Danza de los sentidos: La Consagración de la Primavera inspira obra contemporánea

El coreógrafo José Vidal estrena mañana Rito de primavera, en el GAM.




El estreno fue en el Teatro de los Champs-Élysées de París. El mito dice que la mitad del público se fue luego del primer acto y que hasta tomates lanzaron. De lo que sí existe certeza es de que La consagración de la primavera, de Igor Stravinsky, con coreografía de Vaslav Nijinsky, causó enorme desconcierto por su estructura musical lineal, sin variaciones, con disonancias y predominio de la percusión. Hoy es considerada una de las piezas más revolucionarias de la música clásica.

Con motivo del centenario, el coreógrafo José Vidal (Loop, Tramas coreográficas) emprendió una investigación que desembocó en Rito de primavera, una pieza de danza contemporánea que no pretende tributar a la original, sino que toma los primeros 15 minutos del primer acto para fragmentarlos, loopearlos y extenderlos en una performance rupturista y sensorial.

"Siempre sentí que a la música le faltaba algo de rito, porque es muy cambiante y siempre tuve la idea de quebrar la música, de quedarme varios minutos en pequeños fragmentos. La música tiene muchas capas, pero también una repetición muy fuerte en la percusión, lo que nos facilitó hacer algo más minimalista y entendible", dice.

Para ello, el músico Jim Hast realizó el sampling, composición y diseño sonoro. Durante la investigación, el coreógrafo trabajó con diferentes maestros, entre ellos, el músico Luis Enrique Díaz-Lazkao, quien guió el análisis auditivo de la pieza y la profesora de canto Silvia Vivanco, pues Rito de primavera tiene momentos de canto. Y más.

Ritual de los sentidos

Conocido por trabajar con actores en lugar de bailarines, Vidal fue un poco más lejos y congregó a personas con un acercamiento a la danza independiente de su profesión. En el elenco de 50 intérpretes están desde la premio Altazor Paula Sacur y actores como Emilio Edwards, sicólogos, ingenieras y músicos.

Durante los meses de ensayo, el coreógrafo también convocó a profesores de ballet, danza contemporánea, jazz, hip-hop y reggaetón. "Nuestra idea fue romper la estructura clásica y crear un rito colectivo, sensorial y multimedial, donde la obra tiene una sonoridad, aromas y colores", cuenta.

Si La consagración de la primavera narra el sacrificio de una doncella rusa que debía bailar hasta su muerte para obtener la benevolencia de los dioses, Vidal propone un sacrificio colectivo, que se percibe como un caos controlado, donde los intérpretes se asimilan a un cardumen en sus desplazamientos en espirales.

La obra propone una experiencia sensorial: el público entra descalzo, camina sobre arena y aromas de geranio, canela, romero, naranja y lavanda, bajan desde el cielo. En lugar de tomar asiento, los espectadores se reúnen alrededor del escenario y pueden sumarse a la danza.

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