El despegue según Jadue

Resistido durante buena parte de su gestión, el presidente de la ANFP, Sergio Jadue (34), fue dando sorpresas. Consiguió un Mundial Sub 17 y la Copa América 2015 para Chile. Luego se convirtió en vicepresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol. Creó redes. Se acercó al gobierno. Y esta semana sumó la clasificación de Chile al Mundial. Esta es la historia de cómo un hombre de La Calera, supersticioso y de genio ligero, se armó como el máximo dirigente del fútbol profesional.




Sergio Jadue (34) sabía que el día del partido de Chile con Ecuador tenía que ser su día. Y dentro de su mundo lleno de cábalas, no dejó nada al azar. No quiso involucrarse ni saber nada sobre una celebración pospartido para "no mufar". Se puso el mismo terno que viene ocupando para cada juego de la "Roja" desde el partido con Paraguay, en Asunción, el pasado 7 de junio. Como siempre, su hijo le puso un perfume suyo. También, como para cada partido, se anudó una corbata roja en el cuello. Y salió de su casa en la misma van, con la misma gente -su mujer, un hijo, un par de funcionarios de la ANFP, un dirigente cercano- y ocuparon los mismos asientos del vehículo. En el Estadio Nacional subieron las mismas escaleras y recorrieron la misma ruta hasta llegar a sus ubicaciones.

Luego vendría lo más difícil.

A Sergio Jadue, también por cábala, no le gusta que la persona que se sienta a su lado se cruce de brazos o de piernas en los momentos complicados del partido. Esta vez, quien iba a tener a su lado derecho era el Presidente Sebastián Piñera.

-Se lo tuve que pedir de monje a paje- dice Jadue, sentado en su oficina de la ANFP, un día después de la clasificación.

-¿Qué le respondió el Presidente?

-Se rió.

UN NUEVO HOMBRE

El presidente de la ANFP decidió ser otra persona. Criado como hijo único por su madre y por su abuela en La Calera, se movía por la ciudad con la siguiente identidad: Sergio Elías Cortés Jadue. Pero eso no le hacía sentido.

Su padre había dejado el hogar cuando él era un niño. Y los que lo habían criado pertenecían al corazón de la comunidad palestina calerana, todos por el lado de su madre. El apellido Cortés era un agregado extraño a su identidad. Por eso, él necesitaba convertirse en la persona que realmente quería ser.

Cuando alcanzó la mayoría de edad, hizo desaparecer el apellido Cortés. Su infancia, asociada al club Unión La Calera, a jugar con telas y madejas de hilo en las fábricas de algún familiar y a la comida árabe hecha en casa, no tenía la presencia de un padre biológico. Así que para subrayar sus raíces y sus lealtades, se transformó desde entonces en Sergio Elías Jadue Jadue.

-Hasta el día de hoy no sé si mi padre está vivo o muerto- dice Jadue, egresado no titulado de Derecho en la Universidad del Mar.

Ese cambio de identidad fue el comienzo de una serie de transformaciones que lo fueron acercando cada vez más al hombre que quería ser. Buscaba ser un líder. Fue presidente de la juventud árabe calerana; luego, de la juventud árabe de Chile, y después, de la latinoamericana. En paralelo, llegó a convertirse en presidente de Unión La Calera con sólo 30 años.

Más tarde vendría la ANFP. El destronamiento de Harold Mayne-Nicholls en enero de 2011 hizo a Jadue llegar allí con la pista, en este caso la cancha, cuesta arriba. Jadue se dijo a sí mismo que tenía que sobrevivir. En el medio futbolístico se afirmaba que sería un títere de los dirigentes más poderosos de su grupo, Jorge Segovia y José Yuraszeck, y que el desafío de renovar a la Selección en el éxito le quedaría grande. La negativa de Bielsa a trabajar junto a él -su primera gestión al mando de la ANFP y su primer fracaso, al mismo tiempo- lo marcó en su primera etapa como presidente. Era sindicado como responsable directo de la salida del DT y eso le pasaba la cuenta. En marzo de 2011, en el aeropuerto de Santiago, perdió los estribos: le gritó "cállate, imbécil" a un hombre que lo encaraba por la partida del rosarino.

