Arte Ruso en Roma: de Rodhenko al realismo socialista

Se trata de temas en general poco difundidos, precisamente debido a las dificultades para obtener préstamos de los museos rusos.




Dos imponentes muestras sobre el arte ruso del siglo XX, desde la experimentación de Alexander Rodchenko a las telas monumentales donde se celebra a bolcheviques y las  empresas heroicas de la Armada Roja, abrieron sus puertas  en el Palacio de las Exposiciones de Roma. 

Una está dedicada al extraordinario artista fundador del  constructivismo, que supo dar una visión distinta a las tomas  fotográficas. 

La otra reúne, por primera vez en Italia, las obras maestras  del realismo socialista custodiadas en los principales museos  rusos.

Se trata de temas en general poco difundidos, precisamente  debido a las dificultades para obtener préstamos de los museos  rusos, esta vez salvadas en el marco del año Italia-Rusia 2011.

El recorrido va de la modernidad hacia un regreso al orden,  partiendo de la búsqueda expresiva y la espectacularidad de la  pintura hasta que, tras el período de vanguardias, las obras se  encaminan hacia una mayor complejidad con virtuosismo en el  dibujo, la composición y el color.

Sin embargo, hacia el fin de los años 20 comienza a  escasear la fe en un mundo mejor y la posibilidad de que la  Unión Soviética pudiera concretar "la transfiguración terrena de  la raza humana", a medida que se imponen la ideología y la  propaganda de un poder totalitario capaz de doblegar la  sensibilidad e inspiración de los artistas.

La sufrida parábola humana y creativa de Alexander Rochenko  (1891-1956) es un perfecto ejemplo.

La bellísima muestra del Palacio de las Exposiciones reúne  tomas ejemplares, muchas de ellas inéditas, concedidas en  préstamo por la colección de la familia.

Pintura, diseño, teatro, cine, gráfica y fotografía son los  ámbitos donde el artista se consolidó, abriendo nuevos caminos y  lenguajes. Pero fue en el campo de la fotografía donde Rodchenko  introdujo los principios del constructivismo, la vanguardia más  revolucionaria, desarrollando métodos e instrumentos para su  aplicación.

"Su arte era visionario -dijo la curadora Olga Sviblova-,  supo introducir en la fotografía una óptica distinta, una nueva  estética visual. Alejándose de la perspectiva común, sabía mirar  el mundo con los ojos bien abiertos".

En Rusia, la fotografía tuvo de inmediato un gran desarrollo  y el propio Lenin, ya en 1917, entre muchos decretos emitió uno  sobre el uso de las técnicas e imágenes fotográficas.

Lenin percibía su infinito potencial de impacto y  comunicación: tanto, que quería equipar a cada soldado de la  Armada Roja con un fusil y un aparato fotográfico.

Pero las cosas evolucionaron en forma diferente, y Rodchenko  se encontró usando el fotomontaje no para la propaganda sino  para contar ese futuro luminoso nunca concretado.

En la muestra no faltan los testimonios de su búsqueda del  color y la perspectiva, así como las célebres imágenes cortadas  en diagonal de una "Moscú dinámica como si fuera Nueva York" y  los retratos de Maiakovski.

Todos testimonios de un arte al que nunca renunció, aun  a costa de caer en desgracia, perder toda fuente de sustento y  morir indigente y abandonado por todos.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.