Bicampeonas a ratos

Anita Pinto, Giselle Delgado

Anita Pinto y Giselle Delgado celebran su nuevo oro en el Panamericano. La lejanía y el casi nulo entrenamiento en conjunto hacen de su triunfo en dobles una hazaña.




Hay nuevos bicampeones de América. Bicampeonas, para ser más exactos. Anita Pinto y Giselle Delgado presumen de su oro en el Panamericano de Squash que se celebra en Buenos Aires, Argentina. Una presea que ya habían conseguido en los realizados en Estados Unidos el año pasado.

El tiempo siempre apremia antes de un partido, aunque hablar de un logro así amerita una pausa. Anita lo sabe: es una de las maneras para que este deporte alcance una mayor notoriedad. "No es muy conocido", confirma.

Pero un oro es un oro y la felicidad es suprema, sobre todo por las condiciones en las que se dio. "Llegué al torneo con una lesión leve e igual lo sacamos adelante. Estamos muy orgullosas", comenta Pinto. Arribó al país transandino con un esguince grado uno, al que luego se le sumó una torcedura de tobillo.

Las molestias le impidieron jugar los duelos individuales, aunque el prematuro tratamiento de sus dolores, le permitió estar disponible para los dobles. Allí la esperaba su compañera Giselle, con quien posee una relación bastante peculiar.

"Nuestro triunfo es mucho más significativo porque no tenemos la posibilidad de jugar juntas muchas veces al año", explica Delgado, que vive en Canadá. Y añade: "Esta vez nos pudimos juntar unos días antes del torneo y eso nos ayudó un montón".

Aquellos encuentros tan efímeros parecen ser bastante eficaces teniendo en cuenta el logro obtenido. Así, su conexión se basa en el complemento y en la buena relación que han cultivado desde 2013, año en el que se conocieron. "Con Giselle nos llevamos muy bien, somos las dos bien tranquilas, bien piolas, en la cancha nuestro juego es distinto, nos complementamos", indica Anita.

No obstante, lo piola de Giselle tiende a desaparecer en los interiores de un recinto de squash. "Yo soy de juego más constante, más paciente, de aguante; Giselle es más ágil, hace tiros rápidos y eso nos ha permitido avanzar, a pesar de que no nos vemos mucho en el año, sólo en los torneos".

La lejanía dificulta los entrenamientos, pero la dupla ya piensa en los desafíos venideros: en octubre, el Sudamericano de squash, también en Argentina, y los Juegos Bolivarianos en noviembre, a llevarse a cabo en Colombia.

La meta principal, sin embargo, descansa en Perú. "Esperamos estar consolidadas como dupla para los Panamericanos de Lima 2019", afirma Anita, antes de decir adiós para preparar la competencia por equipos.

Es que desean ir por más.

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