Empresas CMPC y conflicto mapuche: "Este es un tema de voluntad política y que va mucho más allá de la reivindicación de tierras"
El gerente general de la compañía, Hernán Rodríguez, afirma que Chile presenta una gran crisis de confianza y que iniciativas como la reforma laboral no ayudan a terminar con el mal clima interno. Pese al difícil contexto interno y externo, la firma cumplió un hito este año, al inaugurar la planta Guaíba 2, en Brasil.
Pese a que para Empresas CMPC este año se ha caracterizado por una serie de matices, al momento de evaluar el camino que han recorrido durante 2015 sacan cuentas alegres.
Y es que frente a las complejidades, incluso externas, en especial en Brasil, un mercado estratégico, la empresa del grupo Matte logró concretar un hito con la puesta en marcha de la planta Guaíba 2, ubicada en el estado brasileño de Rio Grande do Sul. Con una inversión de US$ 2.100 millones, la mayor en la historia de la compañía, la planta producirá 1,3 millones de toneladas de pulpa al año, lo que situará a CMPC entre las tres o cuatro mayores productoras de celulosa del mundo.
"Para CMPC, este 2015 ha estado marcado especialmente por una exitosa puesta en marcha de la fábrica de celulosa Guaíba, lo que se constituye en la iniciativa industrial más importante que ha encarado la compañía", asevera el gerente general de la firma, Hernán Rodríguez.
Así, también, el ejecutivo indica que "no puedo dejar de mencionar que el año nos ha mostrado una cara complicada en lo económico interna y externamente, y en lo regulatorio con leyes y regulaciones que han afectado la confianza en el futuro".
¿Cómo está viendo a Chile? ¿Le preocupa la situación del país?
Chile es un país serio, en el que siempre hemos hecho las cosas de forma responsable, por lo que me preocupa muchísimo el descrédito que hay sobre todas las instituciones. Hoy, al parecer, nadie confía en nadie y eso es muy grave. La confianza es determinante para que nos vaya bien a todos y veo una crisis de confianza feroz que nos estanca, nos detiene. Si somos capaces de volver a confiar en el de al lado, habremos vencido una gran barrera para seguir desarrollándonos como nación.
¿Qué ha sido lo más complejo de abordar en el actual ejercicio?
Pienso que lo más complejo es la situación de violencia que vive la Región de La Araucanía y sus efectos en las personas que trabajan en el área forestal. Muchas personas viven y trabajan con temor y eso no lo podemos aceptar como sociedad en el marco de un Estado de derecho.
¿Qué debería hacer el gobierno?
Hemos sido muy claros en nuestra postura al respecto. Lo primero es que este es un tema de Estado y, por ende, no atribuible sólo a este gobierno. Esta es una problemática que ya parece crónica. Todo indica que este es un tema de voluntad política y que va mucho más allá de la reivindicación de tierras.
¿Cómo se resuelve el conflicto?
Nosotros hemos estado disponibles siempre a buscar soluciones, pero creemos que esto pasa por una decidida acción del Estado de promover un acuerdo político amplio, cosa que, hasta ahora, no hemos visto que sea impulsada con fuerza.
¿Usted cree que en el país hay un ambiente antiempresa?
No sé si hay un ambiente antiempresa, pero sí hay desconfianza en ella, y eso me parece grave. Ahora, los hechos por todos conocidos, donde se ha involucrado a empresas y empresarios, no ayudan en ningún caso a que el sector tenga prestigio y reconocimiento.
Habrá un grado de responsabilidad de los privados en esa percepción...
Quiero ser bien claro en esto: ninguna empresa está exenta de cometer errores, el tema es reconocerlos a tiempo y enmendar el rumbo. Cuando los errores se reconocen humildemente y se corrigen las malas prácticas se puede salir fortalecido.
Para evitar ese tipo de prácticas, ¿hace falta mayor autorregulación o sanciones más severas?
La autorregulación existe en el mundo privado, pero ninguna sanción o medida de mitigación será eficaz si alguien está decidido a ir por el camino corto. Pero no metamos en el mismo saco a todos. La gran mayoría de los empresarios trabaja en forma honesta y de buena manera. Los errores de unos pocos no pueden injustamente arrastrar a otros.
¿Qué mea culpa debe hacer el empresariado frente a la sociedad?
En lo que respecta a nuestra empresa, día a día debemos ser capaces de estar más atentos a nuestro alrededor. Debemos ser capaces de administrar las expectativas que hay en nosotros, preocuparnos de nuestros trabajadores, clientes, las comunidades, la seguridad, del medioambiente. Sólo así podremos seguir desarrollándonos como empresa.
¿Cómo se recupera la confianza ciudadana en las empresas?
Tal como lo dije antes, las empresas debemos estar cerca de todo lo que nos rodea y ese trabajo no lo podemos delegar. Saber lo que les pasa a nuestros trabajadores, clientes y comunidades es muy relevante para la sostenibilidad de los negocios. Con esa cercanía se produce la confianza y después todo avanza de manera más ágil. Esta, definitivamente, es una tarea que hacer todos los días.
