Cobresal vuelve a casa para disputar la penúltima fecha del Clausura
<font face="tahoma, arial, helvetica, sans-serif"><span style="font-size: 12px;">El conjunto minero volverá a jugar en altura un partido decisivo. Barnechea cubrirá el trayecto al norte en bus.</span></font>
Cobresal vuelve a casa. El conjunto minero ejercerá su última localía del Clausura en El Salvador, ante su reducida pero fiel hinchada, en el trascendental encuentro en que el equipo atacameño recibirá a Barnechea por la penúltima fecha del torneo doméstico. Así lo confirmaba en el día de ayer el presidente de la entidad albinaranja, Sebastián Moreno. "Está definido que el partido será el domingo, que será a las 16.30 y que se jugará en El Salvador", explicaba el dirigente a propósito de un pleito que, en caso de concluir con triunfo nortino, podría terminar en vuelta olímpica si Deportes Iquique es capaz de derrotar a Universidad Católica en el duelo entre ambos que se dirimirá a la misma hora.
Tras más de tres semanas de forzado exilio en Santiago, y una vez restablecidos los servicios básicos en el campamento minero (gravemente afectado por la tragedia ocurrida en marzo) el estadio El Cobre volverá a vestirse de gala para arropar al puntero.
Muchas serán las gargantas que el próximo domingo jaleen desde el feudo cobresalino a un equipo que se encuentra a las puertas de lograr el mayor hito deportivo de su historia.
Regreso a las alturas
Se escuchará, pues, alto y claro, a los hinchas, pero no a los jugadores, quienes ayer mismo anunciaban, a través de su capitán y vocero, Nico Peric, que no harán más declaraciones a los medios de comunicación mientras dure su preparación para el compromiso ante Barnechea.
Una decisión adoptada por el camarín tras la charla previa a la práctica que tuvo lugar ayer en las instalaciones deportivas del INAF, en Quilín. "No creo que esta decisión tenga que ver con una cuestión relacionada con evitar sentirse presionados. El grupo está bien anímicamente, en un nivel de activación óptimo", confesaba, en relación a la medida adopatada, Rodrigo Cauas, sicólogo encargado de asesorar al plantel en la decisiva recta final del campeonato."Volver a El Salvador puede ser un arma extra para ellos, un aliciente más, porque hicieron toda la campaña allá", agregaba Cauas, antes de restar importancia al papel que pueda llegar a jugar la ansiedad en los dos compromisos restantes: "cuando hay un objetivo a la vista y ese objetivo es el premio a un trabajo, es inevitable que la ansiedad exista".
Otra de las principales incógnitas que presentará el duelo entre mineros y huaicocheros será la del papel que jugará la altura. La falta de aclimatación a un entorno que, hasta hace bien poco, era el hábitat natural de los futbolistas, podría complicar a Cobresal o, cuanto menos, dejar de representar un valor añadido frente a su adversario.
"Estamos hablando de menos de 3.000 metros, y esa es una altura que no debería afectar demasiado al rendimiento. En este caso en particular, los jugadores no deberían tener problemas para volver a adaptarse porque el cuerpo, en ese sentido, tiene memoria, y no llevan demasiado tiempo fuera de su medio", explica Carlos Burgos, connotado preparador físico de la Clínica MEDS, antes de aventurar que el conjunto de visita se verá, en cualquier caso, pero parado: "El hábitat natural de Cobresal es ya la altura, por lo que le costará más a Barnechea. No tanto por la altura en sí misma como por la forma de jugar en altura".
Lo que sin duda complicará al ya descendido equipo santiaguino, será el hecho de realizar el viaje en autobús: "Saldremos el viernes a las 21.00 y haremos el viaje de noche. Son 13 ó 14 horas y eso podría afectar a los jugadores, pero es parte del cuento, estamos fuera de la competencia y no podemos tener más gastos", confiesa el gerente deportivo Cristián Ortiz.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.