Baile Chino se transforma en la primera danza chilena elegida Patrimonio de la Humanidad
La expresión artística ingresó al prestigioso listado de patrimonios inmateriales de la Unesco. La noticia fue confirmada este miércoles por la ministra de Cultura, Claudia Barattini.
Este 26 de noviembre fue confirmada una importante noticia: los tradicionales Bailes Chinos se transformaron en la primera danza chilena elegida Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El reconocimiento fue anunciado por la Unesco desde París, quienes esta mañana se comunicaron con el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), para darles la buena noticia.
Los Bailes Chinos (nombre que proviene del quechua donde "chino" significa "servidor"), son una expresión proveniente de las regiones de Atacama, Coquimbo y Valparaíso, que mezclan la danza, el canto y la música, donde los protagonistas son hombres.
Este martes, los 24 países (con 950 representantes) que integran el Comité para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco votaron para elegir a los Bailes Chinos dentro del prestigioso listado, uno de los 46 expedientes a nivel mundial que la Unesco analizará esta semana.
"Durante casi 350 años de existencia, esta tradición, con sus flautas, tambores y cantos, ha encarnado nuestro origen americano arcaico y también la tradición cristiana, bases de nuestra historia. Es una distinción que nos alienta a seguir trabajando por recuperar y poner en valor las expresiones culturales, parte fundamental de nuestra identidad nacional", sostuvo la ministra Claudia Barattini.
Dentro de las otras postulaciones analizadas por la entidad, se encontraban el Círculo de Capoeira, de Brasil; el "washi", arte tradicional de fabricación manual de papel japonés; el "zajal", poesía recitada o cantada del Líbano, y la Fiesta de la Virgen de la Candelaria de Puno, Perú, entre otras.
Un Baile Chino es una cofradía de músicos danzantes devotos de la virgen, cuyos integrantes expresan su fe a través de música, baile y canto. El primero de ellos se originó en la localidad de Andacollo, en 1585, y mantiene su vigencia hasta hoy. Esta práctica se desarrolla principalmente desde el norte de Chile hasta los valles de la zona central, fundamentalmente en las regiones de Coquimbo y Valparaíso. La música, las coreografías danzarias (mudanzas) y el arte del canto de las coplas, son transmitidas de generación en generación, y son justamente estas expresiones las que se están relevando en esta instancia.
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