Detienen a presunto autor intelectual de crimen de niña que conmovió a Argentina

Según fuentes del caso citadas por la prensa sería Héctor "El Topo" Moreira, de unos 40 años, con antecedentes penales y que habría maquinado el crimen como una venganza por una deuda contraída por el padre de la menor.




La Policía argentina detuvo en las últimas horas al supuesto autor intelectual del secuestro y asesinato el mes pasado de la niña Candela Rodríguez (11), en la periferia de Buenos Aires, con lo que suman siete los detenidos por este caso que conmocionó al país trasandino.

El ministro de Justicia y Seguridad de Buenos Aires, Ricardo Casal, confirmó hoy que hay un nuevo detenido, que según fuentes del caso citadas por la prensa sería Héctor "El Topo" Moreira, de unos 40 años, con antecedentes penales y que habría maquinado el crimen como una venganza por una deuda contraída por Alfredo Rodríguez, padre de la niña y quien cumple condena por contrabando.

La detención se concretó gracias al análisis de las llamadas efectuadas y recibidas por todos los imputados en la causa. El supuesto autor material del asesinato es Hugo Bermúdez, un uruguayo conocido de la familia de la niña, de unos 53 años y con antecedentes por venta de drogas en la localidad bonaerense de Hurlingham, donde vivía Candela.

Entre los detenidos está también Gladys Cabrera, la dueña de la casa donde pericias forenses indican que estuvo cautiva Candela, cuyo cadáver fue hallado dentro de bolsas de plástico en un terreno baldío vecino a una autopista del conurbano bonaerense el pasado 31 de agosto, nueve días después de su desaparición.

En esa casa fueron hallados rastros genéticos de la niña, quien murió por asfixia, según la autopsia. En la búsqueda de Candela participaron 1.500 policías y también se ofreció una recompensa de 400.000 pesos (unos 94.500 dólares) a quien diera pistas de su paradero, mientras que una ONG llevó a cabo una campaña con el apoyo de famosos, entre ellos el actor Ricardo Darín y el cineasta Juan José Campanella.

La madre de la niña, Carola Labrador, es hija de un dirigente peronista de las afueras de Buenos Aires a cuya familia vinculan con la venta de drogas, y su marido, Alfredo Rodríguez, está preso por contrabando.

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