Con violencia de choferes empieza nueva jornada de protesta en Perú

Las manifestaciones de tres días convocadas por la Confederación General de Trabajadores de Perú y otras fuerzas políticas y sindicales, incluye en algunos casos huelgas cívicas y en otros sólo movilizaciones.




Con actos de violencia protagonizados por algunos choferes de autobuses en Lima comenzó el segundo día de las protestas contra el gobierno en el Perú.

Los choferes intentaron bloquear avenidas y agredir al sector mayoritario de transportistas que labora normalmente. Diez personas están detenidas, según informó la ministra del Interior, Mercedes Cabanillas.

En los distritos periféricos de Lima hay una sensible reducción de la oferta de transporte, pero en el resto de la ciudad la situación es prácticamente normal.

En la ciudad de Pucallpa, capital del departamento selvático de Ucayali, se reportaron entretanto intentos de saqueos de mercados protagonizados por taxistas de motocicleta. También ha habido bloqueos de vías hoy en los departamentos de Arequipa y Puno.

La jornada de tres días convocada por la Confederación General de Trabajadores del Perú (Cgtp) y otras fuerzas políticas, sindicales y gremiales, incluye en algunos casos huelgas cívicas y sectoriales y en otros solo movilizaciones, la mayoría de ellas previstas para hoy.

Ciudades como Arequipa, Huancavelica, Ayacucho y Huanta sufren desde el martes un amplio cese de actividades, en algunos casos acompañado por explosiones menores de violencia, pero en el resto del país la situación se mantiene en calma y dentro de lo habitual.

La huelga de los educadores se obedede sólo parcialmente. Unos colegios estatales suspendieron las clases, mientras que en otros la disposición es a trabajar. El viceministro de Educación, Víctor Raúl Díaz, prometió garantías para los profesores que laboren.

Para el mediodía y la tarde locales se esperan concentraciones y marchas en diversas ciudades, incluida Lima, donde los hechos se desarrollarán sobre todo en las calles céntricas.

La protesta responde a una amplia agenda, pero a grandes rasgos apunta contra el modelo económico liberal. En el caso de los transportistas su lucha es contra el aumento en el monto de las multas que deben pagar por infracciones.

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