¿Qué opina del realismo sin renuncia declarado por el gobierno?
Sólo es un eslogan.
¿Le inquieta la reforma laboral?
Claro que nos inquieta, pues vemos algunas iniciativas que pueden ser muy perjudiciales para el desarrollo de las empresas, que son las que dan trabajo. No me gusta que esta reforma en particular haya instalado la idea de los buenos contra los malos, de los trabajadores contra los empresarios. Aquí nos necesitamos todos. Debemos ser capaces de consensuar una reforma que beneficie a todos, especialmente a los jóvenes, las mujeres y a las necesidades laborales del mundo actual.
¿Y la reforma educacional?
Pienso que nadie, en su origen, puede estar en desacuerdo con que Chile debe tener educación de calidad para todos; el gran tema es cómo llevamos adelante esta iniciativa. Y ahí hay discrepancias que prefiero dejar a los expertos que opinen. Lo que está claro es que hasta ahora no hay un consenso en esta materia.
Hacia el centenario
¿Cuáles han sido los principales hitos de este período para CMPC?
La puesta en marcha del proyecto Guaíba 2 ha sido el gran hito de este año. Como lo ha recalcado el presidente, Eliodoro Matte, esta ha sido una ejecución de proyecto realmente impecable, donde todas las variantes que pusimos sobre la mesa se cumplieron según lo estimado. Es muy gratificante liderar un grupo de profesionales y técnicos que pusieron lo mejor de sí para desarrollar un proyecto de primer nivel mundial.
¿Qué desafíos enfrenta la firma?
El mayor desafío es ser cada día más eficientes y mejorar la productividad. Sólo así podremos asegurar la sostenibilidad de nuestros negocios y la seguridad laboral de nuestro personal, que suma 17 mil personas. CMPC tiene casi 100 años, ¿qué harán para asegurar el siguiente siglo?
Debiera seguir internacionalizando sus negocios. Es la única forma de crecer y progresar en el desarrollo de sus actividades en las líneas de negocios en que participamos.
¿Cuáles son los focos de expansión?
CMPC está presente, además de Chile, en Argentina, Perú, Ecuador, Brasil, Colombia, Uruguay y México. En cada país tenemos proyectos relevantes. En Brasil debemos consolidar la enorme inversión en el negocio de la celulosa; en México acabamos de echar a andar una nueva máquina papelera para productos tissue. En Perú iniciaremos pronto la construcción de una planta tissue; en Chile estamos concluyendo inversiones en materia energética que harán más eficientes nuestros negocios. Hay mucho trabajo en toda la región que nos obliga a concentrarnos fuertemente.
¿En qué mercados ven mayores oportunidades de crecimiento?
Brasil, México y Colombia son mercados enormes, con muchas oportunidades de crecimiento. Según estudios, cada vez más se necesita de los productos que fabricamos y, además, hay un crecimiento de consumo per cápita en alza y debemos ser capaces de cumplir las expectativas de los consumidores. Sólo en esos tres países hay 370 millones de potenciales clientes, lo que constituye una oportunidad relevante.
¿Planean ingresar a nuevos países?
No podemos nunca decir que no, pero tampoco es un tema por ahora prioritario para CMPC. Tenemos suficiente trabajo donde estamos.
¿Es posible esperar nuevos proyectos de envergadura como Guaíba?
Cuando se presentó la oportunidad de entrar al negocio de la celulosa en Brasil, inmediatamente nos pusimos a trabajar para materializarlo. Lo más importante es estar atentos a las oportunidades que se presenten. Pero hoy no estamos pensando, en el mediano plazo, ingresar a negocios tan importantes como ese.
El 2016, ¿mejor o igual que 2015?
Hay muchas variantes que hacen difícil hacer una proyección certera. Nuestros negocios son a largo plazo, con la mente en el futuro, de modo que lo que ocurra un año no siempre es determinante para la marcha de la empresa. Sí son relevantes los ciclos y, en ese aspecto, como economía doméstica no estamos pasando el mejor momento. Por ahora vemos un 2016 muy similar a este año, pero las proyecciones son sólo eso... proyecciones.
¿Le preocupa la situación de Brasil?
Lo que ocurre políticamente en Brasil es preocupante, no nos deja indiferentes. Sin embargo, tiene políticas económicas muy sólidas, pro empresa, que nos permiten estar tranquilos de que podremos seguir desarrollando nuestra labor de buena manera. Es un país donde nos hemos sentido muy bien acogidos.
¿CMPC qué tanto ha resentido la recesión de la economía brasileña?
Los vaivenes de la economía siempre afectan el desarrollo de las empresas, pero así como hay momentos malos, también hay buenos. Nosotros estamos en negocios de largo aliento, a largo plazo, y el análisis se hace en esa perspectiva. Sin duda, los mercados de consumo se han resentido, pero lo relacionado a exportaciones ha sido beneficiado.
¿Es optimista o más cauto frente a una pronta recuperación de Brasil?
Es difícil saberlo, porque los temas económicos también están relacionados a los temas políticos, y mientras no se solucionen unos, todo se ve afectado.
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