Cachetazo azul al líder
La U venció 2-3 a la Unión Española y lo bajó de la cima del Apertura. Jonathan Zacaría fue la gran figura del partido con dos anotaciones.
Dos minutos tardó el partido en desnudar el presente con el que llegaba uno y otro equipo al Santa Laura. En realidad, lo que se tardó Gonzalo Jara en ratificar su condición de fiasco del año en Universidad de Chile. El zaguero, mezcla de exceso de confianza y un poco de mala suerte, prefirió un largo rechazo antes que habilitar a Johnny Herrera, pero con tanto infortunio que el balón rebotó en la pierna de Diego Churín y se incrustó mansamente en el arco de la U.
Así arrancó Unión Española el partido, con un regalo inesperado, para sacarse la presión que le había impuesto más temprano Iquique con su victoria sobre San Luis. Y así lo inició la U, que parece empeñada en dispararse en los pies, no importa la hora ni el lugar.
Como para agravar la situación, Salom aprovechó otra desatención del fondo azul y de chilena, sin marca y con todo el tiempo del mundo para acomodarse, venció a un desconsolado Herrrera. En menos de 20 minutos, gozaba de una ventaja inesperada y se sacaba la pesada mochila del protagonismo que a veces tanto le cuesta asumir a los equipos.
Así, todo estaba a servir de Unión, para continuar de líder. Con un rival en el suelo, atontado todavía por el error de Jara. Pero increíblemente, dejó de presionar, se estacionó cerca de su área e invitó a la U a crecer. Y lo pagó caro. Demasiado para sus aspiraciones de continuar como uno de los líderes del Apertura.
Porque si algo bueno tiene este equipo dirigido la dupla Castañeda-Musrri es el manejo de pelota. Es cierto que le cuesta un mundo profundizar, pero muestra circuitos de juego interesantes. Apareciendo con Monzón y Schultz en posiciones de ataque, arriesgando a rato en el fondo buscando variantes para hacer daño.
Y desde la posesión comenzó a espantar el fantasma de Jara y a generar peligro. Antes del descuento de Zacaría, ya había avisado en un par de ocasiones. El gol del zurdo argentino, instalado como extremo con perfil cambiado, nació precisamente de una gran jugada colectiva entre Beausejour y Fernández.
Justamente la Gata, de buen partido, anotó el empate parcial también producto de una triangulación ofensiva urdida por Contreras y Martínez. En esos pasajes, el cuadro azul tenía el control del partido y parecía más cerca de la victoria. De Unión Española, no había noticias en la cancha. Por ahí algún arresto de Salom, quien pudo irse expulsado por una patada en contra de Jara a la altura de la rodilla, permitía saber que los hispanos querían seguir en la lucha.
El Turco, de hecho, tuvo la más clara de los rojos en el segundo tiempo cuando enfrentó solo a Herrera, pero mandó el balón al cementerio general, apurado por el achique del portero. Antes, el arquero había tenido una atajada sensacional sobre Hernández. Pero esa ráfaga duró apenas unos minutos. Y pareció de escaso fuego para un equipo que tenía la obligación de ganar. Claro, sin los regalos esta vez de los defensores azules, le costó un mundo hacer daño y quedaba a merced de lo que hacía la U.
Entonces, parecía cuestión de tiempo que el desequilibrio llegara en favor de los azules. Y éste asomó tras otra aparición del mejor hombre de la cancha, Jonathan Zacaría. El transandino, en posición de nueve, metió un zurdazo ajustado que dejó sin opción a Sánchez. Ahí se cerró el partido. Premio para la búsqueda de un equipo que no renunció nunca a su libreto pese a los horrores del comienzo. Y justo castigo para un aspirante al título que dejó de luchar muy temprano y cuando quiso despertar, ya era demasiado tarde.
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