"Prepárate, que tu vida va a cambiar", le advirtió Jorge Segovia el 3 enero de 2011, momentos antes de ser presentado como el candidato de quienes se habían propuesto sacar a Mayne-Nicholls de la ANFP. Cuatro días más tarde, Sergio Elías Jadue Jadue agregaría a sus cargos el de nuevo presidente del fútbol profesional.

Su vida, como le habían advertido, iba a cambiar.

LA APUESTA

Sergio Jadue está en el salón VIP del Estadio Nacional, conversando con un grupo de dirigentes. Quedan 15 minutos para el inicio del partido Chile-Ecuador. Jadue mira el reloj e inhala profundo. Luego se encamina a las escaleras que llevan al palco presidencial. En el acceso se encuentra con Iván Zamorano, quien lo abraza efusivamente.

-¡Estai nervioso, conchatumadre!- le dice Zamorano.

El presidente de la ANFP sonríe, sin disimular su ansiedad.

Sergio Jadue sabe que la clasificación de Chile al Mundial -la primera vez que una selección chilena clasificaría en cancha por segunda vez consecutiva a una Copa del Mundo- redondea su gestión. Es su momento estelar en lo deportivo y dirigencial, el que probablemente no tenía muy claro cuando la Selección quedó eliminada de la Copa América en Argentina, hace un par de años, a manos de Venezuela. El shock para Jadue fue tan grande como la pérdida de su abuelo materno, cuando tenía nueve años. Cuenta: "Me fui al hotel, me quedé dormido y cuando despierto, le digo a mi señora: 'Soñé que Venezuela nos eliminaba'. Ella me dice: 'Sergio, nos eliminó'. Eso me había pasado sólo con la muerte de mi abuelo, que fue fundador de Unión La Calera. Esa vez despierto y le digo a mi mamá que soñé que mi abuelo había muerto. 'Sergio, tu abuelo murió', me dijo ella".

En Unión La Calera, Sergio Jadue empezó desde abajo. Primero como dirigente de divisiones inferiores, luego como el presidente del fútbol formativo. En la ciudad cementera, la familia de Jadue es conocida por ser de buenos ingresos, pero no de una fortuna sustancial como para contribuir con dinero al desarrollo del club.

Aun así, Sergio Jadue siempre encontró la manera de escalar.

"Lo que Jadue siempre vendió fue seguridad en sus capacidades, además de buenos contactos", dice un periodista que cubre Unión La Calera. Por eso no titubeó cuando se le presentó la oportunidad de ser presidente del club. Ni cuando le quedó el camino despejado para ser presidente de la ANFP.

Sentado en su oficina de presidente del fútbol profesional, en Quilín, Jadue explica que cuando se hizo cargo de la ANFP tuvo que reducir los gastos y el número de funcionarios en un 30%. Recuerda que el mes en que asumió no había caja para pagar los sueldos.

"El 2010, mientras estaba en Sudáfrica la mitad de la ANFP, había clubes acá que no tenían un peso. Lo más importante aquí es el tema administrativo, el ordenamiento interno y la proyección de la industria".

Las voces disidentes cuando asumió en enero de 2011 eran fuertes. En su momento, el dueño de O'Higgins y ex presidente de la ANFP, Ricardo Abumohor, acusó a la dirigencia de Jadue de "realizar prácticas gangsteriles, ya que los ambientes no son gratos y no hay transparencia". Con el paso del tiempo, esas mismas voces se han ido atenuando. En el medio coinciden en que si las elecciones a presidente de la ANFP fueran hoy y Jadue se presentara, probablemente saldría sin problemas. Sin embargo, hay rivales que no han intentado un acercamiento. Cuando al grupo de Harold Mayne-Nicholls y sus cercanos -la oposición más dura al timonel de la ANFP- se le pregunta por el tema, la respuesta es siempre la misma: de Sergio Jadue no hablan.

