Bakú, la "Dubai del Cáucaso"

La capital de la ex república soviética de Azerbaiján pretende iniciar en 2015 la construcción de una torre de 1.050 metros, que planea superar el actual récord del Burj Khalifa de Dubai, el edificio más alto del mundo, con 828 metros.




LA EX REPUBLICA soviética de Azerbaiján ha construido su riqueza en torno a sus enormes reservas de petróleo y gas natural. No en vano los persas la bautizaron como "la tierra del fuego". A fines del siglo XIX, por su capital, Bakú, se pasearon los barones del petróleo: los Rockefeller y los Rothschild. Y a comienzos del XX, el esplendor de la urbe le valió el apodo del "París del Este". Pero las villas francesas que bordean la explanada de la ciudad, cuyo centro urbano fue inscrito por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 2000, han dado paso en el último tiempo a rascacielos de diseño, avenidas salpicadas por tiendas de lujo y hoteles de cinco estrellas. Por todo esto, muchos expertos ya hablan de Bakú como el nuevo "Dubai del Cáucaso".

"Quiero convertir a Bakú en una ciudad más moderna que Dubai", asegura Haci Ibrahim Nehremil, presidente de la compañía Avesta Conserni, encargada de la isla artificial donde se está construyendo una de las ciudades más caras del mundo, con un rascacielos de un kilómetro de altura y la mezquita más grande de las existentes.

La construcción de la "Azerbaijan Tower", de 1.050 metros y 186 pisos, se iniciará en 2015 y se espera que esté concluida en 2019. El presupuesto para levantar la estructura más alta del mundo es de US$ 3.000 millones. El edificio, que planea superar el récord que hoy tiene el Burj Khalifa, en Dubai (de 828 metros) formará parte del complejo residencial Khazar Islands, que se levantará sobre un archipiélago artificial en el Mar Caspio, 25 kilómetros al sur de Bakú. El proyecto pretende ocupar un territorio de 3.000 hectáreas para agrupar un total de 41 islas pequeñas.

Con un valor de US$ 100.000 millones, la ciudad planea albergar hasta un millón de residentes, y para eso están planificadas 150 escuelas, 50 hospitales y hasta un circuito de calidad Fórmula 1. El proyecto estaría concluido entre 2020 y 2025.

Menos pretencioso, el "Proyecto Ciudad Blanca" apuesta a la rehabilitación de la antigua zona industrial de Bakú (conocida como ciudad negra por su polución), que prevé la construcción de 10 barrios residenciales donde vivan unas 50.000 personas y un centro de negocios para 48.000 empleados. El proyecto, que abarcará 221 hectáreas, se encuentra a cuatro kilómetros del centro de la capital.

Pero Bakú, que acogerá los Juegos Europeos que se celebrarán en junio de 2015 -para los que se ha construido una moderna Villa Olímpica con departamentos para alojar a 7.500 atletas-, ya exhibe de forma tangible su enorme "revolución arquitectónica". Asemejando a tres enormes lenguas de fuego, las "Flame Towers" -cuya construcción costó US$ 350 millones- lucen rojas en la noche e iluminan la capital en homenaje al petróleo. El mayor de los tres rascacielos tiene 235 metros de altura.

Desde las orillas del Caspio, en Bakú, se divisan imponentes plataformas petrolíferas que extraen casi un millón de barriles de crudo al día. Los yacimientos en tierra firme se han agotado, pero en el mar quedan reservas al menos para dos decenios, aseguran las autoridades. La revista Oil and Gas Journal estima que estas reservas ascenderían a 7.000 millones de barriles. En tanto, el ministro de Industria y Energía del país, Natig Aliyev, cifró recientemente en alrededor de 2,65 billones de metros cúbicos las reservas probadas de gas natural.

Este boom de los hidrocarburos le ha permitido a Azerbaiján multiplicar por tres su economía en la última década, según el diario español El País. Con un excedente de reservas de divisas de más 35.000 millones de euros, el Ejecutivo del Presidente Ilham Aliyev pretende duplicar el PIB per cápita hasta los US$ 13.000 en 2020.

Según el FMI, se espera que la economía de la ex república soviética crezca alrededor de un 3% en los próximos años. Pero debido a la alta dependencia del petróleo y el gas (que en 2012 representaron el 47,3% del PIB), el gobierno está invirtiendo en el desarrollo de otros sectores.

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