Bachelet saca la tarjeta amarilla a todos sus ministros

El reciente llamado de atención que hizo la Presidenta Bachelet a sus ministros para "trabajar más", hizo recordar a varios la reprimenda de la Mandataria a su gabinete en 2006, que derivó, un mes después, en la salida de algunos secretarios de Estado.




Con una tarea especial se retiraron ayer de Valparaíso los secretarios generales de los partidos de la Nueva Mayoría tras un encuentro de trabajo con los presidentes de las colectividades: elaborar un informe para definir una hoja de ruta del oficialismo en lo que resta del gobierno de Michelle Bachelet.

Los dirigentes estuvieron reunidos dos horas para abordar los siguientes pasos que dará el sector luego del enfrentamiento público que protagonizaron en las últimas tres semanas, así como comenzar a definir los pasos para las elecciones municipales.

El encargo tiene un trasfondo mayor: el serio cuestionamiento que está instalado en la Nueva Mayoría sobre el trabajo de coordinación que ha realizado La Moneda, diagnóstico que se ha concentrado, particularmente, en la labor de los ministros políticos.

En los últimos días, varios parlamentarios oficialistas han exteriorizado esta visión, acusando un déficit en la conducción política y criticando, en forma velada, el desempeño de los titulares de la Segpres, Ximena Rincón (DC), de la Segegob, Álvaro Elizalde (PS), y de Hacienda, Alberto Arenas (PS). Esto, al señalar que la interlocución entre los partidos y el gobierno sólo es posible a través del ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo. Incluso el presidente del PS, Osvaldo Andrade, y el jefe de la bancada de diputados del PPD, Pepe Auth, señalaron que Peñailillo estaba "solo".

Esta visión no es nueva. Desde mediados de agosto que se instaló este cuestionamiento en amplios sectores de la Nueva Mayoría, principalmente en la DC. Por esos días, los máximos dirigentes de la colectividad que lidera Ignacio Walker ya venían advirtiendo en privado la ausencia de interlocutores con poder de decisión en La Moneda. Y por esos mismos días, además, el bloque oficialista comenzó a criticar públicamente la labor política del Ejecutivo y solicitando, mediante actos de presión, que Bachelet realice una evaluación del gabinete a todo nivel: ministros, subsecretarios, intendentes y jefes de servicio. El foco -al igual que hoy- también se puso en carteras sectoriales, incluyendo a los titulares de Educación, Nicolás Eyzaguirre; de Economía, Luis Felipe Céspedes; de Desarrollo Social, Fernanda Villegas; y de Salud, Helia Molina, entre otras.

El escenario, en todo caso, volvió a cobrar fuerza esta semana, luego de las disputas entre la DC, el PC, el PS y el PPD. Y una fuerte señal de advertencia se produjo el martes, cuando Bachelet comunicó públicamente que les había pedido a sus ministros -en un consejo de gabinete- reforzar el despliegue en terreno y comunicar de mejor forma las principales reformas que se están llevando adelante. Todo, resumido en una frase: "trabajar más".

Si bien en el oficialismo creen que este llamado de atención de la Mandataria no constituye más que una puesta en escena para marcar un punto político y comunicacional, a muchos les recordó el denominado "cartillazo" de 2006, cuando también les llamó la atención a sus secretarios de Estado, a sólo tres meses de iniciado su mandato. Poco después de esa acción, Bachelet concretó un profundo cambio de gabinete, que incluyó, incluso, a su entonces titular de Interior, Andrés Zaldívar (DC). Los llamados al orden a sus ministros se repitieron en 2007 y 2008. Y si bien no hubo ajustes inmediatos, estos se reflejaron en los meses siguientes.

Así, varios en el sector creen que su intervención del martes reviste las características de una advertencia sobre un inminente ajuste ministerial. Ayer, sin embargo, la jefa de Estado optó por evitar el asunto al ser consultada por la prensa. Entre risas, negó que esto significara un "tirón de orejas" para su equipo. "No han trabajado poco, han trabajado mucho, pero hay que trabajar más y ser capaces de comunicar mejor lo que estamos haciendo", comentó.

Por la tarde, la ministra Rincón ya se había hecho cargo del escenario, al señalar a La Segunda que "me encantaría terminar con la Presidenta este gobierno", exteriorizando los temores que circulan en Palacio.

En tanto, Peñailillo dijo durante la jornada que "cuando hay ciertos aspectos de coordinación que se tienen que mejorar, y que perfeccionen el trabajo en el Congreso, por supuesto que nosotros como gobierno nos tenemos que hacer cargo". Y sobre la posibilidad de un cambio de gabinete, comentó que eso "sólo lo define, lo decide y lo anuncia la Presidenta de la República".

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