Quienes conocen a Jadue explican que, desde que asumió como presidente, ha basado su nuevo poder en cuatro pilares.

El primero, su relación con los 32 clubes de Primera A y B, que eligen al presidente de la ANFP. "Para los presidentes de clubes y para el técnico de la Selección -dice Jadue-, mis horarios son totalmente flexibles. Pueden pasar a mi oficina cuando quieran". Otros dos pilares son los contactos internacionales, específicamente con la Conmebol y la Fifa.

Apenas Jadue asumió, se puso en contacto con Alfredo Asfura, histórico asesor internacional del fútbol chileno, además de comisario Fifa, quien había trabajado con Mayne-Nicholls. Asfura recuerda: "Sergio Jadue me llamó cuando yo estaba en un Sub 20 en Perú. Había asumido recién y me dijo que quería aprender de mí, que quería que siguiera en la ANFP. En marzo viajé con él a Zurich para conseguir el Mundial Sub 17 para el 2015. En pocos días había armado toda la postulación, cartas de ministros, alcaldes... Joseph Blatter, presidente de la Fifa, quedó gratamente sorprendido con él y le aseguró que votaría por Chile. Finalmente nos quedamos con el Mundial. En sólo dos meses, él ya se movía con naturalidad en las aguas del fútbol internacional".

La gestión internacional de Jadue también incluye haber convencido a Brasil de que cediera a Chile la Copa América del 2015 y, hace un par de meses, ser elegido como uno de los tres vicepresidentes de la Conmebol, cargo que el fútbol chileno no ocupaba desde los 80. "Ahora estamos en la mesa donde se toman las decisiones y no tenemos que esperar a que nos lleguen con la decisión tomada", dice Jadue.

El último soporte en que Jadue sostiene su gestión es la relación con el gobierno, que partió fría el 2010 entre ambas partes, cuando Piñera asume en el gobierno y Mayne-Nicholls era presidente de la ANFP. Luego fueron mejorando. Gabriel Ruiz Tagle, subsecretario de Deportes, fue vital en conseguir la documentación para postular al Mundial Sub 17. Y Andrés Chadwick, cuando era vocero, fue su nexo para trabajar en la red de siete nuevos estadios que se inauguran a fin de año y en la coordinación del Plan Estadio Seguro. "Trabajamos muy bien -dice Chadwick-. Sergio Jadue es un hombre serio, trabajador, ejecutivo. No hemos tenido problemas y estuvimos en contacto permanente para coordinar cosas como los horarios de los partidos de la Selección".

Su buena llegada con personeros de gobierno se nota en el entretiempo de Chile-Ecuador. Gran parte de esos 15 minutos, Jadue se dedicó a comentar el partido con el Presidente Piñera. Y vieron juntos la repetición de los goles en una pantalla gigante. A ellos se sumó la vocera Cecilia Pérez, quien ahora trabaja con el presidente de la ANFP el plan estadios y la seguridad en los partidos.

ACTOR PRINCIPAL

Alexis Sánchez cabecea en el área ecuatoriana y pone el 1-0 en el Nacional. Instintivamente, Sergio Jadue besa a su señora, se felicita con el Presidente y se abraza con Elías Figueroa e Iván Zamorano, a quienes tiene en los asientos de abajo. La ansiedad de Jadue baja a medida que pasan los minutos. En Montevideo, Uruguay no consigue golear a Argentina, resultado que deja a Chile clasificado, aunque pierda con Ecuador.

No siempre, sin embargo, Jadue disfrutó momentos tan felices como ese. Sufrió varios cuestionamientos por la manera en que llega a presidir la ANFP. Muchos lo vieron como la última opción en medio de una trifulca que duró dos meses alrededor del sillón de la ANFP. Lo explica Francisco Sagredo, periodista y autor del libro La caída, que se enfocó en encontrar las razones de la salida de Mayne-Nicholls de la ANFP. "Harold tira el mantel al no aceptar el triunfo de Jorge Segovia. Recurre a un estatuto anacrónico que deshabilitaba a Segovia, pero también a él mismo y a gran parte de los dirigentes del fútbol que tenían negocios vinculados al mismo fútbol. Por lado y lado había poco de dónde elegir. Que Jadue llegara a ser presidente es responsabilidad del propio Mayne-Nicholls".

