Claudio Orrego: "Preferentemente, las autoridades municipales deberían ver los ruidos molestos"
La autoridad regional indicó que si bien tienen un foco en delitos graves, además hay que preocuparse de las faltas menores que generan inseguridad.
Los operativos policiales que se generan un fin de semana en Santiago son también una preocupación de la Intendencia Metropolitana. El trabajo y las denuncias que los carabineros deben cubrir en esas horas son claves para planificar el accionar policial. A la cabeza de esta institución está Claudio Orrego, quien indica que los llamados por ruidos molestos deberían quedar en manos de las municipalidades y, de esta forma, liberar a los policías para que puedan patrullar y enfocarse en los delitos.
¿Cuál es el trabajo que está realizando la Intendencia con Carabineros para enfrentar el tema de la delincuencia?
Este es un tema que se maneja directamente desde el Ministerio del Interior, además de sus dos subsecretarías y también la Subsecretaría de Prevención del Delito. Nosotros, como Intendencia, colaboramos en esa coordinación. Por ejemplo, en los eventos masivos que ocurren en la ciudad. También tenemos un trabajo prioritario e intersectorial en barrios críticos de alta complejidad, como Bajos de Mena, La Legua, La Parinacota. Esperamos que prontamente sumemos El Castillo. Es decir, a pesar de lo reducido que es el equipo de la Intendencia, ejercemos un rol de coordinación con las policías y también con los municipios, a quienes siempre los incorporamos en el trabajo.
¿Cómo manejan los fondos que destinan a la seguridad pública?
Muchos de estos recursos van de apoyo directo a las policías: cuarteles; por ejemplo, los 150 vehículos de la PDI los financia el Gobierno Regional; el nuevo laboratorio criminalístico de la PDI en la Región Metropolitana, en fin. Pero, además, las luminarias, la repavimentación de veredas, las cámaras de televigilancia son parte importante de la inversión que realiza el gobierno regional.
La mayor cantidad de procedimientos a los que va Carabineros un sábado en la noche son por ruidos molestos. ¿Considera que este tipo de denuncias debieran atenderlas otras autoridades, por ejemplo, los municipios?
Preferentemente, las autoridades municipales deberían ver los ruidos molestos. Ahora, cuando tienen otros componentes, como disputa o riña, sin duda también se requiere Carabineros.
Entonces, ¿cree que Carabineros y la PDI deberían enfocarse en delitos más graves?
Ya tenemos un foco en la Región Metropolitana, que es el narcotráfico, microtráfico y el de las armas ilegales. Entonces, hay un foco en ciertos delitos de alta connotación. Pero también, en el tema de las faltas menores, si algo hemos aprendido de la experiencia comparada es que muchas veces la mayor sensación de inseguridad viene de esas faltas menores. Con esto me refiero a casos como el graffiteo, la destrucción de la propiedad fiscal, el que se salta la cola en el Metro. Entonces, es necesario también tener un tema focalizado en esto que se llama las incivilidades, que es el tipo que vende o fuma droga, o el que toma alcohol y anda borracho en la plaza. Esas son faltas menores, pero por Dios que son significativas al momento de la evaluación de inseguridad.
¿Qué propuesta tiene en esta materia?
Lo que hemos dicho nosotros es que ojalá esas faltas las podamos sacar del tribunal penal y las pongamos en manos del juez de policía local. O sea, llevar a la justicia comunitaria lo que es más comunitario y dejar a la justicia criminal aquellos delitos de mayor importancia. Por ejemplo, todo el tema de tránsito, las infracciones, no debiera ser motivo de los tribunales, porque de alguna manera atocha el trabajo criminal que debería estar enfocado en temas de armas, narcotráfico, los grandes delitos del país. Creo que hay modificaciones menores que se podrían hacer, que liberen a más carabineros, a jueces y a fiscales, para dedicarse a los delitos de más alta connotación.
Los delitos bajan, pero la percepción sigue alta. ¿Es este un tema difícil de enfrentar?
Es un tema muy complejo. No se trata solo de la cantidad de delitos. Primero, hay cierto tipo de ilícito que genera más temor que otros. Un portonazo, que era algo que hace dos años no existía en Santiago, produce temor. Un bombazo en un cajero automático también. Segundo, el uso de armas de fuego. Y tercero es la edad de quien comete el delito. También se asocia a la sensación de inseguridad el saber que hoy hay niños, niñas y adolescentes que están cometiendo delitos, muchas veces utilizados por bandas criminales, que prefieren ocupar a menores de edad para que no tengan responsabilidad penal. Las condiciones del entorno también generan sensación de temor, por eso muchos alcaldes han invertido en herramientas que no solo ayudan a combatir el delito, sino que también combaten la sensación de inseguridad.
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