Cuatro claves para entender la crisis en Burundi
El 25 de abril estalló una revuelta contra el Presidente del país, la cual incluyó un golpe de Estado. La asonada fracasó y los principales cabecillas estaban siendo arrestados.<br>
Tercer mandato
El Presidente del país, Pierre Nkurunziza, estaba decidido a postular a un tercer mandato en las elecciones programadas para el 26 de junio, algo que según la oposición contradice a la Constitución. Esas aspiraciones quedaron confirmadas el 25 de abril cuando el partido gobernante, CNDD-FDD, nombró a Nkurunziza candidato presidencial.
Violentas protestas
Violentas protestas contra Nkurunziza estallaron en la capital, Bujumbura. Las manifestaciones se extendieron durante dos semanas y al menos 20 personas murieron producto de la violencia política. Más de 50.000 burundeses han abandonado el país en las últimas semanas por miedo a la violencia preelectoral y se han reubicado en otros países de la región de los Grandes Lagos que podría contagiarse con la inestabilidad en Burundi.
Golpe fallido
El miércoles un general del Ejército burundés anunció que había depuesto al Presidente "por el bien de la nación". Eso mientras Nkurunziza se encontraba en Tanzania para una reunión de Estados de Africa Oriental. El gobernante logró regresar la noche del jueves, tras varios intentos fallidos. La incertidumbre sobre quién controlaba el país se logró despejar recién la mañana de hoy viernes, cuando los golpistas se entregaron esta mañana a las autoridades.
Historia inestable
Tras su independencia de Bélgica en 1962, la historia de Burundi ha estado sacudida por la violencia étnica, incluidos dos sucesos calificados como genocidios: la masacre de hutus por el Ejército dominado por tutsis en 1972 y el asesinato masivo de tutsis por hutus en 1993. Ambas etnias protagonizaron el genocidio de 1994 en la vecina Ruanda, donde unas 800.000 personas -según cifras de la ONU- fueron asesinadas, la mayoría de la etnia tutsi, aunque también muchos hutus políticamente moderados.
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