Conductores de buses paralizan totalidad de la flota en ciudad brasileña de Salvador de Bahía

Cerca de un millón de personas quedó sin transporte público en una de las sedes del Mundial de Brasil en las que se jugarán los partidos España-Holanda y Alemania-Portugal.




Los conductores de autobuses paralizaron hoy sus actividades para presionar por un aumento salarial en Salvador, la capital del estado de Bahía, y dejaron sin transporte público a una de las doce sedes del Mundial de fútbol Brasil 2014, que comienza en 16 días.

La huelga en esta ciudad, que entre otros recibirá los partidos mundialistas España-Holanda y Alemania-Portugal, ocurre tras las de las últimas semanas que paralizaron en diferentes días a Sao Paulo y Río de Janeiro, las dos mayores urbes de Brasil. 

Así como en Sao Paulo y Río de Janeiro, la huelga en Salvador fue liderada por conductores de autobuses que se oponen a un acuerdo firmado la víspera por el sindicato que los representa y que les garantiza un aumento salarial del 9 %.

Diferentes sindicatos, incluido el de los agentes de la Policía Federal y el de los profesores públicos, están aprovechando la proximidad del Mundial para presionar, mediante manifestaciones y huelgas, por reajustes salariales superiores a los acordados inicialmente con las asociaciones patronales. 

Pese a que un tribunal de Bahía determinó que al menos un 70 % de los autobuses debe circular, los conductores paralizaron toda la flota y dejaron sin transporte a cerca de un millón de personas.

Aunque el sindicato aprobó el acuerdo con los propietarios de las flotas de autobuses, algunos de sus dirigentes, como Helio Ferreira, aseguran que no todos los conductores estaban presentes en la asamblea en que fue votada la propuesta.

"Muchos llegaron después de la votación en la asamblea. Por eso estamos apoyando la decisión de los insatisfechos de declararse en huelga", afirmó el líder sindical, quien explicó que los conductores quieren un reajuste salarial del 12 %.

Algunos huelguistas atravesaron los autobuses en importantes vías y pincharon los neumáticos, lo que provocó grandes embotellamientos. 

Los conductores de Río de Janeiro y Sao Paulo tienen previsto volver a reunirse la próxima semana para decidir sobre nuevas huelgas y no descartan cruzarse de brazos durante el Mundial.

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