El Marsella de Bielsa se enfría tras un arranque demoledor
El cuadro del ex DT de la "Roja" ha perdido tres de sus últimos cuatro partidos y ha sembrado dudas entre sus hinchas.
El Olympique de Marsella dirigido por Marcelo Bielsa ha moderado su marcha en el campeonato galo y, aunque conserva el liderato con un punto de ventaja, la derrota sufrida contra el París Saint-Germain en el clásico francés ha enfriado la euforia que rodeaba al equipo.
El conjunto del ex DT de la Selección Chilena ha perdido tres de sus últimos cuatro duelos, ha dilapidado buena parte de la ventaja que acumulaba en el liderato y, sobre todo, ha rebajado las expectativas creadas tras su inédita racha de ocho victorias consecutivas.
En la misma, el Marsella desplegó un juego vistoso y eficaz, con 22 tantos a favor y tres en contra, que llevó a muchos a situarle entre los favoritos al título, pese a contar como rival con el multimillonario proyecto catarí del PSG.
Un análisis que en todo momento se encargó de matizar el propio Bielsa, para quien la ventaja en la clasificación, que llegó a ser de 7 puntos con el PSG, no justificaba la expectación que se había creado.
El técnico argentino repetía que solo se podría hacer un balance cuando se completara la primera vuelta, porque para entonces su equipo habría ya afrontado a los otros favoritos para el título.
Sus palabras fueron premonitorias, porque la ventaja se ha fundido tras afrontar al Lyon, que les ganó 1-0, y el PSG, que se impuso 2-0.
"Quedan seis partidos para llegar a la mitad del campeonato. Tenemos que intentar dar la vuelta a esta mala racha", afirmaba anoche el entrenador argentino.
Bielsa puede todavía contar con la fortaleza de su equipo en el estadio Velódromo de Marsella, donde solo ha dejado escapar tres puntos y por el cual tienen que pasar sus principales rivales.
El punto de ventaja que todavía conserva al frente de la tabla aparece como un cortafuegos por el momento contra el fantasma de la crisis.
Pero todo parece indicar que "el loco" ha perdido parte del crédito que se ganó con los buenos resultados y que la luna de miel que mantiene con la afición marsellesa está ahora en libertad condicional.
La buena racha del club de la segunda ciudad de Francia había ocultado las deficiencias estructurales del Marsella de Bielsa. El entrenador construyó un bloque sólido, basado en su credo futbolístico que se fundamenta en la posesión del balón y que maravilló al Velódromo y a toda Francia.
Pero Bielsa nunca rectificó sus palabras de principios de temporada, cuando acusó al presidente, Vincent Labrune, de no haber cumplido su palabra en cuanto a los refuerzos del equipo.
El entrenador aseguró entonces que se había visto obligado a formar un bloque menos sólido de lo que el club le había comprometido.
Afirmó que Labrune no invirtió el dinero que le había prometido cuando le ofreció dirigir el proyecto marsellés y confesó tener un plantel corto para competir con rivales mucho más reforzados.
La disputa entre el cuerpo técnico y la dirigencia quedó aplazada por el fútbol vistoso, pero ahora que los resultados comienzan a ser peores, puede que vuelva a resurgir la polémica.
Sobre todo porque la baja de rendimiento coincide con la subida en potencia de su histórico rival, que comenzó de forma prudente pero suma ya seis triunfos consecutivos y sigue sin conocer la derrota en partido oficial esta temporada.
Además, el club de la capital recupera paulatinamente a su alma, el atacante sueco Zlatan Ibrahimovic, tras casi dos meses de ausencia por una lesión en el talón.
El jugador tuvo media hora contra el Marsella y su espíritu ganador volvió a empapar a su equipo.
Si su retorno a la competición mejora el juego del PSG, el único punto gris en los primeros meses de la temporada, Bielsa se verá obligado a destapar su tarro de las esencias para recuperar la magia de su equipo.
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