Daniel Muñoz: "El que va a quedar huérfano con el fin de Los 80 va a ser Canal 13"

Por primera vez, la cueca brava se va a tomar el escenario más clásico de la capital: este lunes 8, el actor y cuequero Daniel Muñoz se presentará junto a su banda Los Marujos en el primer espectáculo del estilo en el Teatro Municipal de Santiago. "En la cancha se ven los gallos. La cueca se está abriendo espacio en el país. Es una carambola que no se ha detenido. Nos hemos parado en todos los escenarios y hemos salido bastante bien. Si nos va mal, es porque nosotros no supimos usar el lugar. Pero hasta el momento no conocemos de pifias", cuenta Muñoz.

En casi dos horas, el actor mostrará un repertorio divido en dos partes: primero, un viaje por las distintas variantes de la cueca en Latinoamérica, inspirado en el trabajo de Margot Loyola, donde incluye cueca boliviana, vals peruano, resbalosa, marinera y tango; y segundo, un recorrido por la vida en las casas de niñas, un rescate a las vivencias del fallecido cuequero nacional Hernán "Nano" Núñez. "Me delegaron esta responsabilidad, de abrir espacios para la cueca, para las generaciones que vienen; y debo mantenerla", dice Muñoz sobre el concierto (entradas desde $3.000, www.municipal.cl)

Con esta tocata histórica para la música chilena, el actor de 48 años cierra su inquieto 2014. Estuvo en Venezuela grabando la película de Miguel Littín Allende, en su laberinto, donde da vida al ex presidente y que está en posproducción. Y actualmente está en pantalla con la temporada final de Los 80, en Canal 13, donde interpreta al sufrido patriarca Juan Herrera. El plan es que una vez terminado diciembre, finalizado su contrato con la señal del grupo Luksic, pueda preocuparse de descansar durante unos meses. "Quiero dedicarme a mi familia, a mi proyecto en el cine y a mi pasión por la cueca y por mi grupo. Quiero estar tranquilo", puntualiza. Dice que le gustaría ver a su actual señal hacer algo especial para el fin de la serie sobre la familia Herrera, la que cambió la forma de hacer televisión en Chile. "Antiguamente las teleseries hacían tremendos lanzamientos, pero los canales han perdido la fe en eso", asegura.

¿Quizás porque ya no marcan los rating de antes?

Puede ser. Quizás ya no vale la pena hacerlo. Creo que es un asunto económico. Los canales cuidan más las lucas. No tienen empacho en bajar proyectos andando, si es que un estudio de ingenieros comerciales dice que no es rentable, chao, se corta.

¿Eso le hace mal a la televisión o la hace más efectiva?

Pésimo. Porque transforma su objetivo en rentabilidad. Y busca recibir sin dar mucho. Cuando pasa eso, nadie se arriesga. Por eso todos tienen teleseries extranjeras o programas de cocina: es la época de una televisión parasitaria. Todos viven de lo que le achuntó el de al lado. Los 80 era algo distinto, pero vieras cuánto costó sacarlo al aire. Si no fuese por el empuje del Tito Gesswein (quien fue despedido por el canal en octubre), de Boris Quercia y de Andrés Wood, que lograron meter el gol, el proyecto no veía ninguna posibilidad en el canal.

¿Le llamaron la atención por las declaraciones sobre la salida de Alberto Gesswein? Dijo que Canal 13 le había dado "una puñalada por la espalda".

Me retaron. Me dijeron que tenía que cuidar mi lengua. Me han retado hartas veces la verdad. Pero trato de ser consecuente. Y soy amigo de mis amigos. Y duele este tipo de cosas. Harto.

¿Con él también fue parasitario?

Claro: lo utilizaron, lo sacaron y patada. Había mucho temor. El Tito es un hombre de riesgos y obviamente en el riesgo hay fracasos. Pero cuando uno está buscando éxitos no ve mas allá. Teleseries como Secretos en el jardín era, a mi gusto, una buena teleserie, que no entraba en las clásicas. Pero si la ponen cerca de la 1 de la mañana ¿qué quieres? No la ayudas en nada. Pero es el juego de la televisión. Estruja, estruja, estruja, y después chao. Y uno sabe eso cuando entra. No puede esperar algo diferente.

¿Qué harán los huérfanos de Los 80 cuando termine?

Con el fin de Los 80 el que va a quedar huérfano va a ser Canal 13. Tuvieron las posibilidades. Estaban abiertas las puertas, y no sembraron otras series ni ninguna continuidad para el público que los seguía.

El actor agrega: "Qué más se le puede pedir a los Herrera. Hay un cansancio. Dejemos a los Herrera descansar. Cada año costaba más hacer una nueva temporada y siento que es el momento de parar". Adelanta que, en el último capítulo, se podrán ver los primeros días de los años 90, tras la celebración del año nuevo de 1989.