Comediantes dicen responder a un "cambio en la sociedad chilena"

Los representantes del humor político creen que su éxito se debe a una audiencia más madura y al auge de las redes sociales.




“Mencionar a (Sebastián) Daválos es inevitable. Igual que a Soquimich, Penta o Caval”, comentaba ayer el comediante Pedro Ruminot, consultado sobre los temas que dominaron buena parte de las presentaciones de sus colegas durante las primeras dos noches del Festival de Viña del Mar. Si bien el ex integrante del programa El club de la comedia (CHV), que esta noche debuta en el evento viñamarino, promete un espectáculo más centrado en “lo cotidiano”, no pudo evitar referirse al revuelo que han generado las rutinas cómicas de esta edición del certamen, en especial las de Edo Caroe y Rodrigo González, en las que predominaron las críticas a diversas figuras políticas, desde parlamentarios hasta autoridades de gobierno.

La tendencia comenzó a ganar notoriedad en el año pasado, con las primeras rutinas alrededor de este tema en la edición anterior en el Festival de Viña, y en los últimos días volvieron a instalarse, con chistes más punzantes que generan buenos resultados y dividen al público.

“Chile cambió. La gente está más empoderada y muchas veces el chiste del borracho ya no funciona. Sí funciona decirle al empresario, por ejemplo, que tenemos voz y pedirles que hagan bien la pega”, asegura a La Tercera Rodrigo González, quien el martes conquistó a la Quinta Vergara y a los televidentes -fue lo más visto de la noche- con un show donde no faltaron los dardos al primogénito de la Presidenta Bachelet, pero donde también hubo mensajes contra grupos empresariales y la petición de un oncólogo para Magallanes.

Las críticas al mundo político y las alusiones a la crisis social del país son la nueva forma en que los humoristas conectan con sus audiencias. Para Juan Carlos “Palta” Meléndez, emblemático representante de este tipo de comedia, esto responde a una “evolución y maduración de la sociedad chilena”.

“Yo antes era el único, ahora somos más”, dice Meléndez, recordado por sus imitaciones de Salvador Allende y Augusto Pinochet en Viña 2007, quien atribuye a las redes sociales el mayor calibre de las rutinas de humor político. “Hoy en día no se puede ser suave en relación a la contingencia, en especial si en Twitter el humor es brutal, duro e incluso más agresivo con el mundo político”.

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