El notable show de 31 minutos y las clásicas frases contestatarias de Jorge González marcaron la cuarta jornada de festival

El espectáculo de muñecos fue impecable en lo técnico, detonó el aplauso masivo y marcó un peak de 53 puntos de rating. Bastián Paz triunfó en el humor, mientras que Francisca Valenzuela saltó del jurado para encontrar la consagración masiva. Revisa el resumen de la jornada.




Si la 'noche chilena' fue la que tuvo la venta más lenta de Viña 2013, anoche en la Quinta Vergara ocurrió una historia que no estaba en los pronósticos de nadie: los títeres de 31 Minutos dieron el golpe sorpresivo y asestaron uno de los espectáculos más memorables de los últimos años en el Festival, de esos que se alojan en la memoria colectiva por décadas.

Para empezar, una constatación numérica: entre las 21.55 y las 00.46, el certamen marcó un promedio de 40.1 puntos de rating online, con un peak de 53 (que equivale a 3,2 millones de personas según el estimado de Time Ibope), convirtiéndose en lo más visto en lo que va del Festival, superando los 48 puntos de peak de Los Atletas de la Risa.

Para seguir, una variante emotiva: pese a que el espacio dejó de emitirse en 2005 y a que durante varias temporadas se remitió a un estatus de culto, su salto a los escenarios en el último Lollapalooza y su show de anoche en Viña 2013 lo consagran como un fenómeno transversal que ya ingresó por la puerta ancha a la cultura popular chilena. Niños y padres, cruzados anoche en la Quinta Vergara, desplegaron un karaoke que timbró su triunfo indiscutido.

"Es mucho más emocionante por lo inesperado", dijo Jani Dueñas, la voz de Patana, en la conferencia posterior. Los personajes entraron tras un panel, que al frente tenía un equipo de músicos conformado por los hermanos Pablo y Felipe Ilabaca, Alvaro Díaz, Pedro Peirano, Jani Dueñas y Rodrigo Salinas. Arrancaron con Ratoncitos, introducido con un sonido que se escuchó irregular.

En la galería, todos cómplices, gritando "¡Tulio, Tulio!", cuando el animador-marioneta entró después de la tercera canción a liderar su propia versión del Festival de Tuliotriviña. O cuando ingresó su sobrina Patana y exigió "el beso" con su enamorado Mario Hugo. O alzando las manos y bailando para Objeción denegada. Gritando, también, con El Monstruo: una culebra de amplias dimensiones, parodia de un mal humorista, redimido por obra de Calcetín con Rombos Man. El primer cierre vino tras una hora y una explosión de confeti, para recibir dos antorchas. Un bis con 'Bailan sin César' y a cobrar: gaviota de plata y oro, coronando su notable show.

Luego, a las 00.11 horas, salió a escena el humorista Bastián Paz, con una rutina débil y chistes del tipo "que sale de la cruza de" con distintos animales, otros de corte sexual, algunos dobles sentidos y otros tantos garabatos. Paz estuvo acompañado en todo momento por Rafael Araneda, quien daba pie a las bromas, "bandejeaba" y en algunos casos repetía las palabras para facilitar la comprensión de las líneas de Paz. La rutina fue recibida de buena gana por la galería, pero sin particular entusiasmo y a medio camino se escuchó el grito de "sin censura", que el comediante incorporó a su rutina. Su presentación terminó con premios, 50 puntos de rating y su emoción.

Poco antes de la una de la madrugada fue el turno de Francisca Valenzuela, quien rápidamente logró convertir la Quinta en karaoke con las canciones de sus discos. En Chilevisión había fervor por la sintonía: la noche que se suponía menos popular dio la sorpresa de este año. La polémica surgió cuando, pasados los comerciales, la cantante seguia siendo pedida por el Monstruo, por lo que los animadores debieron llamarla nuevamente para entregarle las gaviotas de plata y oro. 

El cierre estuvo a cargo de Jorge González, que subió al escenario a las 02:35 de la mañana en una presentacion marcada por sus tradicionales frases contestatarias. "No voy a la guerra contra Argentina, no voy a insultar a ningún peruano, no a la guerra contra Bolivia", fueron las primeras frases que terminaron por dominar al público, que pedía todos los premios. En su último ingreso y consecuente a su estilo, el artista evadió los gritos que pedían la gaviota de oro luego de recibir los otros premios y continuó con sus canciones.

Finalmente, salió del escenario sin tomar en cuenta a os animadores que pedían su regreso. "Para el es más importante el cariño del público que los premios", debió salir al paso Eva Gómez.

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