El cine que renueva el panorama hasta fin de año

Cal McCaffrey es un reportero de la vieja escuela que suele llevar un lápiz en el bolsillo de la camisa. El periodista, que en la película Secretos de poder es interpretado por Russell Crowe, investiga  un caso de faldas que involucra a un político amigo. En su carrera por dar con la noticia, compite con la joven, inexperta y ambiciosa bloguera Della Frye (Rachel McAdams). La película en cuestión es un thriller político a la usanza clásica de Los hombres del presidente o Los tres días del cóndor, y salta a la cartelera cinematográfica el 13 de agosto, inaugurando la temporada "seria" del año, después de la lluvia de filmes infantiles del invierno.

Las cintas, que comienzan a desfilar en la segunda mitad del año, ingresan en esa categoría conocida como "oscarizable" (con chances de competir por los premios Oscar) y sus historias suelen ir del suspenso al drama, y de la reconstrucción histórica a las adaptaciones literarias. Se trata, en fin, de los largometrajes con pedigrí, directores de peso e historias más grandes que la vida. Quizá no resulten tan fructíferos en taquilla, pero acaparan el interés de la crítica. En ese sentido, Secretos de poder es un emblema de este cine para adultos, que entre agosto y diciembre le entrega un matiz diferente a la pedestre cartelera local.

El filme se basó en la elogiada miniserie inglesa del mismo nombre, pero trasladó la trama de Londres a Washington. El reportero McCaffrey forma un tándem temible con la editora del periódico (a cargo de Helen Mirren, de La reina), ávidos de encontrar la historia perfecta y desenmascarar una conspiración mayúscula. Bien evaluada por medios como The Washington Post ("Magníficas actuaciones en una historia muy bien construida"), Secretos de poder  apela también al proceso de adaptación de la prensa escrita a las instantáneas noticias en internet. Durante agosto y septiembre se concentrará, además, el estreno de la mayoría de las películas chilenas de la temporada (ver recuadro).

SCORSESE Y EL HORROR PSICOLÓGICO
Con una productividad envidiable a los 66 años, Martin Scorsese retorna después de tres años (desde Los infiltrados) con una nueva cinta de ficción: La isla siniestra. Se puede aventurar que es la primera cinta de terror de Scorsese, aunque  mezclada con cine negro. Su fecha de estreno es el 8 de octubre, una semana después que en Estados Unidos.

Ambientada en 1954, la obra es protagonizado por el policía Teddy Daniels (Leonardo DiCaprio), quien investiga el caso de un asesino escapado del psiquiátrico en la remota Isla Shutter, cerca de Boston. Para su sorpresa, Daniels comprende que en esta cárcel de orates nadie quiere colaborar con él y el caso se transforma en una trampa. ¿Acaso sus superiores lo enviaron allá para deshacerse de él? La película se basa en la novela Shutter Island (Editorial RBA, 2009) de Dennis Lehane, quien reconoce en esta obra las infuencias del horror gótico y psicológico anglosajón (Horace Walpole, las hermanas Brontë, Edgar Allan Poe).

Antes de Scorsese, otro director de nombre asegurado entra a salas: el 3 de septiembre se estrena Che, guerrilla, la segunda parte del díptico de Steven Soderbergh sobre el Che Guevara. En la conclusión de su película de casi cuatro horas, el director muestras las escaramuzas finales del Che en Bolivia, enfrentado a una población local hostil, una salud frágil y un grupo guerrillero mal entrenado. En esta parte también emerge la figura de la voluntaria Tamara Bunke, conocida en el círculo como Tania.

Septiembre también da cierto espacio al circuito europeo con el estreno (previa muestra en Sanfic) de la película El silencio de Lorna, de los hermanos Luc y Jean-Pierre Dardenne. Ganadora del premio al Mejor Guión en Cannes 2008, el largometraje de los Dardenne escarba en la dolorosa integración de una pareja de inmigrantes albaneses en la Europa ultradesarrollada.

El 19 de octubre Soderbergh vuelve a la cartelera con El desinformante, una comedia con Matt Damon en el rol de Mark Whiteacre, un alto ejecutivo de un gigante alimentario que trabaja como informante para el FBI. Whiteacre sufre de desorden bipolar y porta durante tres años seguidos un cable en su ropa, con el objetivo de grabar las conversaciones en las reuniones de directorio. Esta es la más reciente cinta del prolífico Soderbergh y se inspiró en  uno de los escándalos más grandes de fijación de precios  ocurrido en Estados Unidos.

En octubre entra, además, Bastardos sin gloria, la película de Quentin Tarantino presentada en el reciente festival de Cannes. Apelando a la violencia del spaghetti-western y a cintas como Los doce del patíbulo (1967), el director cuenta las incursiones de un grupo de soldados judio-americanos convocados para "matar a cuanto nazi encuentren en el camino". El filme con Brad Pitt es el retorno de Tarantino a las butacas chilenas desde Kill Bill, en el 2004. 

Ya hacia fin de año regresa la temporada de superproducciones, empezando por Los fantasmas de Scrooge, la película de Robert Zemeckis, basada en el clásico Un cuento de Navidad, del maestro Charles Dickens. Utilizando la técnica que une animación con actuaciones de carne y hueso, Zemeckis reelabora la historia del avaro Ebenezer Scrooge. En la película, Jim Carrey se encarga de interpretar a Scrooge y a los fantasmas de la Navidad pasada, de la presente y de la futura.

El 17 de diciembre ingresa Avatar, la primera película de James Cameron después del exitazo de Titanic, hace 12 años. Con un guión propio (poderoso síntoma en una época de adaptaciones y secuelas), el director describe la historia futurista de una guerra entre los habitantes de la Tierra y una raza de humanoides de un lejano planeta. La película costó 190 millones de dólares y se espera que sea el regreso en gloria y majestad del director que hace más de una década se proclamó "rey del mundo" por los 11 Oscar de Titanic.