El robot de la Biblioteca Nacional que digitaliza libros

La palabra robot viene del checo robota, que significa trabajo. Desde 1961, año en que se creó la primera de estas entidades artificiales, el desarrollo de la tecnología ha permitido liberar a la humanidad de penosas y esclavizantes tareas. Uno de esos ayudantes mecánicos al que no le tiembla el pulso, aunque su trabajo dure varias horas, es el que posee la Biblioteca Nacional. Una máquina digitaliza, de lunes a viernes y sin parar, tres mil páginas por hora en una oficina del subterráneo de Alameda 651.

Hasta la fecha ya se han escaneado más de un millón 217 mil páginas de libros, periódicos, documentos y revistas. Un operario se preocupa de supervisar el trabajo del robot, de origen estadounidense, cuya estructura incluye un brazo mecánico y un cabezal que lanza aire para dar vuelta las páginas. Dos cámaras de alta resolución fotografían los textos y envían las imágenes a un servidor. El proceso, vigente desde hace tres años, continúa con la edición del material, control de calidad, clasificación y publicación.

El 19 de agosto próximo, cuando se cumplan 200 años de la fundación de la Biblioteca Nacional, se conocerá públicamente el trabajo del "robot" con el lanzamiento de la Biblioteca Nacional Digital, plataforma web que contendrá las colecciones disponibles en formato digital y un tour virtual que permitirá visitar los salones del inmueble. Hasta el momento sólo era posible revisar material digital en el portal www.memoriachilena.cl.

La era digital
El primer número de la revista Sucesos muestra en su portada una fotografía del puerto de Valparaíso. Es de 1902 y el semanario porteño de tapa naranja y gráficas art nouveau se vendía a un precio de 10 centavos. Este ejemplar de esa "revista ilustrada de actualidades" y los más de mil 500 números que vinieron después en sus 30 años de publicación, también están siendo digitalizados.

La Revista Industrial Femenina (1912-1914), el magazine Para Todos (Zig Zag, 1927-1931) y la revista Estadio (sus 10 primeros tomos, editados en 1941) son parte de los otros empastados que son escaneados en forma automática por el "robot" la Biblioteca Nacional.