Ecuador sostiene que la Tierra "puede ser asesinada" por la contaminación
El vicepresidente ecuatoriano, Lenin Moreno, llamó a la comunidad internacional a apoyar un proyecto de su país que busca dejar sin explotar un gran yacimiento petrolífero en la Amazonía.
Moreno, en el habitual informe sabatino de las actividades del Gobierno, recordó que su país ha lanzado al mundo el proyecto YasuníITT, que intenta dejar bajo tierra cerca de mil millones de barriles de crudo y proteger una porción de selva amazónica, en el noreste de Ecuador.
A cambio de preservar el Parque Nacional Yasuní, donde se encuentra el yacimiento, Ecuador exige a la comunidad internacional una compensación de la mitad de los siete mil millones de dólares de ingresos que supondría explotarlo. Moreno insistió en que la protección ambiental es un asunto fundamental para el futuro de la humanidad y dijo que el proyecto YasuníITT es un "sacrificio" de los ecuatorianos para contribuir en algo a la conservación de la vida.
"La tierra, al igual que los seres humanos, puede ser asesinada", añadió el vicepresidente y criticó a las grandes potencias por la falta de acuerdos en la última Cumbre del Clima en Copenhague. El proyecto ecuatoriano evitaría la emanación a la atmósfera de 410 millones de toneladas de dióxido de carbono, "una cifra bastante representativa", remarcó.
"Olvidemos nuestra vanidad, este consumismo desesperado, loco, demencial y regresemos a ver nuestra naturaleza", exhortó Moreno a la comunidad internacional, al reiterar su pedido para que apoye la iniciativa ambiental ecuatoriana.
En este sentido, el biólogo Pablo Jarrín, director de la Estación Científica Yasuní, de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (PUCE), invitado al informe semanal por Moreno, reveló cifras de la concentración de biodiversidad en el Parque Yasuní, que representa sólo el 0,6 por ciento de toda la superficie de la Amazonía. En ese pedazo de selva, dijo Jarrín, se ha establecido un "récord mundial en especie de anfibios", con un total de 150 tipos de sapos y ranas, muchas más de las 99 que se han registrado en todo el territorio de Norteamérica.
Asimismo, el científico dijo que en el río Napo, que cruza por el Yasuní, hay 552 especies de peces, mientras que en el Misisipi, en Estados Unidos, hay sólo 375. En el Yasuní se han contado 596 especies de aves, que representa un tercio de toda de la Amazonía, mientras que en Norte América hay 654 especies; es decir, señaló Jarrín, que "en este pequeño espacio de selva tenemos tantas especies de aves como en todo Estados Unidos y Canadá".
Respecto a las plantas, el biólogo, que se basó en un reciente estudio desarrollado por una universidad estadounidense, dijo que en una hectárea del Yasuní existen 655 especies de árboles, mientras que EE.UU. hay lo mismo en todo su territorio. Lo mismo ocurre con las cien mil especies de insectos del Yasuní, añadió Jarrín tras señalar que el conocimiento científico en el mundo ha registrado seis mil variedades de bacterias, mientras que en una tonelada de tierra de ese sitio ecuatoriano se calcula que hay cuatro millones.
Explicó que esa concentración de biodiversidad, considerada una de las más altas en el planeta, se debe a una combinación de factores ambientales, climáticos, astronómicos e históricos, que han hecho del Yasuní un lugar único.
Agregó, por ejemplo, que durante el pleistoceno, hace unos 2,6 millones de años y hasta unos diez mil años atrás, la Tierra sufrió un ciclo de calentamiento y enfriamiento, pero que uno de los pocos sitios de la Amazonía que permaneció como selva durante la segunda de ellas fue justamente el Yasuní.
Remarcó que, además, el Parque concentra una riqueza molecular y genética importantísima que, según él, representa un gran laboratorio biomolecular de información para la humanidad. "Es ahí donde está el secreto para el futuro", sentenció el científico.
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