. Entonces, no me sorprendería ni descartaría que en el último trimestre del año el dólar se ubique bajo los $ 500, en $ 470", explica.
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