Egipto elige en segunda vuelta a un nuevo Presidente en plena tormenta política

La votación, que se realiza en dos días, se amplió en una hora esta jornada, hasta las 21.00 locales,  para aumentar la participación ciudadana. Unos 50 millones de egipcios deberán optar entre el candidato de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Morsi, y el ex militar Ahmed Shafik.




Los egipcios eligen hoy en segunda vuelta de las elecciones, al primer Presidente de la era  post-Mubarak entre un islamista y un figura del antiguo régimen, en un contexto  de tormenta política y de dudas sobre la voluntad del Ejército de devolverle el  poder al pueblo.

Enormes filas se formaron en El Cairo ante algunos colegios electorales antes de la apertura a las 08.00 locales. La votación, que se  realiza en dos días, se amplió en una hora el sábado, hasta las 21.00 locales,  para aumentar la participación.

Unos 50 millones de electores están convocados a las urnas para elegir entre el candidato de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Morsi, y el ex militar  Ahmed Shafik, último primer ministro de Hosni Mubarak, desalojado del poder por una revuelta popular en febrero de 2011. Los resultados oficiales serán  anunciados el 21 de junio.

Estos comicios dividieron al país entre los que temen un regreso del  antiguo régimen si Shafik es electo, y otros que se oponen a la intromisión de  la religión en la vida política en el caso de una victoria de los Hermanos  Musulmanes.

"Voto por Morsi porque no quiero que gane Shafik. Temo a Morsi, pero todavía más a Shafik. No queremos a alguien del antiguo régimen", dijo Nagwan  Gamal, de 26 años, ante una oficina electoral del barrio de Manial, en la  capital.

Unos 150.000 militares, así como numerosos policías, fueron desplegados  para garantizar la seguridad de los despachos electorales. Las autoridades  declararon festivos el sábado y el domingo para incitar a la población a ir a  votar.

Morsi votó en Zagazig, en su región de origen de Charquiya. "La revolución  continúa", prometió a una multitud de simpatizantes.

Shafik por su parte votó en El Cairo en medio de fuertes medidas de  seguridad. En la primera vuelta, opositores le tiraron zapatos entre silbidos.

ESCENARIO
La elección se desarrolla en un ambiente de incertidumbres políticas, ya  que los poderes del futuro Presidente todavía no han sido enteramente definidos.

Las dudas también pesan sobre las intenciones del Consejo Supremo de las  Fuerzas Armadas (CSFA), sospechoso de apoyar a Shafik  y de querer mantener un  papel clave en el escenario político a pesar de su compromiso por entregar al  futuro presidente el poder que asume desde la caída de Mubarak.

Los detractores del Ejército lo acusan también de estar detrás de la  decisión de la Alta Corte Constitucional, anunciada el jueves, de invalidar por  un vicio de forma en las leyes electorales los resultados de las legislativas  ganadas por los Hermanos Musulmanes.

La misma corte permitió también a Shafik mantener su candidatura al  invalidar una ley que prohíbe a las personalidades del antiguo régimen de  presentarse en las elecciones.

El ministerio de justicia por su parte decidió devolverles a la policía  militar y a los oficiales de los servicios secretos del Ejército el derecho a  arrestar a civiles, que habían perdido cuando expiró a finales de mayo el  estado de emergencia.

Para Hesham Sallam, investigador en la universidad estadounidense de  Georgetown, estas medidas se inscriben en la tendencia política marcada por el  CSFA que "busca aplicar su visión: un Estado protegido y cerrado a las  instituciones electas y representativas".

El secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta, llamó al mariscal  Husein Tantawi, jefe de facto de Egipto, para insistir en la "necesidad de  avanzar rápidamente en la transición política" y de organizar "cuanto antes"  nuevas legislativas.

Varios militantes de primera plana llamaron a la población a boicotear los  comicios o a escribir su oposición a la elección en su papeleta de voto.

La Iglesia copta ortodoxa al contrario llamó a los egipcios a no boicotear  las elecciones. Muchos coptos temen por su lugar en una sociedad en su mayoría  musulmana si un islamista llega al poder y dicen que votarán por Shafik, quien  hizo campaña sobre el tema de la seguridad.

Morsi llegó a la cabeza en la primera vuelta, en mayo, con 24,7% de los  votos, y Shafik tuvo 23,6%.

Mubarak, de 84 años, se encuentra en un servicio médico de la cárcel de  Tora, en el sur de El Cairo. Fue condenado el 2 de junio a la cárcel a  perpetuidad por su papel en la represión de la revuelta de 2011.

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