Sergio Jadue, que entonces tenía 31 años, no dudó en aceptar la oportunidad que, en circunstancias normales, jamás se le habría presentado. "Sergio fue muy valiente", cuenta Federico Valdés, presidente de Universidad de Chile al momento de la elección. "Todos sabíamos que había que cambiar a Harold, pero muy pocos estaban dispuestos a encabezar el bloque. Se corría el riesgo de una censura social muy grande, porque Harold había amarrado muy bien su permanencia a la de Bielsa".

Casi por azar, Jadue pasaba de ser un actor secundario a actor principal. Hoy está siempre conectado a su teléfono y cuenta que le entran unos 250 correos diarios: desde Fifa y la Conmebol, hasta federaciones internacionales, dirigentes locales e hinchas. Quienes están cerca de él cuentan que su estilo de trabajo es inclusivo, de buscar acuerdos con el resto de los presidentes de los clubes, aunque a veces su carácter fuerte le juega malas pasadas, como esa explosión de furia contra un hincha en el aeropuerto. Hoy se arrepiente: "La gente en la calle siempre me trató bien, pero esa vez en el aeropuerto perdí el control".

La salida de Claudio Borghi fue el mayor gallito que tuvo con sus principales asesores. Jadue prefirió aguantar y no despedirlo tras la derrota con Argentina, en el Nacional. "Pero yo tenía claro que si las cosas no andaban en el amistoso con Serbia, había que tomar una decisión, con el riesgo que implicaba un cambio de técnico en medio de las Eliminatorias".

Para José Yuraszeck, presidente de Universidad de Chile, el balance de la administración Jadue es positivo: "En tres años ordenó las finanzas del fútbol chileno, pasando de pérdidas heredadas de más de $ 4.000 millones a generar excedentes que se reparten a los 32 clubes. En los consejos de presidentes de clubes somos informados de todo lo que ocurre y es ahí donde se toman las decisiones relevantes. Adicionalmente, los campeonatos locales llevan más público a los estadios y aumenta el número de personas que se suscriben al CDF, que aumenta año a año los recursos que entrega a los clubes". Yuraszeck aporta otro dato: "Soy de los que creen que hay que trabajar con fuerza para elegir a Sergio Jadue por otros cuatro años".

El aludido ni se da por enterado. Aunque existen rumores de una posible reelección, también se dice que a Jadue le interesaría ir a hacer carrera a la Conmebol. "Me quedan 15 meses de gestión, es muy temprano para pensar este tipo de cosas", dice el presidente de la ANFP. Y agrega una tercera opción que no confirma ni desmiente: ser presidente de Unión La Calera. "¿Por qué no? Es mi equipo, es lo que me apasiona. Algunos lo verán como un retroceso, pero no para mí".

LA FAMILIA

El cuarto árbitro del partido Chile-Ecuador muestra la pantalla con los tres minutos de descuento para el fin del juego. Es el momento de la catarsis: Jadue no puede evitar soltar unas lágrimas mientras el estadio ya celebra. El presidente de la ANFP lo recuerda sentado en su escritorio, al día siguiente del partido, y vuelve a emocionarse. Le tiembla la voz. Los ojos se le ponen acuosos.

Luego habla del último gran cambio en su vida: su pérdida de peso. Hace un año, una amiga viñamarina le dijo "que el presidente de la ANFP no podía estar tan gordo". Jadue, que mide 1,74 m, en ese tiempo pesaba 96 kilos. "Le encontré razón", dice. "Comencé una dieta estricta, dejé el cigarro y hago ejercicio cuatro veces por semana". Jadue ahora pesa 74 kilos.

