Candidato de los hermanos musulmanes y un ex ministro de Mubarak pasarían a segunda vuelta en Egipto
Se trata del islamista Mohammed Morsi y del último primer ministro del anterior régimen, Ahmed Shafik. Esto, tras el recuento del 90% de los votos.
El islamista Mohammed Morsi y Ahmed Shafik, el último es primer ministrio de Hosni Mubarak, se enfrentarían en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Egipto, informó hoy la Comisión Electoral tras el recuento del 90% de los votos, tras las jornadas de miércoles y jueves.
Un vocero indicó en El Cairo que ambos fueron los más votados y con diferencia frente al resto. El resultado final se dará a conocer sin embargo el domingo, añadió.
Morsi es el candidato de los Hermanos Musulmanes, que son el grupo más fuerte en el Parlamento.
En tanto, el ex ministro de Transporte Aéreo. Ahmed Shafik fue nombrado primer ministro por Mubarak poco antes de su renuncia en febrero de 2011. El Consejo Militar que controla Egipto desde la partida del ex mandatario egipcio destituyó sin embargo a Shafik y nombró un nuevo gobierno de transición.
ESCENARIO
Según la agencia Reuters, la primera vuelta de la votación ha polarizado a los egipcios entre aquellos decididos a evitar que la presidencia quede en manos de un hombre de la era de Mubarak y quienes temen que los influyentes islamistas dominen al gobierno.
La segunda ronda está programada para el 16 y el 17 de junio. Los comicios marcan un crucial paso en la caótica y a veces violenta transición de Egipto a la democracia, supervisada por una junta militar que se ha comprometido a entregar el poder al nuevo presidente el 1 de julio.
La segunda ronda podría generar más turbulencia. Los detractores de Shafik han amenazado con salir a las calles a protestar si el ex funcionario es electo. Pero para sus partidarios, sus antecedentes como militar ofrecen garantías de que podrá restaurar la seguridad, una importante demanda de la población 15 meses después del derrocamiento de Mubarak.
Una victoria para Mohamed Morsi de los Hermanos Musulmanes podría empeorar las tensiones entre los islamistas y las poderosas fuerzas armadas, que se consideran a sí mismas como las guardianas del Estado.
Cristianos y seculares liberales, ansiosos sobre sus propias libertades y el destino de la vital industria turística de Egipto, están inquietos ante la promesa de los Hermanos Musulmanes de aplicar la ley islámica en el país.
"Ahora los egipcios tendrán que elegir entre la revolución y la contra-revolución. La próxima votación será equivalente a realizar un referendo sobre la revolución", dijo Mohamed Beltagy, un dirigente del partido de los Hermanos Musulmanes.
Si Morsi se convierte en presidente, los islamistas controlarán buena parte de las instituciones gobernantes -aunque no a las fuerzas armadas- en Egipto, consolidando victorias electorales logradas por aliados en otras naciones árabes en el último año.
Israel ha seguido de cerca el ascenso de los islamistas, especialmente en Egipto, su antiguo enemigo hasta la firma de un acuerdo de paz en 1979. Mursi apoya vagamente una "revisión" del pacto, pero los Hermanos Musulmanes dicen que no lo desmantelarían. Shafik ha prometido plegarse al compromiso.
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