BBC: Argentina: multas para quienes fuman y manejen

Por primera vez en Argentina se empezará a multar a los conductores por fumar mientras conducen.

Se trata de una nueva normativa que entra en efecto este lunes, sólo en la ciudad de Córdoba, en la provincia central del mismo nombre.

De acuerdo a la Ordenanza 12104, se empezará a multar a quienes fumen mientras conduzcan autos o motocicletas.

La sanción económica es de casi US$50, y se eleva a unos US$90 en el caso de reincidentes.

"La idea es evitar las diversas distracciones en las que incurren los conductores, ya sea fumar o por ejemplo utilizar el celular, ya que son las situaciones que mayor cantidad de accidentes provocan", señaló en un comunicado la municipalidad de la ciudad.

La normativa fue aprobada por los concejales en noviembre pasado, y en las últimas semanas se inició una campaña de concientización y promoción de la medida a través de medios de comunicación locales.

De acuerdo al texto de la ordenanza, uno de los motivos que originó su aplicación fue la necesidad de reducir tanto el número de accidentes en las vías, como el costo que generan los mismos sobre el sistema de salud.

Se estima que al menos 14.000 personas requirieron atención médica por siniestros viales durante 2011 en el Hospital de Urgencias de Córdoba.

Ello motivó a un gasto de al menos US$12 millones, lo que significa alrededor de la mitad del presupuesto del centro asistencial, según datos publicados por el diario Página 12.

BASE CIENTIFICA

Un dato crucial que llevó a la aplicación de esta nueva ordenanza es el tiempo que consume encender un cigarrillo mientras se está detrás del volante.

De acuerdo a un estudio presentado por el bloque de concejales que propuso la iniciativa (Unión Cívica Radical), se requieren siete movimientos desde que se busca el cigarrillo hasta que se da la primera exhalación de humo.

Tal procedimiento toma un tiempo de al menos 10 segundos. Lo cual, para los legisladores, constituye una posibilidad de distracción lo suficientemente grave como para prohibirse.

"Esto representa 10 segundos o 70 metros de recorrido con distracción en zona urbana. Una vez encendido el cigarrillo, una mano debe ocuparse en sostenerlo, además de los efectos distractores del humo en los ojos o si cae la ceniza en el pantalón", dijo a un diario local el concejal que propuso el proyecto, Javier Bee Sellares.

Una reciente investigación de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, que se basó en una muestra de 1.200 conductores, concluyó que los fumadores tienen el doble de accidentes de tránsito que los no fumadores.

Legislaciones que prohíban fumar y conducir están siendo debatidas actualmente en varios países europeos, así como de América Latina.

FALTAS

La normativa, aunque fue aprobada por mayoría, también tuvo sus críticas.

En los debates se señaló que el uso de multas no sería la mejor respuesta para crear conciencia entre los conductores y con ello evitar accidentes.

Por su parte, la organización no gubernamental argentina Luchemos Por la Vida, cuyo objetivo es ayudar a prevenir accidentes de tránsito, considera que todavía hay mucho trecho que recorrer en cuanto a medidas que reduzcan los siniestros en las vías.

"En principio, esta bien regular la conducción con el tabaco", señaló a BBC Mundo el presidente de Luchemos, Alberto Silveira.

"Pero el tema es que en Córdoba hay un caos en cuestiones básicas (de seguridad vial) como la falta de control en cascos, excesos de velocidad o falta de controles de alcoholemia, por lo que esta medida quizás puede parecer un tanto exagerada", agregó.

"Mas que impedir fumar y conducir, se deberían hacer cumplir las leyes más básicas", indicó Silveira.

La situación en Córdoba, explica el presidente de Luchemos, se repite en el resto de Argentina, que tiene una de las mayores tasas de accidentes viales de la región.

"Nosotros estimamos que hay un promedio de 21 muertos por día. En todo el año pasado se contabilizaron al menos 7.485 muertos", señaló.

El total de muertos en las vías por accidentes, en Argentina, puede llegar a ser hasta 10 veces mayor que la tasa de ocurrencia en varios países europeos o Estados Unidos.