Pero el peso no ha sido lo que más lo ha mortificado en este tiempo. El momento más doloroso para Sergio Jadue fue cuando "hablaron de mí con mentiras". No quiere referirse directamente a las acusaciones de violencia familiar que sufrió justo en el día en que ganaba la elección en la ANFP. Su esposa, con quien vive hace cuatro años en Huechuraba, luego de trasladarse de La Calera, y con quien tiene dos hijos, lo defendió de inmediato.

Jadue sindica a su mujer, María Inés Facuse, como su principal sostén emocional en este período en la ANFP: "Me dice si actué bien o mal. Siempre quiere saber cuál es la verdad cuando sale algo en los medios y me aconseja. Ella es futbolera, de la 'U', y me acompaña los fines de semana al estadio. Por suerte, mis hijos salieron de La Calera". Es la encargada de las actividades sociales en la ANFP: coordina eventos con niños y en instituciones.

Felipe Madaim, amigo de Jadue por más de 15 años, dice que el presidente de la ANFP tiene metido un sentido de clan en la cabeza y lo relaciona a sus raíces árabes. "Cuando estudiaba Derecho en Viña, celebraba todos los años el cumpleaños de su abuelo materno, que había fallecido cuando él era un niño. Ponía una foto de él en el living e invitaba a todos sus amigos a celebrar. Así de importante es la familia para él". Sigue hasta hoy en contacto con sus amigos de la colonia palestina: a veces, durante la semana, se escapa con ellos a almorzar a Patronato.

Madaim define a Jadue como un hombre que va de frente, ambicioso, que quiere hacer las cosas bien, pero mal genio. "Los árabes somos de carácter fuerte", dice Madaim. Los hechos le dan la razón. El día después del partido, alrededor del mediodía, Jadue fue entrevistado por el canal argentino Fox Sports. Todo iba bien hasta que los periodistas Martín Liberman y Maxi Palma le dicen que en Chile ha vencido la violencia en los estadios. Jadue empieza entonces a hablar fuerte y acelerado. Molesto. "Los argentinos no nos pueden venir a dar clases de violencia en los estadios", dirá cuando termina la entrevista. "A ellos se les mueren hinchas, a mí no se me ha muerto nadie en un estadio".

En su oficina de la ANFP, Jadue tiene la Copa América original. Hay fotos con los mandamases de Fifa y Conmebol, y también de su esposa y sus hijos. En el muro tras su escritorio hay un cuadro conmemorativo de los 100 años del fútbol chileno y, en su living, el diploma que acredita el tercer puesto de Chile en el Mundial del 62. "Cuando llegué estaba la oficina vacía, con hoyos en las murallas. El cuadro y el diploma los recuperé de una bodega, abajo, donde estaban tirados".

Luego vuelve a la historia de las cábalas.

"Una vez me compré unos zapatos preciosos en España. Me los puse un día y Chile perdió. Me los puse otro día y Chile volvió a perder. No los volví a tocar".

-¿Los regaló?

-¿Cómo los voy a regalar? No le deseo el mal a nadie. Los tengo en una bodega.

EL RELAJO

En el Estadio Nacional, Chile cierra su clasificación al Mundial. Todos los rituales de Sergio Jadue sirvieron. El presidente de la ANFP se abraza con su señora, luego con Iván Zamorano y Elías Figueroa. En los asientos atrás suyo lo felicitan José Yuraszeck; Jaime Estevez, presidente del club de la UC, y Jorge Claro, del CDF. Todos ayudaron en su momento para que Sergio Jadue esté sentado ahí, al lado del Presidente Piñera.

Abajo, en la cancha, la Selección celebra.

Jadue no bajará del palco a unirse a los jugadores, porque piensa que la celebración es de ellos. Como si estuviera aislado de la multitud que lo rodea, en un acto casi íntimo, se tomará un momento, con los ojos vidriosos por la emoción, para exhalar profundamente y recién entonces soltarse con alivio su corbata roja.

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