Cómo el hombre más buscado de Grecia se convirtió en un héroe nacional
Después de robar varios bancos y secuestrar a empresarios, Vasilis Palokostas fue capturado dos veces pero en ambas ocasiones logró escapar de la cárcel. Y se ganó el apoyo del pueblo con una curiosa estrategia.
El 22 de febrero de 2009, a las 3:45 de la tarde, las cadenas de televisión en Grecia interrumpieron la transmisión habitual de sus telenovelas para dar una noticia que parecía increíble.
Por segunda vez en menos de tres años, Vasilis Paleokostas, uno de los criminales más conocidos del país, lograba escapar de una cárcel de alta seguridad repitiendo su modus operandi: volando en un helicóptero.
Mientras se elevaba por los aires la mayoría de sus compañeros de prisión alzó las manos y comenzó a cantar y gritar como si su equipo de fútbol acabara de marcar un gol.
Ese apoyo de las masas no era gratuito.
Paleokostas se había labrado un apoyo popular mientras robaba bancos y secuestraba industriales usando dos tácticas infalibles: al mejor estilo de Robin Hood repartía sus botines entre los granjeros e inmigrantes más pobres de Grecia y alegaba con efervescencia espartana que en ninguna de sus incursiones criminales había herido o dado muerte a una persona.
Sin embargo, desde aquella tarde veraniega de agosto de 2009 en que ascendió a los cielos, nadie lo ha vuelto a ver. Solo rumores.
"Nunca dejaré de buscar a Paleokostas. Porque esto no es sobre si él volverá a delinquir, sino sobre cuándo lo volverá hacer", le dice uno de los principales investigadores del caso, Dimitrios Gavanis, al periodista de la BBC Jeff Maysh, autor de un largo reportaje sobre Paleokostas llamado "El inatrapable".
¿Pero cómo alguien logra escapar de la cárcel dos veces y además con un apoyo popular parecido al de un santo revolucionario o un héroe mitológico? Y sobre todo, ¿cómo el hombre más buscado de Grecia desaparece sin dejar rastro?
De granjero a ladrón
Paleokostas nació en 1966 en la región de Trikala, el corazón montañoso de Grecia.
Su carrera delictiva empezó 18 años después en compañía de Nikos, su hermano mayor.
Cuando Vasilis cumple la mayoría de edad, abandonan la casa de su padre, un granjero pobre, y se dedican a lo único que saben distinto a trabajar la tierra: robar.
Durante 15 años se especializan en atracar bancos y joyerías bajo el mismo sistema: burlándose de la policía y dejando por el camino de huida una estela de dracmas (moneda griega antes del euro en 2001) para las personas más necesitadas.
"Entre 1985 y 1992 Grecia sufrió de una fuerte inflación, que muchos achacaban a la avaricia de los bancos. Que un ladrón los robara y después regalara el dinero era visto como algo heroico", dice Maysh.
Los secuestros
Con la presión de la fuerza pública que los quería atrapar como fuera, los hermanos Paleokostas y "El artista" Samaras -un especialista en robos a bancos que habían conocido antes- cambian de estrategia y empiezan a secuestrar empresarios.
En diciembre de 1995 raptan a Alexander Haitoglu, dueño de varias fábricas.
A los pocos días lo sueltan a cambio del pago de un rescate. De nuevo, parte del botín llega a los más necesitados de su región natal.
"Un día llegó y me dio 100.000 (unos US$180) para que se los diera a una joven huérfana que necesitaba casarse", recordó el padre de los hermanos Paleokostas en una charla con la BBC.
La policía griega ya no podía soportar una burla más y ofrece una recompensa impensada de 250 millones de dracmas (US$924.000) por quien diera información de Paleokostas y su banda.
De ese modo, el Robin Hood de Trikala se convirtió en el hombre más buscado del país.
"No le diga quién soy"
La cacería dura cuatro años.
Aunque en varias ocasiones el cerco de la policía casi logra su objetivo, lo cierto es que su captura llega por una confusión.
En diciembre de 1999 se produce un grave accidente automovilístico en la región de Trikala.
Varios testigos acuden al lugar y mientras ayudan a sacar a los heridos de entre los metales retorcidos, uno de ellos grita al escuchar que comienzan a llamar las ambulancias.
-Por favor, no le diga quién soy. Yo soy Vasilis Paleokostas.
Los policías que reciben el reporte del accidente escuchan que un hombre les dice: "Aquí hay un herido que debe tener un golpe en la cabeza, porque piensa que es el hombre más buscado de Grecia".
Después de recuperarse, es enviado a Korydalos, la prisión más grande de Grecia.
Un helicóptero de rutina
La primera fuga de Paleokostas ocurrió 2.385 días después de aquel accidente. Mientras cumplía una condena de 25 años por secuestro y robo.
El 4 de junio de 2006 las aspas de un helicóptero interrumpieron la rutina de Korydalos.
Al verlo aparecer en el horizonte, los guardas de la prisión pensaron que era una visita de inspección rutinaria y lo dejaron aterrizar.
Pero no eran funcionarios oficiales: era Nikos, el hermano de Paleokostas, que aburrido con la situación de Vasilis había decidido secuestrar un helicóptero e ir por él.
"Preferí hacerlo así, por la fuerza, porque los pilotos que están asustados manejan mejor", confesó Nikos.
Sin embargo, dos años después de su escape -en los que Paleokostas aprovechó para robar varios bancos y secuestrar a otro empresario- fue recapturado.
Ocurrió en 2008, en su casa de Salónica: la policía irrumpió una tarde cuando miraba la película de Mel Gibson "El rescate".
La nueva fuga
Por alguna extraña coincidencia, Paleokostas terminó de nuevo en Korydalos en compañía de quien había sido su compañero de la primera fuga, el criminal albano Alket Rizai.
Y de nuevo fueron por ellos desde el aire.
En febrero de 2009, la novia de Rizai rentó un helicóptero y obligó al piloto a ubicarlo encima del pabellón donde estaba Paleokostas.
El video del escape fue grabado por una de las vecinas de la prisión y en él se escucha cómo despiden a Paleokostas con pitos de victoria.
Desde entonces, y a pesar de una persecución de alto voltaje que incluyó a agentes de la CIA y que logró la recaptura de Rizai y su novia, Paleokostas permanece fugitivo.
Algunos dicen que lo han visto en estaciones de servicio y en restaurantes, otros que huyó a Bulgaria. Como quien ha visto a Pie Grande o al Hombre de las Nieves. Muchos más recuerdan su reparto generoso de monedas y beneficios.
Como le dijo a la BBC Polykarpos Georgiadis, uno de sus compañeros durante su última estadía en prisión, "los criminales roban carteras a las ancianas. Paleokostas estaba en un nivel diferente: la gente lo acepta como un bandido y como un héroe a la vez".
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